Utilizar el mínimo de envases de plástico es una de las acciones más repetidas por los consumidores para contribuir a la conservación del medio ambiente. Sobre todo de aquellos de un solo uso, como las pajitas o los vasos de plástico. Pero no hay que perder de vista el papel. Uno de sus derivados, el papel higiénico, es un producto que utilizamos y desechamos cada día pero que aún es un tema que tratamos de refilón en nuestros debates sobre ecología.
Encontrar papel higiénico en el supermercado que no vaya envuelto en plástico puede convertirse en misión imposible, pero aún podemos añadir un nivel más de dificultad. No es menos complicado encontrar rollos de papel reciclado, una muy mala noticia para los bosques. Por ahora, aún está extendido entre las marcas la producción de papel con fibra virgen, un hábito que contribuye a la deforestación. A esto se suma la moda de los productos premium. En el caso de los papeles sanitarios se traduce en papeles con más de dos capas para resultar más acolchadas y suaves.
"Lo mejor es que los papeles de durabilidad corta, como el papel higiénico o las servilletas de cocina, lleven el máximo de fibra reciclada posible. No se puede utilizar fibra virgen para este tipo de productos de un solo uso si queremos reducir su impacto ambiental", explica Miguel Ángel Soto, portavoz de la campaña de bosques de Greenpeace. Según la web de estadísticas Statista, en España se consumen una media de 81 rollos de papel higiénico por persona al año. Y, ¿cuántos de estos son reciclados? A juzgar por la disponibilidad del producto en tienda, son pocos.
Hasta ahora, la oferta de papeles reciclados en España se limita a tiendas de productos ecológicos y algunas opciones para comprar online. Hace un año, la empresa Renova lanzó una nueva gama de productos envueltos en papel, Paper Pack, en sustitución del plástico con cuatro opciones: una extremadamente suave, la opción de cuatro capas, otra de tres capas y una cuarta a base de papel 100% reciclado.
Una opción que conviene desarrollar a juzgar por los datos del sector. Según la Asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón (Aspapel), el consumo en España de papeles higiénicos y sanitarios (que incluye papel higiénico más pañuelos, rollos de cocina, servilletas y un largo etcétera) fue en 2018 de 713.600 toneladas (15 kilos por habitante), un 3,4% más que en 2018, y supone el 10% del consumo total de todos los tipos de papel en España (gráficos, higiénicos y sanitarios, embalajes, etc.).
El sector papelero español es una gran productor de fibra virgen a base de pasta de eucalipto, que es una materia prima nacional. Los eucaliptales que se encuentran en la sierra de Huelva y en el norte de España, desde Galicia hasta el País Vasco, son una fuente de conflicto según denuncian desde Greenpeace. Se comporta como especie invasora ocupando zonas protegidas, genera paisajes de monocultivo pobres en biodiversidad y, además, arden muy bien.
Los ambientalistas señalan que no hay necesidad de talar bosques para hacer papel higiénico; sin embargo, esto es precisamente lo que está sucediendo. Con la atención del consumidor centrada en el plástico, algunas de las grandes marcas han frenado e incluso revertido su uso de papel reciclado en los rollos de papel higiénico que fabrican, según denuncia un estudio de la ONG británica Ethical Consumer, publicado el pasado julio, que analiza grandes marcas fabricantes de papel higiénico.
El truco del FSC Mixto
El estudio también destaca que Kimberly-Clark, uno de los mayores proveedores de papel higiénico a nivel mundial (entre cuyas marcas en España se encuentra Scottex), la proporción de pulpa de madera reciclada utilizada por la empresa ha disminuido con los años. En 2011, menos del 30% de la fibra total utilizada era reciclada, pero en 2017 esta cifra había caído al 23,5%.
Esta investigación también señala que los productos químicos utilizados en la producción de papel reciclado son mucho menos tóxicos que los utilizados para blanquear la pulpa virgen.
Otra advertencia. Hay que prestar atención a las etiquetas FSC, organización global y sin ánimo de lucro que promueve la gestión forestal responsable en todo el mundo. Y es que la mayoría de los rollos de papel higiénico usan la etiqueta de FSC Mixto. Esto significa que el papel está hecho de una mezcla de celulosa de bosques vírgenes, reciclada y fibra virgen de "fuentes controladas" ¿Y esto qué significa? Se trata de un mal menor. Estos papeles higiénicos están hechos de parte de fibra certificada, pero son más sostenible que aquellos fabricados completamente a base de fibra virgen.
Entonces, ¿qué opción es la más ecológica?
Siempre opta como primera opción por el papel higiénico reciclado. No está generalizada su venta pero la puedes encontrar en comercios de productos ecológicos o en tiendas online especializadas. Rechaza el papel que esté fabricado con pulpa virgen, la reciclada ya ha sido utilizada antes por lo que resulta mucho más sostenible.
Compra rollos de papel que no vayan envueltos en plástico. Hay tiendas que venden sus productos a granel y que huyen del empaquetado como unPacked. Otros negocios sirven el papel en cajas de cartón reciclado.
Elige papel sin blanqueantes, los químicos también contaminan el agua.
No a las toallitas húmedas. Según el portavoz de bosques de Greenpeace es la opción menos ecológica para limpiar nuestros traseros. "Lo venden como reciclable y es mentira, nos van a llevar al desastre. Estamos enviando plásticos al mar y a los ríos", apunta Soto.
Otra opción es recurrir al bidé. Eso si tu cuarto de baño es de esos que aún lo conserva.