Las 'madres' de la edición genética CRISPR/Cas9, Premio Nobel de Química 2020
La Asamblea reconoce a Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier por crear las 'tijeras' que permiten la ediciín genética.
7 octubre, 2020 11:54Noticias relacionadas
La Asamblea del Nobel otorga el Nobel de Química de 2020 a Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier por crear la tecnología CRISPR/Cas9, con la enzima Cas9 funcionando como tijeras para cortar regiones de ADN, una herramienta con potencial para servir de nueva terapia para enfermedades hasta ahora incurables. "Sería fantástico ver curar a un niño de una enfermedad genética. Sería maravilloso. Por ejemplo, la ceguera genética", declaraban a EL ESPAÑOL.
Basándose en la investigación del español Francisco Martínez Mojica sobre las bacterias de las salinas de Santa Pola, la publicación de su herramienta en Science en 2012 dio el pistoletazo de salida para que miles de científicos de todo el mundo se apresuraran a utilizarla en sus laboratorios. Por ello, recibieron el premio el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina en 2017.
La francesa Charpentier es actualmente directora de la Unidad Max Planck de Ciencia de los Patógenos en Berlín. La estadounidense Doudna es profesora en Berkeley e investigadora en el Howard Hughes Medical Institute.
El descubrimiento de estas tijeras genéticas fue inesperado. Durante los estudios de Charpentier sobre Streptococcus pyogenes, una de las bacterias que más daño causan a la humanidad, halló una molécula previamente desconocida, el ARNtracr. Su trabajo mostró que es parte del antiguo sistema inmunológico de las bacterias, CRISPR/Cas, que desarma los virus al escindir su ADN.
Charpentier publicó su descubrimiento en 2011. El mismo año, inició una colaboración con Doudna, una bioquímica experimentada con un vasto conocimiento del ARN. Juntos, lograron recrear las tijeras genéticas de las bacterias en un tubo de ensayo y simplificaron los componentes moleculares de las tijeras para que fueran más fáciles de usar.
"Nos conocimos en una conferencia sobre bacterias a la que asistía Jennifer como una especie de bicho raro, porque ella se había centrado en investigación de ARN pero no específicamente sobre bacterias", explicaba Charpentier a este diario. "Luego empezó a trabajar con estos microorganismos para conocer la estructura de las proteínas e interactuar con los ARN de CRISPR. Yo estaba trabajando en un sistema CRISPR/Cas9 y decidimos hacerlo juntas para encontrar el mecanismo de acción".
En un experimento que hizo época¡¡ reprogramaron las tijeras genéticas. En su forma natural, las tijeras reconocen el ADN de los virus, pero Charpentier y Doudna demostraron que podían controlarse para poder cortar cualquier molécula de ADN en un sitio predeterminado. Donde se corta el ADN, es fácil reescribir el código de la vida.
Estos son los 12 investigadores esenciales para entender la revolución #CRISPR El Premio Nobel de Química 2020 reconoce a 2 de ellas, pero olvida a Virginjus Siksnys, el lituano que también propuso usarlas para edición genética en 2012, y sobre todo a Francis Mojica que la empezó pic.twitter.com/RuCFhTCd6Q
— Lluis Montoliu (@LluisMontoliu) October 7, 2020
Los 'padres' de la batería
John B. Goodenough, M. Stanley Wittingham y Akira Yoshino fueron los ganadores del Premio Nobel de Química 2019 por desarrollar las baterías de ion-litio. Estas baterías, afirmó entonces la Academia Sueca en un comunicado, "han revolucionado nuestras vidas y se usan hoy en día para todo, desde los teléfonos móviles a los ordenadores portátiles y los coches eléctricos.
"Las baterías de ion de litio se usan a nivel global para alimentar los dispositivos portátiles con los que nos comunicamos, trabajamos, estudiamos, escuchamos música e investigamos en busca de conocimiento. También han permitido desarrollar coches eléctricos de larga distancia y el almacenamiento de energía fruto de fuentes renovables, como la solar y la eólica", concluyó el jurado del Nobel.
Nobel contra la hepatitis
Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice fueron anunciados ayer como los ganadores del Premio Nobel de Medicina 2020 por el descubrimiento del virus de la hepatitis C. Estos tres científicos han hecho una contribución decisiva a la lucha contra la hepatitis de transmisión sanguínea, un importante problema de salud mundial que causa cirrosis y cáncer de hígado en personas de todo el mundo.
En concreto, los estudios metódicos de la hepatitis asociada a transfusiones realizados por Harvey J. Alter demostraron que un virus desconocido era una causa común de hepatitis crónica; mientras que Michael Houghton utilizó una estrategia no probada para aislar el genoma del nuevo virus que se denominó 'virus de la hepatitis C'; y Charles M. Rice proporcionó la evidencia final que muestra que el virus de la hepatitis C por sí solo podría causar hepatitis.
Cazadores de agujeros negros
El Nobel de Física de 2020 ha sido entregado a Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez por su trabajo teórico y experimental que ha permitido la detección de los agujeros negros. Penrose, colaborador de Stephen Hawking, ha desarrollado su relación con la Teoría de la Relatividad, mientras que Genzel y Ghez destacan por su trabajo para hallar el agujero negro en el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia.
Según el comunicado de la Academia de Ciencias de Suecia, Roger Penrose utilizó "ingeniosos métodos matemáticos" en su demostración de que los agujeros negros son una consecuencia directa de la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein. Genzel y Ghez, por su parte, desarrollaron métodos para ver a través de las enormes nubes de gas y polvo interestelar hasta el centro de la Vía Láctea, proporcionando la principal evidencia de la existencia de un agujero negro en la región denominada Sagitario A*.