Los hipopótamos de Pablo Escobar: el capricho del capo ayuda a recuperar un mundo perdido
El narcotraficante se montó un zoo con animales traídos de todo el mundo. Ahora, un estudio concluye que las especies invasoras no son tan malas.
26 marzo, 2020 02:26Noticias relacionadas
El narcotraficante Pablo Escobar en sus años de apogeo, allá por la década de 1980, se montó un zoológico privado en su finca Hacienda Nápoles, al este de Medellín, donde llevó animales exóticos de todo el mundo: leones, elefantes, jirafas y cuatro hipopótamos. Tras la muerte del capo en 1993, la mayoría fueron trasladados a otros espacios o murieron, pero no pasó lo mismo con los hipopótamos. Por su gran tamaño, los costes de transporte eran muy elevados y fueron abandonados. Desde entonces, estos mamíferos herbívoro originarios de África no han dejado de reproducirse.
Ahora hay cerca de 80 ejemplares, quizás más, que viven alrededor del río Magdalena, que atraviesa el centro de Colombia. Hasta el momento, los científicos y los residentes consideraban a estos hipopótamos una plaga invasora, que podía amenazar la flora y fauna nativa, pero un nuevo estudio liderado por la Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos), publicado en la revista científica PNAS, ha dado la vuelta a esta idea.
Ahora los científicos dicen que, contrariamente a la creencia de que los grandes mamíferos herbívoros invasores tienen efectos negativos sobre sus nuevos hábitats, los hipopótamos de Escobar han demostrado que las especies introducidas pueden restaurar un mundo perdido.
Esto es lo que ha descubierto un equipo de biólogos conservacionistas al comparar los rasgos e impactos en los ecosistemas de grandes especies de herbívoros invasores, como el hipopótamo colombiano, con sus homólogos extintos del Pleistoceno tardío (hace unos 116.000-12.000 años): mamuts, perezosos gigantes y wombats gigantes.
La conclusión principal: algunas especies invasoras modernas pueden restaurar partes de ecosistemas que no se veían desde hace miles de años. El resultado parte de un análisis mundial que compara los rasgos ecológicos de los herbívoros introducidos (tamaño corporal, dieta o hábitat) con los del pasado.
Si bien hay algunos herbívoros introducidos que tienen una coincidencia ecológica prácticamente total con extintos, en otros casos la especie introducida representa una mezcla de rasgos que se ven en las especies extintas, apunta John Rowan, uno de los autores de este trabajo.
Restaurar un mundo perdido
Por ejemplo, los hipopótamos salvajes de Sudamérica son similares en dieta y tamaño corporal a las llamas gigantes extintas, mientras que un extraño tipo de mamífero notoungulado extinto comparte el gran tamaño y los hábitats semiacuáticos con los hipopótamos. Así, si bien los hipopótamos no reemplazan perfectamente ninguna especie extinta, restauran partes de ecologías importantes en varias especies.
La Universidad de Massachusetts Amherst explica en un comunicado que se suele pensar que el mundo natural moderno es muy diferente a lo que fue durante los últimos 45 millones de años.
Sin embargo, la introducción por parte de los humanos de especies en todo el mundo ha provocado que se restauren rasgos ecológicos perdidos en muchos ecosistemas, haciendo el mundo actual más parecido al de la pre-extinción del Pleistoceno tardío.
En sus análisis, los investigadores pudieron comparar especies que no necesariamente están ligadas de manera estrecha entre sí, pero que son similares en cuanto a la forma en que afectan a sus ecosistemas, detalla Erick Lundgren, autor principal y estudiante de doctorado en la Universidad Tecnológica de Sydney.
Al hacerlo, agrega, se pudo cuantificar la medida en que las especies introducidas hacen que el mundo sea más o menos similar al pasado previo a la extinción: "Sorprendentemente hacen el mundo más parecido". Y es que, el 64 % de los herbívoros introducidos por los humanos son más similares a las especies extintas que a las nativas locales, concluye el estudio.