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Los gatos siempre han sido un animal muy especial. Su apariencia adorable y su carácter imprevisible los han convertido en una de las mascotas favoritas del hombre, solo por detrás de los perros. Dentro de esta especie, siempre se han considerado algo más especiales que los demás. De ellos se ha dicho desde que son más cariñosos hasta que son menos inteligentes que sus homólogos. Estos felinos pelirrojos anaranjados han sido durante 60 años un misterio para la ciencia, que no conseguía encontrar el porqué de su color de pelo. Ahora, dos estudios recientes han despejado la cuestión y la respuesta está en la genética.

Las investigaciones se han realizado en la Universidad de Standford (EE.UU) y la Universidad de Kyushu, en Japón. Ambas están disponibles en bioRxiv, uno de los repositorios más populares de prepublicaciones, donde los autores dejan los artículos a la espera de revisión. Los científicos vieron que  el color del pelo de los gatos naranjas depende de un gen llamado Arhgap36.

Las células de estos felinos expresan 13 veces más ese ARN del gen que las de los que tienen el pelo de otro color. En su caso, se bloquea la producción de eumelanina y permite la producción de feomelanina, los dos pigmentos de los mamíferos. Para su estudio, los investigadores utilizaron una base de datos de 188 gatos que incluía 145 naranjas, 6 calicó/carey (los que tienen varios colores) y 37 de otro color.

El segundo estudio, dirigido por Hidehiro Toh, genetista de la Universidad de Kyushu, también identificó este mismo gen como el causante del pelaje naranja de los felinos. En su caso, vieron que una mayor expresión de Arhgap36 cambia los pigmentos eumelanina por los pigmentos feomelanina.

Eumelanina y feomelanina

La eumelanina y la feomelanina son los dos pigmentos encargados de dar color al pelo de los mamíferos. El primero genera una tonalidad marrón oscuro o negra y el segundo es el que causa el tono amarillento, rojizo y anaranjado. El resto de colores se generan gracias a cientos de genes que se encargan de regular la acción de uno y otro, explica Lluís Montoliu, biólogo e investigador del CSIC, en un artículo en The Conversation.

En la mayoría de los mamíferos (perros, caballos, vacas, roedores…), la actividad de un pigmento u otro depende del gen MC1R. Si activa una hormona llamada alfa-MSH, se producirá eumelanina y los melanocitos y el ejemplar tendrá tonos más oscuros, cuenta Montoliu en el medio digital. Por otro lado, si se activa "un antagonista, como la proteína agouti de señalización (ASP) o la beta-defensina de los perros" las mismas células producirán feomelanina y tendrán color naranja.

La diferencia entre sexos

Las dos investigaciones vieron que la mutación del gen Arhgap36 de los gatos naranja se encuentra en su cromosoma X, lo que justifica la gran diferencia que hay entre sexos. Ellos tienen todo el pelaje del mismo color y en ellas se manifiesta con manchas. Las hembras tienen cromosomas XX, mientras que los machos son XY, igual que ocurre en todos los mamíferos. 

En el caso de las hembras, como tienen dos copias de esa mutación (una recibida de cada padre), inactivan al azar una de ellas en cada célula para no expresar un exceso de los productos del cromosoma, expone Montoliú en su artículo. Por eso, en ellas el color naranja se muestra en forma de manchas que se intercalan con otras tonalidades. 

Este proceso explica por qué cuando se ve un gato de más de un color, se sabe que es hembra. En casos muy particulares puede ser un macho que porta alguna alteración cromosómica, cuenta el biólogo en el medio digital. También puede ocurrir al revés, en muy raras ocasiones, esta anulación no se produce en las gatas y algunas de ellas son igual de pelirrojas que los machos.

Montoliú también destaca en The Conversation que ese patrón bicolor o tricolor de pigmentación en las felinas es único e irrepetible. Según el mosaico que porten, se dividen en dos tipos: calicó y carey. Las primeras son tricolores y alternan los colores naranja y el negro o marrón con blanco. Las segundas se caracterizan porque tienen una coloración desordenada del pelaje con tonalidades anaranjadas y negras. 

Las gatas calicó tienen manchas blancas debido a otra mutación que afecta a la proliferación y diferenciación de melanocitos, por lo que no hay pigmentación, agrega el biólogo en el medio digital. Su patrón es único porque la inactivación de uno de sus cromosomas X se produce mientras están en desarrollo de forma aleatoria. De esta forma, cuanto más tarde ocurra, más pequeñas serán sus manchas.

El gen Arhgap36 

Se sabe que el gen Arhgap36 causa problemas de desarrollo en otros animales cuando hay alguna anomalía. Sin embargo, según estas dos investigaciones, parece que en los gatos naranjas esta expresión excesiva ocurre solo en las células pigmentarias (tanto maduras como en desarrollo) llamadas melanocitos.

Uno de los mitos en torno a los gatos naranjas es que son menos inteligentes que los demás individuos de su especie. De hecho, las redes sociales están llenas de videos con este tipo de contenido. No obstante, la ciencia no ha visto evidencias de que sea así y la mutación que les da su color característico no tiene consecuencias negativas en su salud o su bienestar mental.