De Séneca a Franco: estos son los españoles más famosos de todos los tiempos
Usamos la fórmula del MIT para descubrir a las verdaderas 'celebrities' de nuestro país. Tenemos menos que Italia o Francia.
13 enero, 2017 16:29Noticias relacionadas
No se preocupe si no soporta a Belén Esteban o a Paquirrín, en cien años nadie los recordará. De hecho, no se puede definir a estos personajes como famosos. Le contamos quiénes son las verdaderas celebrities de la historia de España.
Para establecer qué es la fama, hemos empleado uno de los pocos sistemas científicamente validados, un set de datos verificados que investigadores del MIT publicaron el año pasado en Scientific Data. Esta colección de individuos de fama mundial que han nacido en nuestro planeta entre el año 4.000 antes de Cristo y 2010 se llama, muy apropiadamente, Pantheon 1.0.
Pantheon tiene dos índices para medir la fama, uno (L) en función de los idiomas en que esté traducida la biografía en Wikipedia del personaje en cuestión, y el otro, denominado HPI, que mide la popularidad histórica con otras variables.
Una vez hechas las presentaciones, vamos a ver quiénes son los españoles más famosos de todos los tiempos.
En primer lugar, con el índice L el más célebre es Pablo Picasso, cuya página de Wikipedia puede encontrarse en 143 idiomas. Con este índice, la lista está plagada de pintores y escritores. El método también favorece a personajes más recientes como Fernando Alonso, Rafa Nadal o Francisco Franco.
A continuación, con el índice HPI, los personajes del siglo XX desaparecen y dejan su sitio a españoles más clásicos (literalmente) como los emperadores romanos Adriano, Trajano y Teodosio I El Grande, nacidos en la ciudad de Itálica que hoy sería Santiponce, Sevilla. Aunque varios de los nombres de la lista repiten con el HPI, este índice beneficia a personalidades con un mayor recorrido histórico.
El total de españoles que cumplen un requisito u otro y tienen acceso al Panteón es, en total, 281. En poco más de 6.000 años hemos producido menos de 300 personas globalmente célebres frente a los 803 de Italia u 852 de Francia. Vamos a ver algunas cifras de los personajes que hemos brindado a la historia del mundo.
Esta herencia dejamos
De los 281 españoles globalmente célebres, 61 de ellos son futbolistas (un 21,7%) y si sumamos entrenadores de fútbol, baloncestitas, tenistas, ciclistas o pilotos, comprobamos que un 33,4% de los famosos españoles de todos los tiempos, uno de cada tres, son deportistas de los últimos 30 años.
La siguiente categoría más poblada es la de los políticos, con 47 celebridades que incluyen a emperadores romanos, reyes medievales y también representantes elegidos democráticamente. Los más antiguos son Trajano y Adriano; los más recientes, Rajoy y Rodríguez Zapatero.
La representación científica es fiel a la realidad y muy pocos de los 281 famosos lo son por su contribución a la investigación y el conocimiento del mundo. El científico más célebre de la lista es el ingeniero y Nobel de Literatura José Echegaray en el número 39, justo por detrás del excentral del Barça Carles Puyol y el filósofo cordobés Maimónides. El siguiente científico es el neurólogo Santiago Ramón y Cajal, en el puesto 74.
¿Quiere ser famoso?
Si usted quiere ingresar en este Panteón que glorifica a las 281 personalidades mundiales nacidas en España, hay varias maneras pero la más sencilla es, como hemos resaltado, a través del deporte.
El límite inferior para entrar a este selecto grupo es de 26 idiomas en la Wikipedia. Para llegar a esta cifra siendo cantante uno tiene que llegar a la fama de David Bisbal y siendo escritor a la de Javier Marías, ambos con su biografía traducida a 26 idiomas. Sin embargo, el mismo número tienen deportistas como el ciclista Samuel Sánchez o Marc Bartra, defensa del Borussia Dortmund. Sin ser los números uno de sus respectivas disciplinas, ambos ya forman parte de lo más selecto jamás nacido en España.
En la categoría de Celebridad tenemos a un único e inesperado famoso: el catalán Jimmy Jump, el hombre que se hizo célebre saltando al terreno de juego en la final de la Champions League o al escenario de Eurovisión con una camiseta promocional y una barretina.
Es un acicate para tomarse al fin la vida de otra manera. Termine sin presión esa novela que siempre quiso escribir, deje su trabajo para ganar un disco, métase a periodista. Y si fracasa, no importa.
Nada de lo que hagamos en nuestras vidas importa porque dentro de un siglo no se hablará de nosotros, se hablará de Jimmy Jump.