La nave estadounidense New Horizons (Nuevos Horizontes) inició su viaje a través del Sistema Solar el 19 de enero de 2006. Su misión: superar los límites del degradado Plutón, hoy considerado un planeta enano, e internarse en los confines del Cinturón de Kuiper.
Esta región se encuentra más allá de la órbita de Neptuno e incluye al propio Plutón. Se trata de un conjunto de objetos helados apenas perceptibles por los telescopios terrestres. Dichos objetos, de 10 a 50 kilómetros de diámetro, se desplazan lentamente y tardan siglos en completar una órbita alrededor del Sol. Desde la Agencia Espacial Europea se cree que pueden ser restos desperdigados tras la formación de los planetas del Sistema Solar. Hasta el momento, el planeta enano Eris es el objeto más alejado conocido dentro del Sistema Solar y del propio Kuiper: se encuentra al doble de distancia que Plutón del Sol.
La NASA postergó la misión de New Horizons tras alcanzar Plutón en 2015. Durante la próxima noche de fin de año alcanzará un hito en la exploración espacial y sobrevolará MU69 2014. Este objeto se encuentra a 6.430 millones de kilómetros de distancia del Sol y se conoce por el nombre de Ultima Thule. Esta expresión latina hace referencia a cualquier lugar situado más allá de las fronteras del mundo conocido. Tan solo la nave Voyager ha llegado tan lejos. No se espera que New Horizons la supere hasta finales de la década de 2030. Cuando esta última saltó al espacio exterior, Voyager llevaba unos 15 billones de kilómetros recorridos.
New Horizons despertó el pasado junio de su última hibernación. La máquina estuvo casi 165 días varada en el espacio, a más de seis billones de kilómetros de distancia de la Tierra. Desde entonces ha estado observado Ultima Thule mientras concluía su aproximación. Entre otros aspectos, la nave ha analizado cómo este cuerpo celeste refleja la luz durante su trayectoria. Los resultados posibilitan que Ultima sea en realidad dos objetos que orbitan a la par: su forma no coincide con la forma en la que refleja la luz.
"Es todo un puzzle", admite Alan Stern, coordinador del proyecto desde el Southwest Research Institute. "¿Por qué tiene una curva de luz tan pequeña que imposibilita que podamos siquiera detectarla?", pregunta de forma retórica en la publicación de phys.com.
Los astrofísicos del instituto John Hopkins de Washington y del SRI tienen varias hipótesis al respecto. La primera, una coincidencia poco plausible: Ultima se aproxima al objeto a través de su órbita rotacional. La segunda, que una sustancia rodee el objeto e impida realizar las mediciones de forma adecuada. Para ello, sin embargo, debería haber una estrella que evaporase ciertos materiales. Los investigadores también han planteado que Ultima esté rodeada así mismo de pequeños satélites.
La nave alcanzará el cuerpo celeste a las seis y media de la tarde del 1 de enero, según Europa Press. Las fotografías en alta resolución que se obtendrán entonces permitirán revelar más acerca de esta lejana región de nuestro Sistema Solar.