Si pensamos en inventores famosos, seguro que nos vienen a la mente nombres como Thomas Edison, Nikola Tesla o Benjamin Franklin. Pero si le damos la vuelta a la expresión y hablamos de famosos inventores, son otros los que surgen: Michael Jackson, Francis Ford Coppola, Mark Twain o Marlon Brando son personajes conocidos por su música, sus libros o sus películas, pero no tanto por el hecho de que sucumbieron al gusanillo de dejar sus nombres escritos en la historia de la invención, con más o menos seriedad y más o menos fortuna. Repasamos algunos de estos famosos y sus inventos.
Mark Twain, broche del sujetador
Millones de mujeres en todo el mundo se visten cada día gracias al autor de Las aventuras de Tom Sawyer. El estadounidense Mark Twain, un autor conocido sobre todo por su manejo del humor y la ironía, fue también un gran interesado en la ciencia y amigo de Nikola Tesla. Incluso hizo sus pinitos en la invención, de forma mucho más modesta, pero con una repercusión inesperada. En 1871, Twain patentó (con su nombre auténtico, Samuel L. Clemens) una "mejora en tiras ajustables y removibles para prendas". Su sistema de corchetes en una banda elástica ajustable ha triunfado en los sujetadores, pero ni el propio autor podía haber imaginado dónde acabaría empleándose un invento que él diseñó con otro propósito, para ajustar chalecos y sostener los pantalones sin tirantes.
Francis Ford Coppola, botella para CD y camiseta localizadora de picores
El director de El padrino y Apocalypse now es conocido por haber diversificado sus actividades profesionales más allá del cine. Pero además de los vinos o la pasta, Francis Ford Coppola también se dedica a patentar inventos tan estrambóticos como una botella con un compartimento en la base para guardar un CD, o una camiseta con un dibujo de secciones numeradas para localizar el picor y así facilitar el rascado, o un cronómetro avisador que mide siempre el mismo intervalo de tiempo, en concreto 45 minutos. ¿Y para qué querría alguien medir siempre 45 minutos? Fácil: según explica Coppola en la patente, es el tiempo necesario para enfriar una bebida en el congelador sin que llegue a congelarse y romper el recipiente.
Gary Burghoff, atractor de peces y asa para tapa de váter
Es improbable que les suene el nombre de Gary Burghoff, pero es muy posible que le hayan visto interpretando a aquel soldado tímido y con gafas apodado Radar en la película de 1970 MASH y en la serie de televisión del mismo título. A Burghoff, que no se ha prodigado en otros papeles, el gusanillo de la invención la ha llevado a patentar un aparato para atraer a los peces con cebo, luz y sonido, y así facilitar la pesca. Pero sobre todo, el actor ha patentado un sencillo dispositivo que todos hemos echado en falta alguna vez: una especie de palanca para levantar la tapa del retrete público sin necesidad de tocarla.
Michael Jackson, zapatos antigravedad
El rey del pop fallecido en 2009 demostró en sus propias actuaciones en directo la utilidad del invento que firmó con su nombre, un dispositivo para "crear una ilusión de antigravedad". El sistema patentado por Michael Jackson en 1992 consiste en un zapato con una ranura en el tacón que se ancla a un enganche móvil en el suelo, de modo que el usuario puede inclinarse hacia delante sin caerse, aunque el centro de gravedad del cuerpo caiga más allá de los pies. Curiosamente, la patente fue cedida a la compañía de ropa interior Triumph.
Albert Einstein, una blusa
Es curioso, pero no inesperado, que Albert Einstein patentara conjuntamente con su amigo, el radiólogo Gustav Bucky, una cámara de fotos que ajustaba por sí sola la luz de exposición, adelantándose así a las cámaras automáticas. Al fin y al cabo, el físico trabajó en una oficina de patentes en sus años tempranos. Pero lo que parece inconcebible es que el genio que odiaba los calcetines y que solía vestir trajes idénticos patentara en solitario un "diseño para una blusa", presumiblemente para hombre. El aspecto del diseño es más bien el de un chaleco, sin mangas, con profundo escote con solapas y abotonado en la cintura. No consta si el diseño llegó a fructificar en algo real.
Marlon Brando, bongó afinable
El caso de Marlon Brando es de lo más inesperado. Para alguien como él que sólo firmó una patente, a ver quién acertaría la respuesta correcta en una pregunta de Trivial: lo que inventó fue un dispositivo para afinar bongós. Lo cierto es que el protagonista de El Padrino era un virtuoso de este instrumento de percusión, que se desafina cuando la membrana se destensa. Para evitar la trabajosa afinación manual, Brando inventó un sistema que se instala dentro del bongó y que gira para tirar de la membrana y tensarla. El aparato puede funcionar manualmente, acoplándole un motor, o mediante un sistema automático que ajusta el sonido del instrumento a la frecuencia deseada. Brando presentó la patente en 2002, pero por desgracia no vivió para verla publicada en noviembre de 2004, cuatro meses después de su muerte.
Jamie Lee Curtis, pañal con toallitas
Muchos padres y madres, sobre todo novatos, habrán echado en falta un miembro extra mientras tratan de manejar a la vez las piernas de su bebé, el pañal sucio, el limpio y las toallitas húmedas. En 1987 y con su hija adoptiva de apenas un año, la actriz Jamie Lee Curtis debió de verse en tal situación y decidió hacer algo al respecto. No inventó un brazo extra, pero sí el pañal que viene con toallitas incorporadas. El invento de la protagonista de Halloween y Mentiras arriesgadas consiste en un pañal con un bolsillo externo hermético que contiene toallitas húmedas. Al parecer la actriz se negó a explotar la patente mientras los fabricantes de pañales no los hicieran biodegradables.
Hedy Lamarr, sistema de comunicaciones secretas
Ninguna lista de celebrities con inventiva estaría completa sin el que probablemente es el caso más conocido, el de la diva del cine de los años 40 Hedy Lamarr. En colaboración con su amigo, el pionero de la música automática George Antheil, la actriz de belleza incomparable y cerebro privilegiado patentó en 1941 un sistema para evitar el hackeo de los torpedos dirigidos por radio. Para ello proponía emplear un dispositivo como el rollo de papel perforado de una pianola, que en lugar de tocar teclas iba cambiando la frecuencia de la comunicación de acuerdo a una secuencia sólo conocida por quien controlaba el proyectil. El invento era tan adelantado a su tiempo que fue ignorado en su día, pero el concepto de salto de frecuencias de comunicaciones se aplica hoy en sistemas como el WiFi y el Bluetooth.
Eddie Van Halen, soporte para guitarra
Varios músicos y cineastas han patentado dispositivos destinados a su propia profesión: James Cameron y su plataforma para filmar bajo el agua, Steven Spielberg y su plataforma de rodaje (dolly), o Prince Rogers Nelson, en vida más conocido como el artista antes conocido como Prince, y su teclado-guitarra. Un caso curioso es el de Eddie Van Halen. El guitarrista de rock más grande de todos los tiempos según los lectores de Guitar World, o el octavo más grande según Rolling Stone, popularizó el tapping, el uso de los dedos de ambas manos para tocar las cuerdas sobre el diapasón de la guitarra. Para facilitar la postura, el holandés patentó en 1985 un soporte que mantiene la guitarra horizontal dejando las dos manos libres, consistente en una especie de aleta plegable que se apoya sobre la pierna. Al poner el plano de la guitarra perpendicular al cuerpo, el soporte se despliega por gravedad y queda anclado en su posición.
Uri Geller, protector contra radiaciones de móviles y concurso de adopción de niños
El mago doblador de cucharas Uri Geller debió de ver allá por 1996 un posible filón en la invención de una especie de protector para teléfonos móviles cuyo fin era en realidad resguardar al usuario de la radiación emitida por el aparato. Por desgracia para Geller, por suerte para el resto, ningún estudio ha demostrado fehacientemente una relación entre el uso de móviles y enfermedades como el cáncer. En EEUU, la Comisión Federal de Comercio ha advertido contra los escudos de radiación para móviles cuya eficacia no está científicamente demostrada. Pero bastante más extravagante es otra patente de Geller para un "programa concurso de televisión y online donde parejas compiten unas contra otras para ganar la custodia legal de un niño". Dado que posteriormente Geller publicó una novela sobre esta misma idea, es de suponer que trataba de protegerla por si alguien decidía llevarla a la práctica. Cosa que, por cierto, ocurrió.