En esta primavera el popular refrán "Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo" no se cumplirá. La descolocada posición del anticiclón de las Azores alargará hasta el 50 de mayo la presencia en nuestras latitudes de tormentas y temperaturas inferiores a las habituales.
Cuando el verano se aproxima, el anticiclón de las Azores penetra "en forma de cuña" por el suroeste de Europa para afectar de lleno a la Península aportando estabilidad atmosférica, sol y temperaturas al alza, ha explicado Rubén del Campo, portavoz de la Agencia de Estatal Meteorología (AEMET).
Sin embargo -ha añadido Del Campo- en este final de mayo y comienzo de junio la situación no es así, debido a que el anticiclón de las Azores no se está comportando como lo hacía otros años por estas mismas fechas.
Para Del Campo, la explicación se encuentra en la posición de este anticiclón en el Atlántico y de otro ubicado en el norte de Europa, responsable del calor en esas latitudes, que propician la formación de un "extenso pasillo" por el que se cuelan las borrascas hacia la Península.
De esta manera, las bajas presiones que circulan a latitudes altas se descuelgan y aportan un aire más frío del noroeste provocando esta "primavera tan fresquita" con valores máximos diurnos, que en numerosas provincias del centro y norte peninsular no sobrepasan los 20 grados.
Las mínimas también reflejan ese ambiente frío con temperaturas que oscilan entre los 2 y 5 grados en zonas de montaña de comunidades como Madrid, Asturias, Castilla y León y Cantabria.
El anticiclón de las Azores
A su juicio, en estos momentos es prematuro y difícil identificar por qué el anticiclón de las Azores no acaba de penetrar por el suroeste debido, entre otros motivos, a los numerosos patrones que entran en juego como, por ejemplo, la circulación en capas altas de la atmósfera o la temperatura del agua del mar.
No se puede calificar de "extraordinario" que la cuña del anticiclón no haya ocasionado todavía una incursión en nuestras latitudes y favorezca la presencia de un ambiente más inestable. Al contrario, lo que se puede tachar de "raro" son otros años en los que mayo y junio han sido muy calurosos.
Así, recuerda, en junio de 2017 hubo precipitaciones cercanas a la media además de un carácter extremadamente cálido que dejó, a mediados de ese mes temperaturas máximas por encima de los 34 grados en gran parte de la península y de las Baleares, y noches cálidas con valores superiores a los 20 grados.
Más tormentas de lo habitual
En cuanto a los episodios de tormentas tan intensos de esta primavera, el portavoz ha reconocido que se sitúan por encima de lo normal para esta época del año, aunque mientras el anticiclón de las Azores siga ahí, y no penetre en la Península, está situación atmosférica se encuadra dentro de la variabilidad natural del clima.
Este estado no cambiará con el transcurso de los próximos días ya que, de momento, no se aprecia una señal clara de la estación veraniega, entendida como un periodo con temperaturas altas y soleado.
"El verano no parece que se aproxime y tal y como sugieren las predicciones de los modelo climáticos. Las lluvias van a continuar siendo las grandes protagonistas de esta semana".
Hasta el 17 de junio, en muchas zonas del país persistirá un clima inestable con valores más bajos y tormentas y chubascos, e incluso la semana del 18 al 24 junio, aún con muchas incertidumbres y cautelas "seguiría siendo más fresca de lo normal."