Los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) han hecho público este miércoles un estudio histórico que lanza una severa advertencia al mundo: o reducimos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero o veremos desaparecer las ciudades bajo el nivel del mar. Como muestra, un botón: si las cosas siguen así, se pronostica la subida de un metro para 2100, únicamente dentro de 81 años. Esto podría obligar a desplazar a millones de personas.
Días después de que millones de jóvenes exigieran el fin de los combustibles fósiles en protestas en todo el mundo, el nuevo informe sentencia que una acción radical puede evitar algunos de los peores resultados posibles del calentamiento global.
Las conclusiones no dejan lugar a dudas: la subida podría situarse en entre 30 y 60 centímetros si las emisiones se reducen fuertemente y el calentamiento climático se limita a 2º C respecto a los niveles preindustriales. Pero podría llegar hasta los 110 centímetros si continúa la tendencia actual del aumento de las temperaturas. Mirando al futuro, el aumento podría superar los cinco metros en 2300.
Lisa Speer, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, afirma: "El océano está enfermo. Tenemos que eliminar ya algunas de las causas de esa enfermedad para que tenga una oportunidad mejor de resistir los estragos del colapso climático. Es como curar la neumonía para que el cuerpo humano pueda resistir mejor el cáncer".
Más tormentas extremas
El análisis de ese panel dependiente de Naciones Unidas, presentado en Mónaco, evidencia que el calentamiento climático también ha subido la temperatura de los océanos, que son más calientes, más ácidos y menos productivos, y que fenómenos extremos como El Niño vayan a ser cada vez más frecuentes y severos.
Se trata del informe más extenso hasta la fecha sobre el impacto de la crisis climática en los océanos y la criosfera y sus autores avisan de que aunque el mar abierto o los polos puedan parecer lejanos para mucha gente, la población depende en gran parte de ellos de forma directa e indirecta.
"Todos en el mundo se verán afectados por los cambios que estamos viendo", ha dicho a Reuters Michael Meredith, oceanógrafo del British Antarctic Survey y uno de los autores del informe. "Lo clave que sale del informe es que tenemos una opción. El futuro no está escrito en piedra".
El océano se acidifica
Se calcula que pequeños glaciares en Europa, el este de África, los Andes Tropicales e Indonesia perderán más del 80 % de su masa de hielo de aquí a 2100 con el actual escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero. Con ello, se ve afectada también la calidad del agua y su disponibilidad en regiones más bajas, con implicaciones en sectores como la agricultura, el turismo o la generación de energía.
El IPCC recalca la presión a la que la actividad humana ha sometido a los océanos, que han absorbido cerca de un cuarto de las emisiones de gases desde los años 80, lo que ha provocado su acidificación. El grupo de expertos añade que la capa del hielo marino del Ártico se está reduciendo y volviendo más fina.
Incluso si el aumento de la temperatura se quedara por debajo de esos 2º C, el permafrost, la capa de suelo permanentemente congelada en las regiones polares, perdería el 25 % de su superficie más externa. Pero en un escenario menos favorable, ese porcentaje podría elevarse al 70 %.
El IPCC recuerda que 670 millones de personas viven en regiones de alta montaña, 680 millones en zonas costeras de baja altitud, cuatro millones de forma permanente en la región ártica y 65 millones en pequeñas islas, además de distintas especies de animales que podrían verse abocadas a la extinción.
Aunque los ecosistemas costeros con vegetación protegen la costa de la erosión, cerca del 50 % de humedales han desaparecido en los últimos 100 años como resultado de la acción humana, fenómenos climáticos extremos o el alza del nivel del mar.
Edificios a prueba de inundaciones
"La palabra clave ahora es adaptación. Por eso es importante tomar acciones tempranas", explica a EFE la científica chilena Carolina Adler, una de las autoras del texto. Eso significa, añade, respetar el objetivo del Acuerdo de París sobre el clima para que el aumento de la temperatura no supere los 1,5 º C, establecer una verdadera coordinación entre gobiernos y organismos, y aplicar medidas de mitigación.
El IPCC considera que reducir factores de vulnerabilidad, como la urbanización costera, es una respuesta efectiva. Otras como la construcción de edificios a prueba de inundaciones son apropiadas solo ante el actual nivel del mar, pero no de cara a las previsiones futuras.
En otros casos, su recomendación es más extrema: "Cuando la comunidad afectada es pequeña, o tras un desastre, reducir el riesgo con una reubicación vale la pena que se tenga en consideración si hay zonas alternativas", concluye el informe.