María Blasco, directora científica del CNIO.

María Blasco, directora científica del CNIO. EFE/Chema Moya

Ciencia

El informe que pone en la picota a María Blasco: acoso, 319.000 euros de sobresueldo e intentos de controlar el CNIO

El documento remitido al patronato por el gerente acusa a Blasco de "hurtar las decisiones encomendadas a Gerencia".

Más información: "Su contrato es un documento ilegal": los científicos del CNIO redoblan sus ataques contra Blasco con un nuevo manifiesto

Publicada
Actualizada

María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, habría intentado arrogarse de más atribuciones que las conferidas en los estatutos del centro, cobrado 319.000 euros más de lo estipulado en su salario e ignorado al menos 13 denuncias por acoso y maltrato, según el informe remitido por la Gerencia del CNIO a los miembros del patronato, que se reúnen este miércoles 29 de enero para decidir el destino de la cúpula directiva.

EL ESPAÑOL ha accedido al informe donde se detallan las cuentas del centro y responsabilizan a la gestión de Blasco de la pérdida de competitividad sufrida en la década larga en la que ha estado al frente: el CNIO habría dejado de ingresar 82,3 millones de euros en este tiempo.

Denuncias de acoso en saco roto

En documento, remitido al patronato por el gerente del centro, Juan Arroyo, contabiliza 13 casos conocidos de acoso por parte de la directora del CNIO, algunos de ellos remontándose a 2013. Fueron objetos de este acoso desde becarios y técnicos hasta jefes de grupo y vicedirectores.

En uno de los casos, la afectada denunció un "trato vejatorio, racista, ofensivo y acoso laboral y sicológico", incluyendo una amenaza de despido por "solicitar una jornada reducida por cuidado de un hijo menor" y acabó siendo sustituida en un proyecto.

En otro de los casos, un empleado adjunto a Gerencia denuncia que Blasco preguntaba "incesantemente las funciones que desempeñaba", convocándole a reuniones para las que presentase y requiriendo información periódica sobre él. De hecho, las incluyó en un punto del orden del día de una de las reuniones de la comisión delegada del patronato. Este empleado pidió, con un escrito, disculpas por daños morales.

Una responsable de gestión científica sostenía haber sido objeto de "conductas sistemáticas de hostigamiento y la imposición de exigencias desproporcionadas". En otro caso, un nuevo investigador llegó a remitir un burofax a la dirección del Instituto de Salud Carlos III (en el que está integrado el CNIO), la presidenta del patronato, la directora y el gerente solicitando el cese inmediato de hostilidad y su reubicación.

Otra investigadora denuncia que obtuvo una beca Amigos del CNIO pero que la directora no autorizó su concesión, instándole a cambiar de grupo si quería mantenerla. Un responsable científico señaló hostigamiento por parte de la directora y trato vejatorio de manera reiterada en diversas reuniones.

El informe también hace referencia a la encuesta psicosocial en la que participó el 74% del personal y que mostraba un elevado nivel de violencia psicológica, discriminación e incluso casos de acoso sexual.

Pese a ello, denuncia el informe, "la Directora minimizó sus consecuencias retrasando con ello la toma de decisiones". Asimismo, señala que Blasco bloqueó la aprobación de un Plan de Igualdad que permitiera "dar cumplimiento a la legalidad en materia de contratación pública".

Extralimitación de las funciones

El escrito indica que, "fruto de la estrecha relación de la Directora María Blasco con la Secretaria de Estado de Ciencia" entre 2012 y 2018, Carmen Vela, Blasco construyó mecanismos que buscaban hurtar "las decisiones encomendadas a Gerencia para que fuesen tomadas por el órgano de gobierno".

Estas funciones serían limitadas entre 2019 y 2023, con el nuevo Gobierno, y de nuevo tras 2023, "con la llegada del nuevo patronato".

Arroyo denuncia el uso de "un órgano no estatutario", el comité de directores de programa o PDC por sus siglas en inglés, y del que "forman parte responsables de departamentos con dependencia directa suya" (como Imagen Institucional, Comunicación o Filantropía), para "legitimar las decisiones que los Estatutos no la otorgaban" y tomar decisiones sobre asuntos de personal, priorización de inversiones y control de la contratación.

Denuncia que Blasco intentó crear un departamento de Recursos Humanos que dependiera directamente de ella. La comisión delegada del patronato no lo aprobó. También creó un Comité de Innovación para analizar las propuestas de financiación realizadas por terceros a determinados grupos de investigación y en el que, "a pesar de las obvias implicaciones económicas de sus decisiones, el Gerente quedó fuera del mismo".

A pesar de las reiteradas denuncias de Blasco de la bicefalia del centro, Arroyo apunta en su informe que esta es similar a la de "otros hospitales y centros de investigación no sometidos a intervención previa".

Sí señala que la directora ha creado una "falsa idea de competencia sobre la base de la contratación masiva de empleados de apoyo y asistencias técnicas y profesionales, duplicando con ello en muchos casos, los servicios prestados internamente por Gerencia".

También recuerda que, en los informes complementarios de auditoría de 2018 y 2019, la Inspección General de la Administración del Estado sostenía que la contratación de personal de apoyo de imagen y comunicación (pasaron de 1 a 7 personas con Blasco) iba en detrimento "de la plantilla dedicada directamente al fin fundacional, que no es otro que la investigación oncológica".

Retribuciones por encima de lo estipulado

El informe de Gerencia del CNIO, al que ha tenido acceso este periódico, apunta que Blasco habría cobrado un exceso de 319.000 euros durante su periodo al frente del centro.

Ya en 2013, el Tribunal de Cuentas apuntaba que Blasco había percibido un total de 51.649,65 euros de más puesto que la retribución de directivos del sector público se había limitado a 120.000 euros anuales en 2012.

Por otro lado, ideó un sistema de "regalías" para reconocer la contribución de algunos científicos –entre ellos, la propia Blasco– a la generación de la propiedad industrial del centro. La Inspección General recomendaba que se "valore la oportunidad de implementar este concepto retributivo en su actual contexto financiero", y es que el CNIO había realizado un ERE en 2013.

El patronato, tras recibir un informe de la Abogacía General del Estado, determinó la paralización del pago de regalías en 2021, si bien dejó en el aire el reintegro de las mismas.

Pérdida de competitividad

El informe de Arroyo apunta que el centro dejó de percibir 82,3 millones de euros de ingresos agregados de todas sus fuentes desde que Blasco es directora y señala que la tesorería disponible pasó de 33 millones de euros en 2011 a 2 millones en 2023.

Indica que la estabilización de unos 120 trabajadores y los incrementos salariales del resto de la plantilla han supuesto un coste de 4,8 millones de euros y que "la pérdida de competitividad no ha sido tan crítica como cabría esperarse, gracias a la reducción de los gastos en 95 millones de euros", de los que la mitad de ellos provienen de gastos de explotación como consultoría, mantenimiento o apoyo general.

También afirma que la producción científica media de los investigadores ha sufrido una pérdida del 19,37% en publicaciones del primer decil (las que están en el 10% de impacto más alto), entre otras cosas, por "la salida de científicos de primer nivel".

Entre otros, se han marchado "siete jefes de grupo del máximo nivel científico y proyección internacional como son los doctores Manuel Serrano, Christopher Heeschen, Guillermo Montoya, Alfonso Valencia, Manuel Hidalgo, Erwin Wagner, Miguel Ángel Piris y más recientemente, Marcos Malumbres".

También apunta que ha habido una caída de los ingresos por ventas, "dependientes de la Directora a través de la Dirección de Innovación", y que esto supone una pérdida de casi 46 millones de euros, es decir, 3,8 millones de forma anual.

Desprestigio reputacional

El informe también ahonda en el daño reputacional que ha sufrido el CNIO a raíz de este escándalo. "Las últimas noticias aparecidas en medios de comunicación y redes sociales han supuesto un enorme desprestigio para el CNIO", dice el citado documento.

En concreto, según el informe, desde el 11 de diciembre de 2024 y hasta el 11 de enero de 2025, ha habido 1.034 apariciones y en redes sociales 68.910 menciones de de 20.800 autores únicos. "El valor negativo publicitario ha ascendido a más de 4,6 millones de euros. El valore negativo de comunicación es de 35 millones de euros".