De arma nazi a arrecife de coral: la nueva vida del submarino en el que se inspiró Steven Spielberg
El vehículo alemán es 'hermano' del famoso U-81 y fue hundido por un buque británico hace 75 años en las islas Azores.
8 febrero, 2017 18:10Noticias relacionadas
Si uno intenta hacerse una idea de cómo era un submarino nazi, le vendría bien ver dos películas casi clásicas: la primera, El submarino (Wolfgang Petersen, 1981), retrata la angustiosa convivencia en el fondo del mar de un grupo de soldados aparentemente enviados a una misión suicida; la segunda, En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981) relata las primeras aventuras del arqueólogo Indiana Jones.
Los vehículos retratados en el cine se inspiraron en un conocido submarino nazi, el U-96, que en sus cinco años de servicio derribó a 28 botes sin sufrir una sola baja, hasta su hundimiento en las costas estadounidenses por bombarderos de EEUU. Pero lo que pocos saben es que el mítico vehículo tenía un hermano, un submarino similar llamado U-581 que compartía características con el primero: contaban con un sonar activo, pesaban 770 toneladas, podían avanzar hasta 15.700 kilómetros y desplazarse a hasta 39 kilómetros por hora.
Ahora, un equipo de investigadores alemanes han encontrado los restos de U-581, que ha pasado de mortífero vehículo de guerra nazi a interesantísimo arrecife de coral. El hallazgo se ha producido gracias al vehículo LULA 1000, un sumergible de la Rebikoff-Niggeler Foundation que lo ha localizado partido en dos en el fondo de una isla de las Azores, Pico, a 900 metros de profundidad.
El hallazgo se ha hecho público meses después de que se produjera -en septiembre de 2016- para coincidir con el 75 aniversario del hundimiento del submarino, que tiene una historia casi tan fascinante como la de su famoso hermano mayor.
El 2 de febrero de 1942, el vehículo se hundió tras recibir una carga del destructor británico HMS Westcott. Cuatro miembros de la tripulación murieron y 41 fueron capturados y hechos prisioneros de guerra. Lo increíble es que uno de los tripulantes, Walter Sitek, fue capaz de escapar y nadó seis kilómetros hasta llegar a tierra, donde marineros españoles le repatriaron a Alemania y donde el soldado logró sobrevivir a la guerra.
Con su encuentro, el U-581 empieza una nueva vida, ya que en estos 75 años se ha convertido en un curioso ecosistemas en las profundidades de una agua tan fría como la que rodea las Azores, algo que los biólogos marinos piensan aprovechar.