Imagen del asteroide Bennu (NASA/Goddard/University of Arizona) y los minerales que contiene (Rob Wardell, Tim Gooding and Tim McCoy, Smithsonian)

Imagen del asteroide Bennu (NASA/Goddard/University of Arizona) y los minerales que contiene (Rob Wardell, Tim Gooding and Tim McCoy, Smithsonian)

Investigación

Confirman que el asteroide Bennu contiene "ingredientes básicos para la vida" y los transporta por el espacio

El hallazgo cimenta la hipótesis de que componentes cruciales para la aparición de la vida en la Tierra pudieron sintetizarse en el espacio. 

Más información: La NASA halla una roca en Marte con indicios de haber albergado vida: "No hemos visto nada igual".

P. Fava
Publicada

El análisis de las muestras recogidas en el asteroide Bennu por la misión OSIRIS-REx de la NASA revela que el astro contiene las cinco bases de nucleótidos indispensables para formar los bloques de ARN y ADN que sostienen la vida. Aunque ya se habían hallado de forma parcial en otros asteroides como Ryugu, ahora se confirma que todas las moléculas pudieron llegar desde el espacio exterior a la Tierra, donde habrían tenido lugar las reacciones que permitieron la aparición de los seres vivos.

El análisis ha sido realizado por investigadores del Museo Smithsonian de Historia Natural de Washington y del Museo de Historia Natural de Londres, y se publica en la revista Nature. Estas moléculas consisten en restos evaporados de minerales que se remontan a la formación del sistema solar, y permanecen depositados en las grietas de la superficie del asteroide formando una salmuera similar a la de los lagos de sal en la Tierra. 

Bennu es un asteroide especialmente interesante para los astrónomos por la cercanía de su órbita a nuestro planeta, y por las evidencias de que procede de un cuerpo celeste con una rica presencia de agua y carbono. "Sabemos que en el astro del que procede Bennu se estaban combinando los ingredientes básicos de la vida de formas interesantes y complejas", explica el investigador del Smithsonian Tim McCoy. "Hemos descubierto el siguiente paso en el camino de la aparición de la vida".

OSIRIS-REx recogió muestras de Bennu en 2020, y logró devolverlas a la Tierra en 2023 mediante una cápsula que aterrizó en una cápsula estanca en el desierto de Utah. Fueron 230 gramos de material que han estado prestándose a distintos centros de investigación bajo estrictas medidas de preservación para evitar la contaminación ambiental. El microscopio electrónico del Smithsonian permitió analizar los fragmentos a una escala de un micrómetro, es decir, una centésima parte del diámetro de un cabello humano. 

La sorpresa fue encontrar por primera vez compuestos de carbonato sódico en restos de un asteroide, un material también conocido como trona que se forma de manera natural en las salinas de los terrenos áridos. Sin embargo, su composición difiere de la que se encuentra en la Tierra, ya que es rica en fósforo -un mineral más presente en los asteroides que en nuestro planeta- y pobre en boro, que difícilmente se encuentra en el espacio.

Un segundo estudio publicado en la revista Nature Astronomy confirmó que la salmuera contiene las cinco bases de nucleótidos -adenina, guanina, citosina, timina y uracilo- indispensables para construir bloques tanto de ADN como de ARN. Además, se han detectado moléculas como la xantina, hipoxantina y ácido nicotínico (vitamina B3). Aunque se han observado placas de carbonato sódico parecidas en astros sin atmósfera como el planetoide Ceres, es la primera vez que se confirma la presencia y abundancia de estas moléculas

Los investigadores plantean que estas salmueras quedarían destruidas al entrar en la atmósfera de la Tierra, pero podrían dejar rastros reconocibles de moléculas. Una manera de determinar si es posible que llevaran estos 'ingredientes para la vida' a la superficie del planeta será examinar de nuevo muestras de meteoritos recogidas a lo largo de la historia y conservadas en el Smithsonian para confirmar si los nuevos análisis dan resultados similares. 

Otro aspecto a determinar es si el entorno de origen de Bennu reunía las condiciones para permitir las reacciones que dieron lugar a las complejas estructuras orgánicas que llevarían con el tiempo a permitir la existencia de seres vivos. "Ahora tenemos los bloques básicos", celebra McCoy, "pero todavía no sabemos hasta qué punto se les permitió progresar en su evolución hacia la vida".