Valérie y su hija Adele, devoradas por un oso durante la baja de maternidad
- La familia se había retirado para la libranza a una cabaña aislada en el territorio del Yukón, adyacente a Alaska y cerca del Círculo Polar Ártico.
- La isla llena de osos famélicos, en situación aún más desesperada un año después
- Goiat, el intocable oso asesino del Pirineo: sólo está permitido espantarle
Noticias relacionadas
Los canadienses están más que acostumbrados a la convivencia con la naturaleza salvaje. A sus habitantes se les educa desde jóvenes a prevenir las altas probabilidades de encontrarse con ejemplares de osos negros, grizzlys -los más agresivos- e incluso osos polares. Aún así, existen casos de ataques a personas que abandonaron su vehículo para admirar a alguno de estos animales cerca de la carretera. Un riesgo en absoluto recomendable.
Este, sin embargo, no es la situación que propició la muerte de Valérie Théorêt, de 37 años, y su hija Adele de diez meses en una cabaña cercana al lago Einarson, en el territorio del Yukón. La familia, compuesta además por el cónyuge de la madre, se encontraba de vacaciones en este enclave situado en una zona aislada del país. La población más cercana a la cabaña es Mayo, con apenas 200 habitantes. En estos momentos alberga una temperatura media de -21 ºC centígrados.
El día del suceso, el padre salió de la cabaña familiar por la mañana y regresó a eso de las tres de la tarde. Según relató a las autoridades, un ejemplar de grizzly le atacó por sorpresa a unos 100 metros de distancia del refugio. El hombre consiguió disparar y acabar con la vida del oso, pero llegó demasiado tarde para salvar a su esposa e hija, cuyos cuerpos yacían en el interior de la cabaña.
De acuerdo con los datos de The Weather Network, la familia llevaba tres meses residiendo en el Yukón. Su residencia habitual, Québec, se encontraba en la otra punta del país, a más de 6.000 kilómetros de distancia: unas 62 horas en coche atravesando todo Canadá. La mujer fallecida disfrutaba de una baja por maternidad de su trabajo como profesora de primaria.
La casa fue comprada hacía unos tres años del suceso, de acuerdo con algunos conocidos de la familia. Éstos estaban acostubrados a pasar largas temporadas en este entorno aislado y a practicar tanto la caza deportiva como el trampeo. "Estaban al 100% preparados para cualquier eventualidad", explica uno de los amigos, "pero nunca sabes qué puede ocurrir".
Los osos pueden continuar activos hasta mediados de diciembre sin que el período de hibernación les afecte. En casos excepcionales, pueden incluso despertarse durante este proceso. Es muy raro que un oso ataque a un ser humano de forma no defensiva, aunque hay que tener especial precaución con los grizzlys.
De producirse un encuentro fortuito, los expertos recomiendan tres actitudes. Si el oso no ha establecido contacto visual o no parece reaccionar ante nuestra presencia, hay que darse la vuelta y volver por el camino recorrido con naturalidad. Si el oso reacciona de forma defensiva al verse sorprendido, es preferible hablarle de forma calmada y retroceder lentamente.
En caso de que sea un acercamiento no defensivo -por curiosidad o con actitud territorial- las guías recomiendan hablar al oso de forma firme, tratando de intimidarlo, y apartarse de su camino. En cualquiera de los tres casos, es recomendable llevar encima algún tipo de spray defensivo.
[Más información: Por qué a Luisa y Eva no las habría salvado la Ley de Perros Peligrosos de morir devoradas]