En previsión de la llegada de Harvey, el devastador huracán que ha anegado la ciudad de Houston provocando hasta el momento seis muertos, el taxista William Bruso comenzó el pasado viernes su jornada acaparando provisiones. Al regresar al coche, se encontró con un inesperado copiloto: un halcón se había refugiado en su interior, y no estaba dispuesto a marcharse. Bruso decidió ir relatando mediante vídeos de Youtube el encuentro, que terminó extendiéndose durante dos días.
"Parece que está asustado" - explica el taxista en el primero de los vídeos. "No entiende lo que está ocurriendo. Quizás sienta la presión del huracán. El caso es que se ha montado y no se quiere bajar. No sé muy bien qué hacer". Bruso pedía consejo a sus seguidores por lo inusual de la situación, esperando dar con algún "experto en comportamiento de rapaces". Pese a todo, siguió circulando: "Está asustado, pero no de mi. Se ha puesto muy cómodo en el coche".
La variedad a la que pertenece Harvey es conocida como gavilán de Cooper, una de las especies más comunes en América del Norte. Aunque puedan rondar los asentamientos humanos en busca de comida y su presa principal, los pequeños roedores, su instinto natural es el de rehuir al hombre. Incluso los entrenados en cetrería deben acostumbrarse al trato con personas específicas. Eso hace la situación más inusual todavía.
Los siguientes intentos por abrir la puerta y dejarlo volar en libertad tampoco tuvieron éxito. "Yo tengo que trabajar, así que me lo voy a llevar conmigo" - explica un resignado Bruso en el vídeo. "¿Qué os parece si lo llamo 'Harvey, el halcón del huracán?'". Ante las acusaciones de no estar haciendo lo suficiente por ahuyentar al rapaz, el taxista añadió un vídeo en el que se le ve con la puerta abierta y el halcón aferrado en lo alto. No alza el vuelo ni siquiera ante la presencia de otros humanos, pero salta a la mano enguantada de Bruso cuando se la ofrece.
"No se va a marchar. Quiere estar refugiado hasta que pase el huracán, como el resto de pájaros, no hay ninguno volando" - sigue explicando el conductor. "¿Que hacemos, chicos? ¿Dejamos que se quede?" - pregunta a su familia. Están de acuerdo: Harvey pasará la noche en su casa. "Cuando pase todo, lo soltaremos". Pero Bruso tiene todavía carreras por delante, y claramente se ha encariñado con el rapaz: al retomar su jornada laboral, lo graba señoreando sobre el salpicadero, todavía agarrado al guante. "Lo nombro taxista copiloto".
Ya en casa, Bruso le alimenta con corazones de pollo que le acerca con un palo. "No está herido, parece tener buena salud". Para entonces ya ha recibido varios reproches por haber metido a un animal salvaje en casa. "Yo no le estoy reteniendo, es él quien ha querido quedarse. Pero con mucho gusto lo entregaré a manos más expertas que las mías". Esas manos fueron las de una voluntaria del TWRC Wildlife Center de Houston, que fue a recogerlo al día siguiente, cuando el clima amainó.
Desde el centro han confirmado que, aunque Bruso no pudo verla, Harvey tenía una herida, y "no habría sobrevivido al huracán en solitario". Eso explicaría su insistencia en no separarse de su refugio improvisado, aunque su inmediata afinidad con el taxista tratándose de un animal salvaje sigue siendo lo más sorprendente del relato. "Para mi, fue algo mágico" - contaba Bruso a The NY Post. "Me siento muy honrado de que me escogiese".