El filósofo Peter Singer en el Crawford Forum 2017.

El filósofo Peter Singer en el Crawford Forum 2017. Wikimedia Commons

Investigación Animalismo

Peter Singer, el sabio de la compasión: precursor de los derechos animales y el altruismo efectivo

El filósofo sentó en los años setenta las bases para el trato ético hacia los animales y la cooperación internacional para los desfavorecidos.

9 marzo, 2023 12:06
Madrid

El filósofo australiano Peter Albert Singer (Melbourne, Australia, 1946), precursor de debates de absoluta actualidad como la sostenibilidad y la ética del consumo en el marco de la crisis ecológica, es el ganador de la XV edición del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Humanidades y Ciencias Sociales. Una de las figuras claves del pensamiento utilitarista -que atribuye valor moral a las acciones en función del bienestar que reportan al máximo de beneficiarios-, sus posturas radicales en aspectos como el veganismo o la eugenesia también le han convertido en protagonista de polémicas mediáticas. 

Los padres de Singer eran judíos austríacos que huyeron a Australia de la persecución nazi. Se licenció en Filosofía en la Universidad de Oxford en 1971, momento en el que comenzó a interesarse por los derechos de los animales y el vegetarianismo, "algo muy inusual en la Europa de los primeros años 70", recuerda. Ha sido profesor en las universidades de Oxford, Nueva York y La Trobe, catedrático de Filosofía en la Universidad Monash, profesor laureado en la Universidad de Melbourne, y titular de la Cátedra de Bioética Ira W. DeCamp en el Centro Universitario de Valores Humanos de la Universidad de Princeton.

Aunando el pensamiento teórico con el activismo, Singer ha sido impulsor de campañas sociales y políticas, principalmente en los ámbitos de la cooperación contra la desigualdad, el bienestar animal, el ambientalismo y los derechos reproductivos. En 1972 publicó Hambre, riqueza y moralidad, en donde defiende el imperativo moral de donar dinero a los desfavorecidos. Para la inmensa mayoría de los habitantes de los países ricos, sostenía, el alivio material proporcionado por la contribución a los necesitados es superior a las inconveniencias provocadas por la donación a pérdida, y por lo tanto es una acción correcta desde el pensamiento utilitarista. 

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El libro Liberación animal, publicado en 1975, catapultaría a Singer al liderazgo intelectual en el debate animalista, denunciando las condiciones de explotación de especies para el consumo y la investigación, e impulsando su tratamiento ético. Sostenía la postura, provocativa para entonces, de que "los animales son nuestros iguales" y que negarles derechos equivalentes a los humanos era comparable a la esclavitud, el racismo o el machismo. "¿Por qué trazamos una frontera en nuestra especie? ¿Qué es tan especial o mágico sobre nuestra especie en términos éticos, sobre nuestra pertenencia a la especie Homo sapiens?".

Posteriormente, con la publicación de El círculo en expansión: Ética, evolución y progreso moral (1981), Singer desarrolló este pensamiento en consideración a la responsabilidad ética del ser humano. La extensión de la consideración moral a los animales ejemplificaba el poder de la razón como fuerza impulsora del progreso ético en la historia de la humanidad, escribía. De este modo, rechazaba la idea de que los animales hubieran sido creados como materia prima que los hombres tuvieran prerrogativas para usar. "La creencia de que existen los animales porque Dios los creó - y que los creó para que podamos responder mejor a nuestras necesidades - es contraria a nuestra comprensión científica de la evolución".

En sus siguientes obras ha planteado dilemas éticos tanto teóricos como prácticos que han sido fuente de controversia. "Protestar por las corridas de toros en España, la ingesta de perros en Corea del Sur o la matanza de crías de foca en Canadá mientras se sigue comiendo huevos de gallinas que se han pasado la vida hacinados en jaulas, o ternera de terneros privados de sus madres, de su dieta adecuada o de la libertad de acostarse con las piernas extendidas, es como denunciar el apartheid en Sudáfrica y pedirle a sus vecinos que no vendan sus casas a los negros".

En su obra más polémica, Repensar la vida y la muerte, Singer argumentaba a favor del aborto coligiendo que interrumpir la gestación de un feto "no es equivalente a matar a una persona, es decir, un ser que quiere seguir viviendo". Llegaba hasta el punto de declarar "no excluible" la eutanasia eugenésica de niños recién nacidos de forma "excepcional y estrictamente controlada de forma legal". Esta postura llevó a fuertes protestas y amenazas de boicot cuando el pensador fue nombrado catedrático por la Universidad de Princeton.