Un nuevo contenedor de reciclaje, de color marrón y destinado a los residuos orgánicos, se ha ido extendiendo en los últimos meses por diferentes distritos de la capital española. No obstante, su implementación no está generalizada en España. Solo algunas comunidades autónomas, entre ellas Euskadi, Navarra, Cataluña o Madrid, cuentan con este cubo que nace como una división del gris, al que a partir de ahora solo habrá que tirar los restos no orgánicos.
Así las cosas, con cinco contenedores danzando en la cocina, puede que algunos ciudadanos se pregunten qué residuos deben tirar al recién aterrizado cubo marrón. Pues bien, en este contenedor solo hay que desechar restos de alimentos, como pieles de frutas, restos de verdura, espinas de pescado, restos de carne, plantas, posos de café o cáscaras de huevo, es decir, únicamente residuos orgánicos.
A los restos de comida hay que sumar las servilletas y papel de cocina usado, que nunca irán al contenedor azul, el del papel, ya que al estar manchados no se pueden reciclar. Lo mismo ocurre con las cajas de pizza. Como estos envases están hechos de cartón, lo lógico sería depositarlos en el contenedor azul si están limpios, pero si tienen muchas manchas de grasa deben ir al orgánico. El motivo es que el aceite que absorbe el cartón lo hace difícilmente recuperable en las plantas de tratamiento de papel y cartón.
Puede que otros ciudadanos se pregunten, si es realmente necesario sumar un cubo de reciclaje extra a las ya saturadas cocinas o terrazas de los hogares. La explicación es que los residuos orgánicos, los más abundantes en las ciudades, puede reutilizarse para hacer compost, un biorresiduo que se puede aprovechar como fertilizante e incluso como generador de energía. Así, con la implementación de este quinto contenedor se busca mejorar el reciclaje de los residuos urbanos y evitar que estos acaben en vertederos.
La Unión Europea se ha fijado el objetivo de reciclar el 65% de los residuos urbanos en 2035. En España, por ahora vamos por un 33,9%, más de la mitad de la basura se sigue tirando a vertederos. Mientras, en Europa la media de reciclaje es de un 46,4%. Así, para alcanzar el objetivo europeo es necesario separar y reciclar correctamente los residuos orgánicos, ya que representan casi el 40% del total de los residuos en las ciudades españolas.
Y, ¿al gris?
A partir de ahora, al cubo gris, que en algunas localidades es verde oscuro, solo hay que tirar restos no orgánicos. Se trata de aquellos residuos que no se pueden reciclar y que tampoco pueden utilizarse para hacer compost: pañales, compresas, tampones, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas, pelo o el polvo que generamos al barrer.
En aquellos municipios donde aún no haya llegado el cubo marrón, los restos orgánicos tendrán que seguir desechándose en el gris. Otra opción es aprender a hacer compost en casa o colegio para el huerto o jardín. Pero para cumplir con Europa, a partir de enero 2024 las comunidades autónomas y las entidades locales de toda España deberán implantar la recogida selectiva de restos orgánicos través el contenedor marrón.
En la ciudad de Madrid solo queda la incorporación del distrito Centro, que está prevista para septiembre de 2020. El Ayuntamiento ha lanzado la campaña Acierta con la orgánica para resolver posibles dudas con este último contenedor.