El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina ha sido concedido en su undécima edición al investigador estadounidense Jeffrey Gordon, "por su descubrimiento fundamental de la importancia de la comunidad microbiana intestinal para la salud humana", señala el acta del jurado.
"Gordon y su equipo fueron los primeros en demostrar la importancia del microbioma intestinal en la regulación de la fisiología animal", prosigue el acta. "Tras este hallazgo fundamental, muchos grupos en todo el mundo han demostrado que los microorganismos que pueblan el intestino desempeñan un papel central en la salud y en enfermedades como la obesidad, la diabetes o la enfermedad inflamatoria intestinal, y podrían tener importantes implicaciones en la patogénesis de enfermedades neurológicas y en la respuesta a fármacos".
El trabajo de Gordon inaugura toda una nueva área de investigación básica en biomedicina para entender el papel de los microbios en el funcionamiento normal del organismo, y abre nuevas vías de investigación en el estudio de múltiples enfermedades, así como en la búsqueda de tratamientos innovadores.
Gordon ha descubierto, por ejemplo, que los microorganismos presentes en el intestino influyen en la aparición de obesidad. Al mismo tiempo, ha comprobado que las consecuencias a largo plazo de la malnutrición en niños, como fallos en el desarrollo neurológico y del sistema inmune, dependen no solo de la dieta sino también de la adquisición de un microbioma sano.
Además, gracias a su trabajo han comenzado a explorarse los posibles usos terapéuticos del microbioma. Según el acta, "los trasplantes de microbiota fecal pueden ser beneficiosos para el tratamiento de algunas enfermedades, entre ellas algunos tipos de colitis. A medida que avanza el conocimiento de los mecanismos moleculares precisos que median la influencia de las bacterias sobre nuestra fisiología, se abre una gran promesa en el desarrollo de tratamientos contra diversas enfermedades humanas".
Una "simbiosis" esencial entre microbios y humanos
Que el cuerpo humano convive con numerosos microorganismos que lo colonizan se sabía hace tiempo, pero no se sospechaba su importancia. De hecho, el interés de Gordon y su grupo por la flora intestinal surgió mientras investigaban en otra área: la formación del intestino. Buscando las señales químicas que las células se intercambian mientras construyen el intestino, Gordon descubrió que también los microorganismos de la flora intestinal hablan constantemente con nuestras células, y realizan tareas esenciales para ellas. Por ejemplo, digerir nutrientes que el cuerpo humano es incapaz de metabolizar.
La comprobación de que entre microbios y humanos existe una "simbiosis" esencial para la supervivencia mutua fue un primer e importante cambio de paradigma. Lo explicó ayer Gordon tras conocer el fallo: "No podemos vivir o funcionar solos; hay una colaboración constante entre las decenas de billones de microbios que habitan en nuestro cuerpo, y nosotros mismos".
"La gente debe adoptar una visión más amplia de sí misma: somos una maravillosa mezcla de componentes genéticos y celulares de microbios y humanos", explicaba el investigador. "Hay cien veces más genes microbianos que humanos en nuestros cuerpos, así que en ese sentido somos más microbianos que humanos, pero el hecho es que nos beneficiamos mutuamente de la compañía que nos hacemos. La pregunta que debemos hacernos es hasta qué punto nuestra biología es fruto de la contribución de nuestros microorganismos".
Gordon se confiesa "cautivado" por la noción de que hace cientos de millones de años un organismo mucho más simple tuvo que decidir si contaba con genes suficientes para metabolizar los nutrientes que necesitaba, o si adoptaba los de otros organismos, entablando con ellos una relación simbiótica que dura hasta el presente. "Se asocia a los microbios a guerras y conflictos, en vez de a la cooperación, pero lo que han desvelado nuestras investigaciones es que los microbios pueden ser nuestros amigos", dice.
El papel del microbioma en la obesidad y la malnutrición
Para investigar el papel de los microbios intestinales, Gordon y su grupo recurrieron a ratones criados en condiciones estériles, sin microbiota propia. Así podían colonizarles con microorganismos conocidos, e investigar su efecto en relación con determinados nutrientes. Ese tipo de investigación es la que ha permitido demostrar que los microorganismos tienen un papel causal en el desarrollo de enfermedades como la obesidad, y en el tratamiento de la malnutrición.
Como explica Gordon, "nuestra investigación se ha centrado en averiguar qué es lo normal en las comunidades de microbios intestinales, cuáles son las desviaciones de lo normal, y si estas desviaciones pueden ser causas de una enfermedad".
El nuevo campo de investigación en el microbioma está en plena efervescencia, pero Gordon recuerda que "hay que ser muy humilde ante todo lo que queda por aprender". Es fácil caer en la tentación de pensar que hay microorganismos que engordan y otros que adelgazan, pero no será tan simple: el efecto de cada microbioma es personal, porque "lo importante es la interacción" entre los microorganismos y las células del portador.
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