'Rosalía de Castro' y 'Río Sar' son los nombres elegidos por España para una estrella y un planeta, respectivamente, en una votación popular organizada por la Unión Astronómica Internacional (IAU) para bautizar a diferentes astros de fuera del Sistema Solar.
La estrella y el planeta asignados para España que ahora cuentan con el nombre de la escritora y el río gallegos se encuentran en la constelación de Ofiuco, conocida como "El cazador de serpientes", situada a 240 años luz de la Tierra, según anunció la IAU, que celebra con este proyecto en más de 110 países su centenario.
'Rosalía de Castro' es una estrella amarilla enana parecida a nuestro sol, conocida anteriormente con el nombre "HD 149143" y le orbita 'Río Sar', un planeta gaseoso con un tamaño 1,3 veces superior a Júpiter.
Los nombres españoles fueron elegidos en una votación online realizada entre el 23 de octubre y el 12 de noviembre de este año en la que participaron 34.000 personas y con un 39% de los votos venció la propuesta de la Agrupación Astronómica Coruñesa ÍO que quería homenajear a "la figura más importante de la cultura gallega".
La escritora (1837-1885) es una de las grandes poetas del siglo XX español y es autora entre otros de "Cantares gallegos", "Follas novas" o "En orillas del Sar". Precisamente el nombre elegido para el planeta que orbita a la estrella es este río Sar, afluente del Ulla y presente en la obra de la escritora.
Como la constelación es denominada "El cazador de serpientes" algunas propuestas españolas giraban en torno a esta temática como Culebre y Xaana, personajes de la mitología asturiana, Culebra o Malpolón, o Zamenis y Ophion, en referencia a la mitología griega.
Otras opciones propuestas por agrupaciones astronómicas españolas fueron Girasol y Pétalo, los amantes de Teruel, Isabel y Diego, el explorador Elcano y su nave Victoria, o Tirant y Carmesina, personajes de una novela caballeresca catalana publicada en 1490.
La Unión Astronómica Internacional asignó una estrella y un planeta que fuera visible desde el país elegido y que fuera suficientemente brillante para vislumbrarlos con un telescopio pequeño desde la latitud del país.