Oscar Marín: "Que los científicos sean funcionarios no tiene lógica"
El investigador dejó en 2014 el Instituto de Neurociencias de Alicante para dirigir el Centro de Neurobiología del Desarrollo del King's College de Londres.
10 febrero, 2017 00:39Noticias relacionadas
Óscar Marín (Madrid, 1971) no se considera un ejemplo de fuga de cerebros, pero no por falsa modestia. El investigador, que dejó en 2014 la dirección de un laboratorio del Instituto de Neurociencias de Alicante, considera que en España "hay una literatura especial" en torno a ese concepto y que en realidad traslados como el suyo se sitúan dentro de la normalidad del mercado laboral, que es dinámico "igual que en otras profesiones". Esto no quita para que Marín, que visitó recientemente Madrid para actuar como secretario del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, se muestre crítico con la ciencia en España, pero cambia el foco: "El problema no es que salgan investigadores en España a trabajar en otros países, sino el hecho de que nosotros no somos capaces de reclutar científicos de otros países para trabajar aquí".
¿Esto es un problema endémico en España?
Hay centros punteros donde esto no ocurre, especialmente en Cataluña, pero también otros como el CNIO o el CNIC en Madrid. Son entidades que funcionan con unas reglas un poco más contemporáneas.
¿Es una cuestión de sueldos, de que se paga menos en nuestro país que fuera?
Yo no creo que sea un tema de salarios per se. Los sueldos son relativamente comparables, aunque adaptados al nivel de vida de cada país, sobre todo en algunos centros. El problema no es tanto el salario como la rigidez del sistema, la incapacidad para adaptar las necesidades de los investigadores al sistema español, que en gran medida se basa en un sistema de funcionariado en el que tienes un salario que no es muy elevado pero un contrato de por vida y eso quizás no es lo más adecuado para el sistema de ciencia. En Inglaterra o en Suiza tienen un sueldo más elevado pero en cualquier momento, aunque tengas un contrato indefinido, te pueden despedir, cosa que aquí en mi posición en el CSIC hubiera sido raro. Son condiciones laborables diferentes y en el caso español desajustadas a la realidad internacional.
¿Y cuál cree usted que sería el formato ideal?
Lo que tiene que haber es el mismo sistema que impera en todas las profesiones, que está basado en los méritos. Uno trabaja, se esperan una serie de resultados que no tienen por qué ser definidos de forma económica sino de cualquier otra, y uno espera que en función de dichos resultados su puesto de trabajo sea relativamente estable y esté compensando económicamente y quizás que aquellos que producen mejores resultados cobren más o tengan otra serie de condiciones.
¿Y por qué cree que en España no se funciona así?
No entiendo cuál es el motivo por el que los científicos tienen un sistema laboral diferente, nunca he comprendido por qué necesitamos un sistema de ciencia basado en el funcionariado. Entiendo que tengamos que tener jueces funcionarios para mantener su independencia y estabilizar el sistema pero ¿en ciencia? yo creo que en cualquier país de nuestro entorno más avanzado se ha demostrado por activa y por sistema que hay otros sistemas que funcionan mejor. Otro tipo de gestión puede dar mejores frutos sin ninguna duda y eso es lo que hace el mercado laboral más dinámico. Hay gente que lo encontrará mejor en otros sitios, pero también habrá otra que se verá muy atraída a trabajar en nuestro país; ese dinamismo es necesario y está basado en un sistema de contratación laboral un poco más flexible del que abunda en el CSIC o en la universidad.
Nunca he comprendido por qué necesitamos un sistema de ciencia basado en el funcionariado
¿Usted mejoró mucho económicamente yéndose a Reino Unido?
Yo vivo más o menos igual que como vivía en Alicante, mi vida no se ha transformado radicalmente. Vivo muy bien, pero también vivía muy bien en Alicante. Lo que sí es cierto es que en un sistema más dinámico tus expectativas son diferentes, yo sí espero que mi sueldo aumente en cinco años si mis resultados son buenos y mi universidad está contenta y cualquiera de los investigadores que están a mi cargo piensa exactamente lo mismo. Todos los años tenemos esta conversación y vemos qué ha ocurrido y qué se ha hecho y qué no y la gente tiene legítimas expectativas de que si lo ha hecho bien puede esperar una recompensa. Yo creo que esto entra dentro de lo normal y que se valora el hecho diferencial, como que a lo mejor no todo el mundo trabaja con el mismo ritmo o con la misma intensidad. Y eso se valora, como en cualquier profesión.
¿Y eso frena la contratación de extranjeros en España?
En cualquier empresa los sueldos se organizan en base a un sistema más o menos dinámico de méritos y yo creo que adoptar esa filosofía ayudaría. No es que sea lo único importnate, pero sí es un factor para que no seamos capaces de contratar investigadores de fuera salvo en contadas excepciones. Pongamos por ejemplo el caso del Instituto de Neurociencias de Alicante; es un centro espectacular con investigadores de primer nivel, que consigue fondos europeos como cualquier otro centro puntero, pero su capacidad para contratar trabajadores de fuera que estoy convencido de que les encantaría trabajar allí es limitada, porque la única posibilidad que tiene de contratar es a través de una posición en el CSIC que sale una vez al año.
Usted está contento en su nuevo destino. ¿A qué se dedica concretamente?
Llevamos muchos años intentando entender cómo se desarrolla el cerebro. Esto lo hacemos con modelos animales, sobre todo con ratones que aunque no tienen un cerebro igual que el nuestro, lo tienen relativamente parecido y tienen la ventaja de que son fácilmente manipulables desde el punto de vista genético, lo que nos permite entender cuál es el papel de los genes que conforman nuestro cerebro. La mayor parte de nuestro trabajo tiene que ver con la corteza cerebral que es la región más evolucionada de nuestro cerebro, la que vemos cuando observamos un cerebro desde fuera y que cubre casi la totalidad de nuestro cerebro y es quizás el área que sufre más en enfermedades del desarrollo. Uno de nuestros intereses a largo plazo es entender no sólo cómo ocurre el desarrollo normal, sino qué es lo que pasa cuando por variación genética o por circunstancias ambientales el desarrollo se desvía un poco de una trayectoria normal y cómo eso puede dar lugar a enfermedades del sistema nervioso central como el autismo o la esquizofrenia.
Yo creo que en lo que se refiere a enfermedades del sistema nervioso central estamos como en el cáncer hace 30 o 40 años
Viendo las opciones terapéuticas para muchas enfermedades neurológicas, a veces parece que apenas se sabe nada sobre ellas...
Yo creo que en lo que se refiere a enfermedades del sistema nervioso central estamos como en el cáncer hace 30 o 40 años, dándonos cuenta de que quizás metemos en el mismo saco enfermedades relativamente diferentes que tienen una manifestación clínica similar. En realidad hay muchos autismos, muchas esquizofrenias, pero la idea que estamos empezando a desarrollar es que pueden ser diferentes puntos terminales de una desviación general del desarrollo de nuestro cerebro, que da lugar a configuraciones distintas, que se producen cuando los circuitos funcionales funcionan de una manera un poco alejada de lo que reconocemos como normalidad. Sabemos muy poco de cuáles son esas desviaciones por varias razones: en primer lugar, porque son muy difíciles de estudiar en humanos, ya que analizar el cerebro prácticamente solo lo podemos hacer con métodos invasivos o con imagen cerebral, pero la resolución es relativamente pequeña. Pero poco a poco empezamos a dominar investigación más basada en hipótesis que podemos testar en animales y después pasarla a la clínica.