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María Blasco, directora del CNIO. Efe
La hora de María Blasco: el patronato del CNIO decide si cesa a la directora acusada de acoso y abuso de poder
Los 15 miembros del órgano de gobierno del CNIO votarán la permanencia o la salida de Blasco y del gerente, Juan Arroyo.
Más información: El informe que pone en la picota a María Blasco: acoso, 319.000 euros de sobresueldo e intentos de controlar el CNIO
Este miércoles, 29 de enero, se decide el futuro del que fuera buque insignia de la investigación biomédica española, ahora envuelto en polémicas sobre su gestión, su falta de recursos materiales y el asfixiante ambiente que se vive en su interior.
El patronato del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas se reúne desde las 11h de la mañana con un orden del día compuesto de cuatro puntos, uno de ellos crucial: decidir qué pasa con la dirección del centro.
"Podemos estar allí todo el día", comenta una de las fuentes cercanas a un miembro del patronato. Los patronos tienen disponibles desde este lunes los informes que han elaborado tanto la dirección del centro, encabezada por María Blasco, y la gerencia, responsabilidad de Juan Arroyo.
Tenían que acudir a las dependencias del Ministerio de Ciencia para recogerlos en mano (solo en casos excepcionales ha podido hacerse por vía telemática). Cada informe tenía una marca de agua única para, en caso de ser filtrado a la prensa, saber quién ha sido.
No estaban disponibles, en cambio, los anexos de los informes con toda la documentación que acredita las posturas de Blasco y Arroyo. Los patronos los tendrán al llegar al centro, pues la reunión es exclusivamente presencial.
Con la decisión del patronato se pretende poner punto y final a la crisis abierta a comienzos de diciembre tras la publicación por parte de ABC de los gastos de CNIO Arte, una iniciativa que buscaba la 'conversación' entre ciencia y arte que ha supuesto un coste acumulado de 2,2 millones de euros.
Tras ella, 24 jefes de grupo del CNIO enviaron una carta al Ministerio de Ciencia solicitando el relevo de Blasco, directora desde el año 2011, a la que responsabilizaban de la caída del prestigio del centro, los problemas económicos y la falta de herramientas y recursos tecnológicos para llevar a cabo la investigación de excelencia que se espera de esta institución.
Blasco respondió con una primera rueda de prensa en la que se desligaba de los problemas económicos, señalando que eran responsabilidad de la gerencia.
El 17 de diciembre, sin embargo, las cuentas del CNIO quedaban en el aire tras la reunión ordinaria del patronato. Este, encabezado por la secretaria General de Investigación del Ministerio de Ciencia, Eva Ortega Paino, suspendía el programa CNIO Arte y conminaba a una nueva reunión extraordinaria en un mes, para la que los responsables de dirección y gerencia debían preparar sendos informes sobre la situación real del centro.
Entre medias, se sucedían los escándalos. Salían a la luz las denuncias de acoso y abuso de poder contra Blasco, la "violencia psicológica" continuada que se vive en el centro, que ha caído nada menos que 129 puestos en el ranking de instituciones de investigación de Nature Index en los últimos años, y la situación paradójica de muchos trabajadores veteranos, que cobran mucho menos que las nuevas incorporaciones.
Blasco se defendía en entrevistas lanzando balones fuera y culpando a la bicefalia del centro de los problemas de gestión. Mientras tanto, la ministra de Ciencia, Diana Morant, ha mantenido la distancia, defendiendo al centro y a su bicefalia, similar a la de instituciones hermanas como el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), sin mencionar explícitamente a los gestores.
El pasado 21 de enero, la directora del CNIO elevaba aún más la temperatura y arremetía directamente contra el gerente, Juan Arroyo, en una rueda de prensa en la que, además, anunciaba que pensaba denunciar la bicefalia del centro ante la Fiscalía y que pediría una reunión con Morant para hablar de primera mano sobre la situación del centro. La ministra declinó reunirse con ella hasta una vez reunido el patronato.
Blasco ha redoblado su defensa esta misma semana. El lunes enviaba una carta abierta al patronato en la que denunciaba ser víctima de una campaña de difamaciones, sostenía haber sido increpada en la calle delante de su hijo adolescente y comparaba su caso con el de los judíos durante el nazismo.
Este martes, un día antes de la reunión del patronato, ha dado una rueda de prensar para concretar el contenido de la denuncia a la Fiscalía. Acusa a Arroyo de irregularidades en contrataciones menores a un mismo grupo de empresas por un importe que ronda los 4 millones de euros.
Se trataría de contrataciones efectuadas en el primer trimestre de 2024. Lo cierto es que las cifras ofrecidas por Blasco no se corresponde con lo publicado en al portal de transparencia del CNIO —donde aparecen cuantías menores— y exigido por el Tribunal de Cuentas.
La semana pasada, la directora del CNIO ya blandió una denuncia similar, sin informar que esta (que había sido interpuesta por el partido político Vox) había sido sobreseída en marzo de 2024.
El orden del día de la reunión extraordinaria del patronato no explicita si lo que se votará es la salida de Blasco, de Arroyo o de los dos. Son 15 los patronos e incluyen altos cargos del Gobierno de las políticas científicas y sanitarias, directivos del Instituto de Salud Carlos III, representantes de las comunidades autónomas y vocales electivos de las fundaciones que colaboran con el centro.
Cualquier miembro puede proponer una votación específica, que debe de ser aprobada por mayoría absoluta. En caso de empate, la presidenta del patronato, Eva Ortega, tendría el voto decisorio.
Hasta el momento, solo dos miembros del patronato, los representantes de las comunidades de Castilla y León y Baleares, han señalado que Blasco debe marcharse. El resto ha guardado silencio, si bien algunos medios, citando fuentes del Gobierno, afirman que está todo dispuesto para el cese de la directora, a la que podría acompañar Arroyo.
De optar por la salida de uno o los dos responsables del centro, se pondría en marcha un proceso de selección que puede durar meses. Los jefes de investigación que escribieron a Ciencia proponían que este proceso fuera internacional, para que encabece el centro un científico de prestigio que pueda devolverle la gloria pasada.