Acción, ambición y urgencia para frenar el calentamiento del planeta. Estas han sido las palabras más repetidas este lunes en la sesión inaugural de la Cumbre del Clima, que se celebra en Madrid después de que Chile renunciara a ser la sede por las protestas sociales que vive el país latinoamericano. "No estamos haciendo lo suficiente para combatir esta crisis. Ni nos acercamos", ha dicho tajante el presidente del panel intergubernamental de expertos que asesora a la ONU sobre cambio climático, Hoesung Lee. Su mensaje no ha podido ser más claro: hace falta más ambición de los países, casi 200 reunidos hasta el 13 de diciembre, para evitar "la desconexión" entre lo que vaticina la ciencia y lo que deciden los Gobiernos.
De ambición también ha hablado el presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, al señalar que los planes estatales de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, principales responsables del cambio climático, tienen que "ir más lejos" y "más rápido". Mensaje sobre el que ha incidido el secretario general de la ONU, Antonio Guterres: "Todos los principales emisores deben hacer más", en una aparente alusión a países como EE.UU., China y la India, principales contaminantes del mundo que no han enviado a Madrid a representantes de primer orden. "Sin el compromiso pleno de los grandes emisores todos nuestros esfuerzos quedarán completamente socavados", ha subrayado Guterres.
Sánchez ha señalado que Europa, que lideró la revolución industrial, debe coger el timón de esta batalla "por elemental justicia histórica". "Se trata de un reto que nos afecta a todos, ya que no hay muro lo suficiente alto que proteja de esta amenaza a ningún país, por poderoso que sea". En esta línea, el presidente ha dicho que España aumentará la reducción de emisiones de cara a 2030 y se ha comprometido a llegar a un "pacto alineado con los objetivos marcados por la Unión Europea. La recién nombrada presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha anunciado en la COP25, su primera cita internacional, que el próximo marzo presentará una ley europea para hacer irreversible la neutralidad climática en la UE en 2050. "La primera ley climática europea para hacer la transición climática irreversible, lo que supone dotar de una perspectiva climática a todos los sectores económicos".
Sánchez también ha dedicado unas palabras a los negacionistas: "Solo un puñado de fanáticos niegan la evidencia" del cambio climático y, llegados a este punto, "no hay mas alternativa que actuar con hechos, con acciones". Como ha apuntado el presidente del IPCC, los últimos tres informes de este organismo ponen de manifiesto que los impactos del calentamiento global van a ser "mucho más graves de lo que pensábamos". Subirá el nivel del mar y los efectos serán especialmente dramáticos en los países más pobres y vulnerables. El Acuerdo de París, que se aplicará a partir de 2020, establece que el aumento de la temperatura del planeta debe quedar por debajo de dos grados respecto a los niveles preindustriales y si es posible no superar 1,5 grados. En este escenario, las consecuencias serían manejables. Pero de seguir contaminando al ritmo actual, los científicos señalan que la temperatura subirá tres grados a final de siglo, por lo que hacen falta esfuerzos "urgentes" y "más ambiciosos". "Si no cambiamos urgentemente nuestro modo de vida, ponemos en peligro la vida misma", ha insistido Guterres.
Sin margen de maniobra
José Ferrera, de 23 años, integrante de Fridays for Future Madrid, es uno de los que este lunes entra por primera vez en esta especie de territorio internacional en el que se ha convertido la Feria de Madrid por unos días. A pesar de los reclamos de acción y ambición, Ferreras no confía en que la mayoría de países estén por la labor de poner su granito de arena. Se refiere al procedimiento que ha empezado Donald Trump para sacar a EEUU del Acuerdo de París (algo que no se podrá materializar hasta noviembre de 2020). A pesar de la política negacionista del mandatario estadounidense, la presidenta del Congreso de EE.UU., Nancy Pelosi, ha asegurado en la Cumbre del Clima que su país sigue implicado en la lucha contra el cambio climático. "Al venir aquí queremos decir a todos: seguimos implicados", ha señalado Pelosi, que lidera la delegación de congresistas y senadores del Partido Demócrata que asiste a la COP25.
Este joven activista por el clima no cree que se alcancen grandes compromisos en este encuentro. "No soy pesimista, soy realista. Personalmente, creo que este encuentro no va a conseguir poner solución a la crisis climática, pero será un paso encaminado a unificar fuerzas", explica a EL ESPAÑOL. "Quieren que esta cumbre sea la primera que integre a la sociedad civil en los espacios de trabajo, pero lo más probable es que esto no pase de las palabras", añade Ferreras. El activista cuenta que en paralelo se celebrará a partir de este fin de semana, del 7 al 13 de diciembre en la Universidad Complutense, la Cumbre Social por el Clima, donde los movimientos sociales hablarán de soluciones reales que "aquí no se escuchan". Ante la prevista llegada de Greta Thunberg este martes a Lisboa, desde Fridays for Future informan de que, además del espacio que tendrá la activista en la cumbre oficial, están hablando con su equipo para que asista a la cumbre alternativa.
En este espacio de IFEMA, que durante estos días está lleno de papeleras para los desperdicios orgánicos y de fuentes de agua para rellenar la botella reutilizable, los agentes de seguridad también ponen una nota de color al escenario. Por los pasillos que conectan pabellón y pabellón, los agentes de seguridad de la ONU se pasean con sus distintivos uniformes de color azul claro. En cada nave, se despliegan los stands de los diferentes países, unos mucho más producidos que otros. A estos se suman un montón de cuartos o meeting rooms, el espacio en el que se reúnen las delegaciones de los países, que se dividen en grupos de trabajo, para negociar.
Tatiana Nuño, integrante de Greenpeace y con unas cuantas COP sobre su espalda, explica que este encuentro tiene que cerrar un asunto pendiente: el artículo 6 del Acuerdo de París, sobre los mercados de carbono. Este artículo, que encierra muchos intereses de los países, tiene que fijar cómo se contabilizan las emisiones y asegurar que no hay espacios vacíos que puedan dar lugar a "trampas". Por ejemplo, si un país emite poco, ¿podrá vender su presupuesto de carbono a otro estados? Otro asunto que deberá establece es si se podrán compensar las emisiones. Es decir, si un estado hace restauración de bosques, ¿se podrá contabilizar como si no hubiera emitido ciertos gases de efecto invernadero? La clave, según la ecologista, es no hacerse trampas al solitario.
"Tenemos que asegurar que lo que estamos haciendo es reducir las emisiones y llevarlas a cero, que es la única manera de evitar los peores impactos del cambio climático", explica. Para conseguirlo con garantías solo hay una fórmula: que los países aumenten sus compromisos y que los trasladen a sus políticas nacionales que aseguren el abandono del petróleo, el carbón y el gas. "Esta COP tiene que cerrar con el compromiso de que los países van a revisar sus objetivos para alinearlos con las recomendaciones científicas del IPCC, que hablan de que la próxima década es decisiva. Hay que bajar las emisiones a la mitad en 2030 para no superar ese 1,5", zanja Nuño.