Los pulpos salen del mar de Irlanda e invaden la playa pero nadie sabe por qué
Pueden haber quedado desorientados por los efectos del huracán Ophelia o sufrir una infección parasitaria, especulan los expertos.
30 octubre, 2017 11:34Noticias relacionadas
Los vecinos de la localidad de New Quay en Ceredigion, Gales, llevan tres noches consecutivas observando un fenómeno insólito: una veintena de pulpos sale del agua y se arrastra por la playa. Se trata de ejemplares de pulpo de roca, muy habituales en esas aguas pero que habitualmente rehuyen la superficie, prefiriendo su hábitat rocoso a unos 100 metros de profundidad.
Los pulpos pueden sobrevivir durante un tiempo limitado fuera del agua si su piel se mantiene húmeda, ya que pueden absorber el oxígeno del agua a través de ella. No es raro, por lo tanto, que hagan excursiones fuera del mar arrastrándose sobre sus tentáculos. Lo insólito del caso es que lo hayan hecho en grupo, ya que son animales solitarios, y sin un objetivo aparente, como buscar comida.
El primer avistamiento fue grabado por personal de la compañía turística SeaMôr Dolphin Watching Boat Trips, que los descubrió al volver de una para avistar delfines el viernes. El vídeo se ha difundido durante el fin de semana. "Salían del mar y se arrastraban por la playa" - explica el dueño Brett Jones. "Y no sabemos por qué".
Los expertos tampoco acaban de entender el comportamiento de los pulpos. Consultado por The Telegraph, James Wright, del National Marine Aquarium de Plymouth, observa que la zona en la que se ha producido coincide el paso del huracán Ophelia hace 15 días, seguido por la tormenta Brian. "Podrían haber sufrido heridas a causa del mar picado o su sensibilidad se habría visto alterada por el cambio en la presión atmosférica".
Desde el Australian Museum, sin embargo, Mandy Reid sugiere en Science Alert otra posible explicación: los pulpos podrían haber sido infectados por algún parásito que los condujera a morir varados en la playa. Por eso, conmina a los residentes de New Quay a recoger los cuerpos frescos de pulpos fallecidos y conservarlos en un frigorífico o en alcohol para que puedan ser examinados en un laboratorio.