Aunque se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, son muchos los humanos que siguen prefiriendo a los gatos, sin importarles la indiferencia que la mayoría de ellos siguen mostrando hacia todo aquello que no sea felino.
Los perros son bastante transparentes en su forma de actuar, por lo que es fácil saber cómo se sienten en cada momento. Sin embargo, los gatos permanecen imperturbables la mayoría del día, siempre con una mirada vacía que hace imposible a sus amigos humanos saber lo que piensan.
Por suerte, el profesor Carlo Siracusa, de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, ha contado a National Geographic una curiosa forma de saber qué pasa en cada momento por esas misteriosas cabecitas gatunas.
La clave está en la cola
Todo aquel que haya convivido con un perro sabrá que su cola es un perfecto indicador de su estado de ánimo. Con posiciones como el movimiento enérgico hacia los lados cuando están contentos o su repliegue entre las patas traseras cuando están asustados muestran sus pensamientos.
Con los gatos es bastante más complicado, pues no parecen tener cambios de humor tan claros, ni movimientos que los delaten. Simplemente, parece como si vivieran en un estado continuo de enfado con el mundo.
Sin embargo, aunque no lo parezca, ellos también exteriorizan lo que sienten a través de su cola. Concretamente, Siracusa describe seis posiciones muy claras:
Cola estirada: Agresividad.
Cola estirada con un gancho hacia arriba: saludo amable.
Cola estirada con gancho hacia abajo: actitud defensiva.
Azotes intensos con la cola: nerviosismo y estado de alerta alta.
Cola hinchada y arqueada hacia atrás: miedo.
Cola baja e inmóvil: relajación.
La mayoría de estos estados de ánimo se presentan o al amanecer o al atardecer, debido a que son animales crepusculares, por lo que el resto del día suelen permanecer perezosos. De todos modos, también existen estudios que analizan su expresión facial, que en general puede expresar relajación, miedo o frustración.
Vamos, que casi siempre están de mal humor, pero aún así para muchas personas no hay nada más relajante y gratificante que vivir con un gato. ¿Por qué será?