Éste podría ser el bisabuelo de tu tatarabuelo: la ciencia reconstruye caras anónimas del pasado
El estudio sirve para recoger datos sobre cómo vivían las clases más pobres, de las que apenas existen retratos.
24 marzo, 2017 19:17Noticias relacionadas
No se puede reconstruir la historia de la humanidad con datos basados únicamente en las clases sociales más altas.
Por eso, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en colaboración con la Universidad de Escocia de Dundee, ha puesto en marcha el proyecto After the Plague a través del que estudiantes e investigadores del centro se dedican a reconstruir la historia de la Inglaterra del siglo XIV, en la que la peste tuvo un terrible protagonismo que llevó a la muerte a miles de personas. De la mayoría de estas víctimas no existe ningún tipo de registro, ya que en esa época sólo los había de los ciudadanos más adinerados.
Y precisamente en el marco de este proyecto ha tenido lugar la reconstrucción facial de Context 958, un hombre de 40 años que al morir no tendría ni idea de lo famosa que sería su cara siete siglo después.
Tumbas en un hospital de caridad medieval
Con el fin de obtener restos óseos para su investigación, este equipo de científicos se ha desplazado hasta un conjunto de más de 400 tumbas, situadas en las inmediaciones del que un día fue el hospital medieval de caridad de St John.
Según los escritos de la época este hospital acogía y alimentaba a pobres y enfermos de la peste, que permanecían allí hasta el momento de su muerte, tras la que eran enterrados en el cementerio que se ha convertido en protagonista del proyecto, al que aún le queda mucho trabajo por delante.
De momento, uno de sus primeros pasos ha consistido en el estudio de los huesos y la reconstrucción facial de un sujeto, al que han bautizado como Context 958.
Se trata de un hombre, de aproximadamente 40 años, que antes de su muerte tuvo una vida laboral muy dura, según el desgaste que muestran sus huesos.
Además, su infancia pudo estar muy marcada por el hambre, o quizás por alguna enfermedad, pues su esmalte dental dejó de crecer durante la juventud, pero más tarde debió conseguir un trabajo que, a pesar de la pobreza, le permitía una alimentación mejor que la de otras personas de su clases social, ya que parece ser que tenía una dieta rica en carne y pescado.
Cabe destacar también un gran traumatismo en la parte posterior del cráneo, aunque seguramente no fue lo que lo mató, pues ya había sanado completamente en el momento de la muerte.
Reconstrucción facial
Todos estos datos son más que suficientes para recrear la que pudo ser la vida de aquel hombre, pero resulta mucho más visual gracias a la impresionante reconstrucción facial que también han llevado a cabo en torno al proyecto y que, según planean, será la primera de muchas, pues cuentan con financiación hasta el año 2021.
Sin duda es una aplicación muy interesante de las técnicas de reconstrucción facial, pero existen otras muchas, como la identificación de personas desaparecidas, en la que se utilizan herramientas que buscan la coincidencia de una serie de puntos predeterminados entre la foto del desaparecido y el cráneo con el que se quiere comparar.
Y no es necesario viajar fuera de España para encontrar centros en los que se desarrollen este tipo de técnicas, pues aquí contamos con equipos muy buenos en este área, como el que dirige el catedrático Miguel Botella en el Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada.