El agujero negro central de la Vía Láctea será 8 veces más grande en un futuro
- Este cambio se producirá dentro de 2.000 millones de años a raíz de la colisión con una galaxia próxima, la Gran Nube de Magallanes.
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Dentro del Universo conocido, la especie humana convive bajo el paragüas de lo que se conoce como el Grupo Local. Se trata de un conjunto dominado por tres grandes galaxias: Triángulo, Andrómeda y nuestra Vía Láctea. Hasta ahora se sabía que las dos últimas colisionarán en un plazo aproximado de 3.000 a 5.000 millones de años. Tras esta fusión, conformarían una nueva supergalaxia que absorbería progresivamente al resto de sus compañeras del Grupo Local.
Sin embargo, un nuevo descubrimiento publicado en la Royal Astronomical Society ha cambiado la perspectiva en el mundo científico respecto al porvenir de nuestra galaxia. La Vía Láctea colisionará con la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana satélite, en apenas 2.000 millones de años, mucho antes de su unión con Andrómeda. La estimación ha sido realizada entre astrofísicos de las universidades de Durham (Reino Unido) y Helsinki (Finlandia).
La Gran Nube de Magallanes es la galaxia satélite más grande de las que rodean a la Vía Láctea, aunque apenas ocupa un 1% de su tamaño. Se encuentra aproximadamente a 163.000 años luz de distancia. El resultado de la fusión de estas dos galaxias, sin embargo, no resultaría tan pacífico como en el caso de Andrómeda. En el núcleo de la Vía Láctea reside un agujero negro supermasivo parcialmente inactivo, Sagitario A*. El estudio afirma que la colisión con el sistema de Magallanes provocaría un aumento de hasta ocho veces su masa actual.
Según Marius Cautun, investigador en Durham, es muy poco probable que las consecuencias del choque afectasen al Sistema Solar. Sin embargo, advierte de que la composición de la Vía Láctea se verá modificada inevitablemente: "La destrucción de la Gran Nube de Magallanes causará estragos en la galaxia. Al despertar a su agujero negro central la transformará en una galaxia activa", explica el investigador. Se considera a una galaxia "activa" cuando sus principales fuentes de radiación electromagnética no proceden de sus componentes habituales, como sus estrellas o gases.
Cautun advierte de que en el improbable caso de que la fusión afectase al Sistema Solar, la colisión "podría expulsarnos de la Vía Láctea y lanzarnos al espacio interestelar", en declaraciones a phys.org. Los resultados alcanzados por los equipos anglo-fineses han sido posibles gracias a EAGLE, un superordenador programado para realizar simulaciones respecto a la formación y evolución de diversas galaxias.
De acuerdo con Alis Deason, cosmóloga en Durham, "es habitual" que un fenómeno como éste se produzca en lugares como la Vía Láctea. "Andrómeda ha devorado a galaxias 30 veces más grandes que la nuestra. La colisión con la Gran Nube de Magallanes va con retraso y es necesaria para que la Vía Láctea se comporte de forma normal", afirma Deason. Su compañero y co-autor del estudio, Carlos Frenk, se muestra entusiasmado por el fenómeno: "Si nuestros descendientes siguen vivos, van a tener la suerte de asistir a unos fuegos artificiales cósmicos alucinantes".