Aunque se ha hecho esperar, el invierno ha llegado con fuerza a España. Durante estos últimos días, y especialmente durante esta semana, todo el territorio nacional sufrirá las inclemencias de la meteorología en forma de un frío polar. Los termómetros descenderán de manera alarmante y llegará el momento de abrigarse de verdad.
Es durante esta época del año cuando el cuerpo alcanza sus temperaturas más bajas. Ahora, un estudio publicado por dos expertos, Arthur Gyuton y John E. Hall, contextualiza un análisis sobre la capacidad que tiene el ser humano para aguantar la bajada de los termómetros.
Pero no se trata de saber cuál es la temperatura más baja en el exterior que es una persona es capaz de soportar, si no la menor temperatura corporal posible que puede llegar a resistir antes de morir. Lógicamente, una suele estar relacionada con la otra. Ahora, estos expertos que publican sus conclusiones en el portal Medical Physiology, explican por qué fases pasa el cuerpo humano antes de congelarse y sufrir graves daños.
¿Cuál es la temperatura corporal más baja que puede resistir el ser humano?
Arthur Guyton y John E. Hall aseguran que la temperatura habitual del cuerpo se suele situar entre los 36,1 y los 37,2 grados. Sin embargo, la gran pregunta que muchas personas se hacen es hasta donde puede caer esa temperatura sin que se ponga en riesgo nuestra vida. ¿Dónde está el límite?
La respuesta no es del todo clara. Sin embargo, estos expertos se apoyan también en las investigaciones realizadas por otros científicos. Una de ellas es la que realizan los expertos de la Universidad de Roehampton, en el Reino Unido. Este equipo asegura que el cuerpo humano es capaz de soportar hasta 40 grados. Y en algunos casos incluso 50.
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Sin embargo, en el extremo opuesto se encuentran las temperaturas que atacan al cuerpo por el frío y no por el calor. En entornos que llegan a estar incluso a 20 grados bajo cero, algunas partes del cuerpo como la nariz, las orejas o el rostro pueden empezar a congelarse si la exposición es muy prolongada en el tiempo.
De hecho, estos expertos aseguran que a temperaturas tan bajas, una persona podría aguantar solo unos 20 minutos antes de entrar en un serio riesgo de morir congelada. Este fenómeno se produce por el súbito descenso de la temperatura corporal. Cuando esta cae por debajo de los 36 grados, el límite de lo saludable, se aplica el término de hipotermia. Sin embargo, el peligro empieza cuando se acerca a temperaturas de 32 grados.
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No obstante, por debajo de los 36 grados citados anteriormente, es conveniente acudir a un médico porque puede ser indicativo de una enfermedad importante. Pero buscando ese límite, regresamos a los 32. A partir de ese límite, la hipotermia se considera severa y provoca una sensación que se conoce como la 'euforia del montañero'.
Este proceso se caracteriza por una ausencia total de la sensación de los síntomas que provocan la enfermedad. Por ejemplo, no se tiembla de frío, por lo que el cuerpo no se activa, no se genera calor interno y la temperatura corporal continúa decreciendo. En ese momento, la sangre se bombea más fuerte de lo normal hacia el cerebro llegando a generar alucinaciones o incluso a perder el conocimiento.
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Para encontrar el límite, la temperatura corporal debería descender hasta los 27 grados, una cuestión que es muy difícil que se produzca, ya que el cuerpo va activando todos sus mecanismos de autodefensa para evitar la muerte o una situación irreversible. Sin embargo, la temperatura del cuerpo no solo depende de la que hace en el exterior, ya que también entra en juego la llamada 'sensación térmica', donde factores como el viento o la humedad provocan que esta aumente o disminuya.
Así pues, aunque España se prepara para la que puede ser una de las semanas más frías del año, con la amenaza incluso de sufrir un proceso parecido al de la famosa 'Filomena', lo cierto es que es muy complicado alcanzar límites que pongan en riesgo nuestra vida. Esos 27 grados de temperatura corporal son una situación tan extrema que la preocupación por el descenso de la misma debería aparecer mucho antes tal y como indican los expertos.