Los humanos no son los únicos que extrañan salir a cenar. Con el cierre de restaurantes y otros negocios por el brote de coronavirus en Estados Unidos, país que suma más de 100.000 muertos por la covid-19, las ratas se están volviendo agresivas ante la falta de comida y mientras buscan otras fuentes de alimentación, según advierten los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Los restos de comida que quedan en las calles son el principal sustento de estos roedores en las ciudades del país.
Según apuntó la semana pasada la agencia estadounidenses en su web, los programas de salud ambiental y de control de roedores podrían experimentar un aumento de solicitudes de servicio en relación con un comportamiento "inusual o agresivo" de los roedores.
"Las ratas no se están volviendo agresivas hacia las personas, sino entre ellas", ha dicho Bobby Corrigan, un rodentólogo urbano que tiene un máster y un doctorado en el manejo de plagas de roedores, al diario The New York Times. "Simplemente se están volviendo unas contra otras".
Según este experto, hay ciertas colonias de ratas en Nueva York que han dependido de la basura nocturna de los restaurantes durante cientos de generaciones, que salen de las alcantarillas y callejones para devastar las bolsas que quedan en las calles, pero con la cuarentena se quedaron hambrientas y desesperadas.
En Nueva Orleans, hordas de ratas tomaron las calles después de que la gente fuera llamada a quedarse en casa. Cientos de miles de ratas en Chicago han comenzado a buscar alimentos con valentía, viajando más lejos y durante el día. Algunas incluso se han mudado a los motores de los automóviles.
Casos de canibalismo
Corrigan señala que los profesionales de control de plagas en la ciudad le han enviado fotos de canibalización y matanza entre roedores. "Se pelearán entre ellos, se comerán a los jóvenes en algunas poblaciones y lucharán por la comida que puedan encontrar", apunta. "Pero las ratas que viven y comen en bloques residenciales probablemente no hayan notado una sola diferencia durante la cuarentena".
Para mantener a raya a los hambrientos roedores, el CDC recomendó sellar los accesos a hogares y negocios, eliminar escombros, guardar la basura en recipientes bien cubiertos y retirar los alimentos para mascotas y aves de los patios. Corrigan apunta que la agencia debería alertar a los ciudadanos, ya sea en la América rural o en las zonas urbanas, de que personas que normalmente no ven ratas pueden comenzar a notarlas.
Por otro lado, Michael H. Parsons, un investigador visitante en la Universidad de Fordham (Nueva York) que estudia cómo las ratas están migrando en masa desde áreas cercanas a restaurantes cerrados, tiendas de delicatessen y arenas hacia nuevos entornos, señala que las ratas generalmente no viajan lejos en busca de comida y agua, lo que minimiza el riesgo de que sean vistos por personas y depredadores.
Pero en las últimas semanas, los profesionales de control de plagas han visto a más ratas salir durante las horas del día y entrar a hogares que no habían visto previamente actividad de roedores, según apuntó el domingo Jim Fredericks, entomólogo jefe de la Asociación Nacional de Manejo de Plagas.