Doñana, el espacio protegido más emblemático de España, cumple este miércoles 50 años de su declaración como Parque Nacional con un importante problema por resolver: su acuífero está en alerta roja. Esta masa de agua subterránea asegura la supervivencia del espacio pero durante décadas ha sido saqueada por la industria agrícola que se sienta en los alrededores. La inacción de los gobierno españoles para evitar el deterioro de este espacio único, donde cada año llegan miles de aves en tránsito entre Europa y África, llevó a la Comisión Europea el pasado febrero a presentar una denuncia contra España ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo (TJUE).
La crítica situación del acuífero demuestra que su régimen de explotación, provocado fundamentalmente por el crecimiento continuo de la producción de fresas y frutos rojos, es totalmente insostenible, según denuncia la mayor organización conservacionista del mundo WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza). Un año más, los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sobre el estado de los acuíferos demuestran el imparable descenso de la reservas hídricas de Doñana.
WWF presentó el pasado septiembre el informe Doñana, un acuífero en alerta roja donde denuncia que la explotación de su acuífero es totalmente insostenible desde al menos la mitad de los años 90. Desde entonces, las extracciones de agua para la agricultura de regadío, y especialmente la producción de fresas y arándanos, han ido mermando las reserva sin permitir su recuperación ni en años de lluvias abundantes. Así, la ONG exige a las administraciones públicas que actúen con urgencia para cerrar todos los pozos y fincas ilegales.
La escasez del agua afecta a toda una serie de ecosistemas terrestres que la necesitan para poder mantenerse. Los equilibrios "están rotos y volver a recuperar lo básico es que el acuífero vuelva a tener agua", explica Juanjo Carmona del Programa Agua de esta ONG a la agencia EFE. Sin embargo, los informes científicos apuntan que esta zona que va a carecer de lluvias.
Si no llueve y se sigue con el mismo modelo de extracción "habrá un problema con la agricultura y con el suministro de agua". Por eso, "hay que cerrar los pozos y las fincas ilegales y poner orden en las extracciones y dejar claro que no puede haber un regadío infinito", denuncia Carmona. En 2014 se adoptó el plan de la fresa para ordenar los cultivos, sin embargo, se han "seguido abriendo pozos, hay una horquilla entre 1.000 y 2.000 ilegales".
Sin apoyo político durante años
Últimamente, gracias a la labor de la administración y del Seprona, servicio medioambiental de la Guardia Civil y de la Confederación Hidrográfica se están cerrando pozos y "llevando a los responsables de los mismos ante la Fiscalía". Pero el problema que se inició en los años ochenta continúa con gente que "ocupa espacios públicos y lo transforma directamente, corta los pinares y pone una plantación".
Durante años no ha habido apoyo político y "no porque lo digamos nosotros, pero actualmente son las acciones de la administración las que están marcando el camino". "Porque de las cinco masas que componen el acuífero de Doñana, va a haber tres donde se va a declarar sobreexplotación", sostiene el experto en agua de WWF.
A eso se añade la pérdida de biodiversidad por la escasez de agua y la presencia de especies invasoras, como el cangrejo rojo, el cangrejo azul, los mapaches y ahora podrían llegar incluso las cotorras argentinas, que se encuentran en la localidad sevillana de Aljarafe. Y es que la situación de destrucción de las marismas está en un promedio de 80 % frente al 20 % restante que se conserva en su estado natural. "Es fundamental la recuperación de la margen izquierda, los municipios de Nebrija, Trebujana o San Lúcar".
En este contexto de amenazas, WWF pide a la Junta de Andalucía y al Gobierno que se comprometan para proteger este Patrimonio Mundial con "más recursos para la conservación, menos carreteras, acabar con la agricultura ilegal, más agua y más superficie protegida". Sobre las carreteras, la ONG apuesta por descartar proyectos como un nuevo carril en la carretera A-483 entre Almonte-Matalascañas, que ya atraviesa el Parque Nacional de norte a sur o la conexión Huelva-Cádiz.