El 'postureo' de Sánchez sobre el ahorro energético: quitarse la corbata no sirve si llevas chaqueta
Varios países asiáticos llevan décadas ahorrando en el gasto energético cambiando la vestimenta formal por la manga corta en verano.
30 julio, 2022 03:15El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sorprendido al comparecer sin corbata para anunciar un plan de ahorro energético que limitará a 27 grados centígrados la temperatura mínima para refrigerar los "locales climatizados". El jefe del Ejecutivo instaba a sus ministros y a los funcionarios de la administración a prescindir del complemento formal masculino para gastar menos en aire acondicionado: "Ahorrar energía es una tarea de todos, y es prioritario".
Es una medida inaudita en España: hace diez años, el exministro Miguel Sebastián no consiguió convencer a su compañero de partido, José Bono, por entonces presidente del Congreso, para que que permitiera a sus señorías quitarse la corbata. Pero Sánchez no es el primer mandatario que comparece en estilo informal por motivos de sostenibilidad. En 2005, la imagen de Junichiro Koizumi, primer ministro japonés en aquella época, dirigiéndose al país en mangas de camisa causó conmoción en una nación en la que el decoro a la hora de vestir es materia de capital importancia.
La iniciativa de Koizumi recibió un nombre tomado del inglés, 'Cool Biz', que puede traducirse tanto como "negocios frescos" como "negocios molones". El objetivo, similar al que plantea Sánchez, era homogeneizar el aire acondicionado de las oficinas a 28 ºC. La ideóloga del plan fue la ministra de Medioambiente, Yuriko Koike, que planteó una idea radical: que los hombres dejasen de ir al trabajo en traje en verano. Koizumi también impuso la medida al resto de varones de su gabinete, y causó verdadero estupor en el tradicionalista Japón. "Hasta yo, que estaba acostumbrada a ser chocante, estaba en shock", admitía Koike.
Al término de la campaña, el gobierno japonés anunció que, si bien algo menos de un tercio de las empresas habían adoptado las medidas 'Cool Biz', el ahorro en emisiones de CO2 se estimaba el 460.000 toneladas de CO2, lo emitido por un millón de hogares en un mes. Además, gigantes históricos como Toyota habían aceptado derogar el traje y corbata para sus empleados "incluso en reuniones de negocio".
El plan se ha venido repitiendo cada verano: en 2011, para contrarrestar el impacto del desastre de Fukushima, se aprobó un 'Super Cool Biz' aún más ambicioso en cuanto a objetivos de ahorro, en el que los pantalones cortos y las zapatillas en la oficina se permitían "en algunos supuestos especiales". Para 2012, Japón calculaba que había logrado ahorrar 2,2 millones de toneladas de CO2 desde que comenzó la medida. La vecina Corea del Sur fue la siguiente en adoptar su propio plan 'Cool Biz', e incluso Naciones Unidas, bajo el liderazgo de Ban Ki-Moon, trató de adaptar la limitación de temperaturas en sus instalaciones.
Solo con la corbata no vale
La cultura empresarial no ha sido el único obstáculo para el 'Cool Biz': como admite el propio gobierno de Japón, su verano es "más húmedo" que los de Europa y América del Norte, y los 28 ºC en lugares cerrados pueden volverse fácilmente asfixiantes. Aunque varía según la condición física de cada cual, y muy especialmente entre hombres y mujeres por el volumen corporal, la sensación térmica relacionada con el confort ronda los 21ºC. Si la vestimenta no permite que el calor corporal se disipe con eficacia, no es infrecuente que el aire acondicionado termine a esa temperatura.
Para poner a prueba esta premisa, en 2009 el Instituto Nacional de Investigación Medioambiental (NIER por sus siglas en inglés) de Corea del Sur realizó una prueba tanto con voluntarios masculinos como con maniquíes. El grupo 'Cool Biz' debía vestir con manga corta y el cuello descubierto, mientras que el grupo de control llevaría traje y manga larga. A continuación, se registró su temperatura corporal externa tras trabajar en ambientes a 25 ºC de temperatura y a 27 ºC respectivamente.
A 25 ºC, la temperatura media de las oficinas en Corea en aquel momento, el grupo 'Cool Biz' registró 0,8 grados centígrados menos de temperatura corporal que los que vestían convencionalmente. A 27 ºC, el mismo objetivo que se ha marcado España, la diferencia entre ambos grupos descendía a 0,47 grados, pero los trabajadores en el grupo 'Cool Biz' reportaban un mayor confort térmico y una sensación de humedad "agradable" en comparación con el grupo de control. El NIER concluía por tanto que la vestimenta óptima para trabajar a 27 grados incluye quitarse la corbata, pero también la manga larga.
La chaqueta de Pedro Sánchez ya estaría obsoleta entre los mandatarios asiáticos que adoptan la manga corta e incluso la camisa de flores en verano. No obstante, esos mismos países admiten que regular la temperatura en el lugar de trabajo es más complejo que regular el termostato. La sensación térmica aumentará en función de la densidad de empleados en el local, de la actividad que se realice o si hay máquinas funcionando. Según recordaba Shin-ichi Tanabe, profesor de Arquitectura de la Universidad de Waseda en Asia Research News, cuando el Ayuntamiento de Tokio inspeccionó a 16.000 empresas acogidas al 'Cool Biz', descubrió que la mayoría estaba a 25 ºC.