El pasado 28 de enero, una ballena fue sacrificada por las autoridades costeras noruegas, al permanecer varada en las costas de la isla de Sotra y con aspecto de estar muy enferma. Dado que se trataba de un ejemplar de la especie pico de ganso, poco habitual en la zona, los científicos de la cercana Universidad de Bergen decidieron hacerle la autopsia y ahí vino la sorpresa.
Tras seis horas de disección, cinco investigadores encontraron en el estómago del animal 30 bolsas de plástico, causa más que probable de su enfermedad. Según el profesor de los Museos de Historia Natural de la universidad Terje Lislevand, no hay ninguna duda de que el animal "sufrió enormemente" antes de su muerte.
"Esto es un triste recordatorio del daño que hacemos a nuestro ambiente y especialmente a nuestros océanos", declaró el investigador. Las bolsas encontradas estaban etiquetadas con rótulos en inglés y danés.
Aunque el problema no es nuevo y el hallazgo fue calificado de "poco sorprendente", a los investigadores sí les llamó la atención la cantidad de bolsas y otros microplásticos encontrados en el estómago del animal, que se encontraba malnutrido y por tanto enfermo por esta causa.