La escena transcurre en un restaurante de carretera. Es uno de esos establecimientos típicos de película estadounidense. La luz es tenue salvo en los escasos metros que rodean al usuario que tiene puestas las gafas de realidad virtual de me.mento 3D. Esas gafas son las que le han llevado hasta ese local. Al fondo a la izquierda está la puerta de la cocina. Se abre y sale de ella una mujer que no está desnuda porque tiene puesto un bikini rojo que tapa lo justo. A juego van los cuernos de una diadema y unos zapatos de tacón muy altos.
La mujer hace un estriptis rápido. En cuestión de segundos lo ha enseñado todo y está encima del cuerpo virtual del usuario, teniendo sexo. El cuerpo tatuado de la chica se mueve hacia arriba y abajo también ayudado por las manos virtuales del usuario, convertido, gracias a la tecnología, en la pareja virtual de la chica. "Ésta es Texas Patti", dice a EL ESPAÑOL Tobias Platte, CEO de me.mento 3D, empresa responsable de la animación. Alude al avatar de la mujer, una célebre actriz porno alemana.
Patti forma parte del grupo de los 900 actores que han pasado por la sala de escaneado a cuerpo completo de la start-up que dirige Platte. Logran esos escaneados con una pequeña estancia cilíndrica en cuyas paredes hay dispuestas 150 cámaras fotográficas. Dentro, cuando la actriz o el actor entran desnudos, se hacen fotos simultáneas en una determinada posición. Así se obtienen con detalle los datos del cuerpo de la estrella porno que luego permiten su reconstrucción en el mundo virtual. Ese proceso es clave para que pueda ocurrir la escena porno del restaurante de carretera
Esa es una de las técnicas que la empresa de Platte está desarrollando. Su idea es crear un mundo en el que los usuarios paguen por tener sexo con avatares virtuales de estrellas porno. "Los escaneados de personas es algo relativamente moderno. Nosotros los logramos con técnicas de fotogrametría", afirma Platte, aludiendo a una técnica basada en la toma de fotografías de cualquier animal o cosa para estudiar y definir su forma. "En menos de un segundo se hacen 150 fotos. Esas fotos hacen posible reconstruir esa persona en tres dimensiones. Hemos afinado tanto ese proceso que tenemos una representación realista al 98%", sostiene el CEO de me.mento 3D.
Ese es, sin duda, uno de los desafíos a los que se está enfrentando su empresa, cuya ambición no es otra que "poner patas arriba el mercado del entretenimiento erótico". Me.mento 3D está, de hecho, embarcada en la creación de un producto que no tiene parangón ahora mismo en el mundo. Se llama VRXCITY, un mundo virtual para vivir experiencias sexuales. Platte habla, sobre todo, de los usuarios pensando en hombres heterosexuales. "Ahí está el mercado más grande, aunque después vendrán más opciones, travestis, gays, cualquier opción, sostiene.
"El consumo actual de porno pasa por ver a una mujer, o ver una película, de unos veinte minutos. En esos productos, uno se divierte con ello y ya. Es verdad que existen las gafas de realidad virtual que tienen vídeos en 180 grados. Eso quiere decir que uno puede mirar por diferentes ángulos. Pero uno ve en el vídeo lo que está grabado, describe un Platte que trabaja para que el porno vaya más allá. "En esos vídeos no se puede interactuar, pero con nosotros se puede interactuar. Uno puede tener sexo por delante, por detrás, que le hagan una felación, lo que sea. Se trata de ofrecer interacción sexual real como en la vida real con la única diferencia de que la acción tiene lugar en un mundo virtual", abunda el CEO de me.mento 3D.
Platte, nacido hace 45 años en Altmarkt (este alemán), ha invertido mucho en este proyecto. De inversiones sabe este ex banquero que, según confiesa, "nunca imaginó que acabaría haciendo películas porno virtuales".
Su interés en la prometedora tecnología de las impresiones en tres dimensiones le llevó a crear, primero, esculturas de actrices porno. En un par de muebles de IKEA dispuestos en uno de los pasillos de sus oficinas, situadas en el norte de Berlín, están expuestas algunas de esas figuras eróticas.
De esculturas en tres dimensiones a un mundo virtual y erótico
Parece que Platte y compañía no prosperaron con ese negocio de estatuillas eróticas. "Hace ya tiempo que empezamos a escanear el cuerpo de mujeres para hacer figuras en tres dimensiones. Era nuestra idea inicial, pensábamos que era una cosa guay utilizando nuevas tecnologías, porque se pueden hacer figuras muy reales y bonitas. Funcionó bien pero la tecnología de las impresoras no nos podía satisfacer, cuenta Platte. La fabricación de figuras era lenta. Las inversiones resultaban demasiado caras. "Teníamos mucha demanda, el ritmo de producción era demasiado lento y no podíamos invertir en 20 impresoras 3D. Eran muy caras, 80.000 euros costaba una impresora, agrega.
El proyecto de las estatuas quedó apartado. Pero Platte y compañía ya tenían los datos informáticos de los escaneados de las estrellas porno. Antes de verla animada en el restaurante de carretera estadounidense, Platte pudo ver el escaneo de Texas Patti desnuda en tres dimensiones. "Estaba guay, pero acabó siendo aburrido. Pero pensando en ello fue cuando desarrollamos el concepto de VRXCITY, sostiene Platte, que defiende la originalidad de su proyecto.
"Es algo completamente nuevo, por eso puede dar un giro completo a la industria erótica. Además, ya tenemos hecho el avance tecnológico, abunda. "Tenemos el escáner, que lo hemos desarrollado nosotros. En él, la chica entra, la escaneamos, digitalizamos la imagen original, creamos un avatar y lo animamos, precisa. En sus oficinas Platte tiene a una decena de empleados trabajando con ordenadores en esas animaciones. Ellos son parte de una plantilla actualmente de casi un centenar de personas, entre empleados y colaboradores externos.
Digitalizando estrellas porno como si fueran futbolistas del FIFA 2018
"Los avatares los ampliamos desde un punto de vista ortopédico. Es decir, que todo el cuerpo funciona como en la vida real. Por ejemplo al mover el brazo, los músculos se contraen como es debido", sostiene el CEO deme.mento 3D. Para ello, ha sido incluso necesario grabar a dos actores porno manteniendo relaciones sexuales.
"Hemos hecho animación 3D en base a sexo real, porque necesitamos los movimientos reales para poder hacer cómo es el sexo por delante, por detrás o cómo es una felación. Todo eso se graba para después animarlo y usarlo en la interacción, añade Platte. Las técnicas empleadas para crear la animación de movimientos son "exactamente las mismas que las que se utilizan en videojuegos como el FIFA, según los términos del responsable deme.mento 3D.
Para él y su equipo lo más difícil tecnológicamente hablando es crear imágenes informáticas en 3D lo suficientemente buenas como para ser realistas. "Esto aún no lo ha hecho nadie en nuestro campo. A la tecnología que existe todavía le cuesta ofrecer resultados. No cuesta tanto hacer la película o la escena, sino que las acciones que la mujer hace estén hechas al segundo, a petición del usuario. Todo gesto de la mano del usuario con el mando tiene que estar renderizado", mantiene Platte. "Esta renderización a tiempo real es extremadamente complicada de conseguir. Pero lo hemos hecho de modo que sea visible con una apariencia lo suficientemente buena para que tenga buen aspecto en ordenadores convencionales", agrega.
Su empresa promete "tocar y sentir todo en la experiencia" y "hacer lo que guste al usuario con avatares virtuales de movimientos naturales". El pasado mes de enero, me.mento 3D presentó en Las Vegas (Estados Unidos) su producto, sobre el que todavía trabaja el equipo de informáticos de Platte. "La respuesta que recibimos en la presentación fue muy buena, la gente quedó encantada", recuerda el responsable de la start-up berlinesa. De momento, Platte y compañía tienen su proyecto financiado hasta finales de año, cuando se espera que salga al mercado VRXCITY.
Pese al pasado como banquero de Platte, me.mento 3D no cuenta con el apoyo de instituciones financieras. "Los bancos no nos financian", comenta Platte con media sonrisa. "Pero tenemos inversores privados, asegura. Además, han asociado al proyecto una criptomoneda, el BUX, creada para que los usuarios puedan pagar por los servicios de los avatares virtuales. Actualmente, un euro equivale a 100 BUXs.
Cuando VRXCITY comience a funcionar, cada vez que el usuario pague en esa moneda a un avatar de una actriz, ésta cobrará por el uso que se hace de su imagen en esa realidad virtual. De momento, los interesados en invertir puede hacerlo comprando BUX con euros reales que Platte utiliza para hacer funcionar su empresa.
Una carrera al mundo virtual del sexo sin competencia
Hablando de su proyecto, Platte suena confiado. Sabe que no hay empresa que le haga la competencia. No hemos sabido de ningún competidor, asegura. Tal vez por eso es capaz de estirar tanto el proyecto en su cabeza. "Imagínese que tienes un amigo en Londres. Tú estás en Berlín. En VRXCITY, los dos os podéis ir a un bar, ver un estriptis y, si la chica os gusta, entonces hacéis un trío virtual", plantea.
Para Platte, una vuelta de tuerca evidente a su proyecto es dar una dimensión social. "No sólo hablamos aquí de porno interactivo, es un porno interactivo y social. Crear un portal de citas o vivir en un apartamento con tu propio avatar para hacer fiestas de intercambios con amigos también es posible", sostiene. Sin embargo, en el futuro más inmediato, Platte y compañía quieren seguir mejorando la experiencia sexual de su mundo virtual.
De hecho, en me.mento 3D quieren conectar juguetes sexuales reales a la acción que ocurre en el espacio virtual. "Ahora la sensación visual es convincente como estar dentro de una película. Uno puede pasárselo bien usando la mano mientras está en la realidad virtual, pero estamos trabajando con fabricantes de juguetes sexuales, avanza.
Coordinar la acción de esos juguetes sexuales con lo que pasa en el de realidad virtual parece preocupar más a Platte que la eventualidad de que su invento pueda acabar con el sexo real entre personas en carne y hueso. "Esa sustitución puede ocurrir, sí, en parte. Pero yo no iría tan lejos. Porque a mí me gusta, claro está, el sexo real. Es otra cosa, concluye.