El premio Nobel de Física 2024, que concede la Real Academia de las Ciencias Sueca, recae en John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton por "sus descubrimientos fundacionales y las invenciones que han permitido el 'machine learning' mediante redes neuronales artificiales'.
"Los hallazgos de los galardonados este año en la categoría de Física se sitúan en los cimientos de la ciencia física", destaca el jurado. "Han demostrado que existe una forma completamente nueva de usar los ordenadores para ayudarnos a abordar los múltiples desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad. Gracias a su trabajo, la humanidad cuenta ahora con una nueva herramienta en su maletín, que podemos emplear para un buen propósito".
"El 'machine learning' basado en las redes neuronales artificiales está revolucionando la ciencia de hoy en día, la ingeniería y la vida cotidiana. El campo ya está en camino de permitir nuevos avances para lograr una sociedad sostenible, como la identificación de nuevos materiales. Hasta qué punto el deep learning que permiten las redes artificiales será usado en el futuro dependerá de cómo los seres humanos escojamos emplear estas herramientas de increíble potencia, ya muy presentes en múltiples aspectos de nuestro entorno", concluyen.
"John Hopfield y Geoffrey Hinton son pioneros en redes neuronales e inteligencia artificial", exlica Carles Sierra, profesor de Investigación y director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del CSIC, y profesor adjunto de la Western Sydney University, a Science Media Centre. "Hopfield desarrolló las Redes de Hopfield, introduciendo modelos basados en energía que simulan la memoria asociativa, conectando el cálculo neuronal con la física".
"Hinton es un pionero del aprendizaje profundo", prosigue Sierra, "contribuyendo al desarrollo de la retropropagación, las Máquinas de Boltzmann Restringidas (RBMs) y las Redes de Creencias Profundas (DBNs), habilitando redes neuronales multicapa y aplicaciones modernas de IA". En 2017 recibió el Premio Fronteras del Conocimiento que concede la Fundación BBVA, en 2018 el Premio Turing y en 2022 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación.
Semana del Nobel
Tras la concesión ayer lunes del Premio Nobel de Medicina o Fisiología por parte del Instituto Karolinska a Victor Ambros y Gary Ruvkun por el descubrimiento del microARN, la Real Academia Sueca de las Ciencias comunicará mañana el de Química. El jueves será el turno para uno de los galardones que más atención genera, el de Literatura, que entrega la Academia sueca.
El Comité Nobel noruego fallará el viernes otro de los premios más seguidos, el de la Paz, el único que se otorga y entrega fuera de Suecia. La sede es Oslo, por deseo expreso del fundador de los galardones, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que Noruega formaba parte del Reino de Suecia en su época.
La ronda de ganadores se cerrará el lunes 14 con el premio en Economía, que fue instituido en 1968 por el Banco de Suecia, coincidiendo con los 300 años de su creación. El proceso de elección es el mismo en todas las categorías: científicos, académicos y profesores universitarios presentan las candidaturas y los distintos comités Nobel establecen varias cribas para elegir al ganador o ganadores, hasta tres por premio.
Y todos tienen la misma dotación económica, este año de 11 millones de coronas suecas (unos 1,1 millones de dólares o 968.000 euros). Los premios pueden quedar desiertos, algo que ha ocurrido en 49 ocasiones, pero desde 1974 no pueden concederse a título póstumo, a no ser que el galardonado muera en el período transcurrido entre la concesión y la entrega del mismo.
Dos personas han rechazado voluntariamente un premio: el escritor francés Jean Paul Sartre, el de Literatura, en 1964; y el político vietnamita Le Duc Tho, el de la Paz, en 1973. Ha habido cuatro casos de rechazo forzado por sus Gobiernos- El más conocido, el de Borís Pasternak, al que las autoridades soviéticas obligaron a no aceptar en 1958, el de Literatura.
Los premios son entregados el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Nobel, en una doble ceremonia en el Konserthus de Estocolmo y en el Ayuntamiento de Oslo.