El astronauta del futuro podrá manejar su móvil sin problema en el espacio exterior, algo bastante improbable con la indumentaria tradicional. Esta semana Boeing adelantaba los nuevos trajes que llevarán los tripulantes de su nave Starliner, la cápsula que la compañía aeronáutica ha diseñado para trasladar pasajeros a estaciones espaciales y que teóricamente comenzará sus operaciones en 2018.
Los guantes de la tripulación de la nave son aptos para pantallas táctiles, lo que sin duda les hará más cómoda su estancia en el vehículo espacial. Pero hay otras características que hacen del nuevo traje -bautizado como Boeing blue- la envidia de cualquier astronauta clásico.
La equipación cuenta con unas cremalleras en la zona del torso que hace más fácil sentarse, levantarse y volverse a sentar y también colocarse la vestimenta. También es llamativo el casco, con un visor de policarbonato que mejora la vision periférica pero, sobre todo, acoplado al propio traje.
La indumentaria es un 40% más ligera que la anterior, pero mantiene la capacidad de ser presurizada en caso de necesidad. También mejora la transpiración, por lo que será menos caluroso para los astronautas. "Lo más importante es que el traje nos mantendrá con vida", explicó el astronauta Eric Boe en el evento de presentación del traje. "Es mucho más ligero, se ajusta mejor al cuerpo y es más simple, lo que siempre es bueno. Los sistemas comlicados tienen más formas de romperse".