El primer paso para iniciar el proceso de recuperación del Mar Menor pasa por impedir la entrada de sedimentos y nutrientes con medidas de prevención en origen, por mejorar las técnicas de fertilización agrícola y otras soluciones basadas en la naturaleza, según concluye el informe elaborado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
El informe, que ha estudiado el estado actual de la laguna salina y han propuesto un conjunto de posibles soluciones, concluye que una de las causas principales de la eutrofización del Mar Menor es el aporte de nutrientes y materia orgánica, aunque también añade que otros factores que contribuyen a su degradación son la contaminación metálica y química, las obras costeras, puertos, dragados y el mantenimiento de playas.
El estudio fue solicitado al IEO por la Dirección General de la Costa y el Mar del MITECO en el marco del seguimiento de las estrategias marinas y ha contado con 20 autores del IEO junto a otros ocho procedentes de la Universidad de Alicante, la Universidad Politécnica de Cartagena, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, dependiente del CSIC, entre otras.
En concreto, los científicos analizaron datos de batimetría, tipos de fondo, composición de los sedimentos, campo térmico, campo halino, material particulado en suspensión, patrón de circulación lagunar, flujo de entrada/salida en el canal de El Estacio, tiempos de renovación lagunar, nutrientes, respuestas del plancton, turbidez y praderas marinas, impacto de los episodios de DANA en el Mar Menor y situación de las poblaciones de Pinna nobilis (nacra).
Además, el informe aborda tanto las causas como las consecuencias de la crisis ecológica que sufre el Mar Menor y analiza también los efectos adyacentes para el Mar Mediterráneo, así como la dinámica de recuperación y el análisis de posibles soluciones.
En todo caso, el estudio admite que recuperar el Mar Menor será un proceso "largo y muy complejo" porque incluso aunque se eliminen todas las entradas de nutrientes procedentes de la cuenca, la liberación de nutrientes desde sus fondos y los aportes desde las aguas subterráneas continuarán durante "bastante tiempo".
Así, insiste en que lo primero para iniciar su recuperación es impedir la entrada de sedimentos y nutrientes a partir de medidas de prevención en origen y mejorar de forma sustancial las técnicas y la eficiencia de la fertilización agrícola en términos de cantidades, tiempo y formas de aplicación. De este modo, añade que se debe conseguir que la propia cuenca sea capaz de retener y eliminar la mayor parte de los nutrientes que aun así pudiesen circular.
Soluciones naturales
En concreto, las soluciones basadas en la naturaleza que propone el IEO por ejemplo consisten en recuperar los cauces, reducir la erosión, incrementar la cobertura vegetal, la protección y recuperación de los humedales periféricos, la construcción de humedales artificiales en combinación con otros sistemas eficaces de filtrado de nutrientes (por ejemplo, biorreactores de madera), entre otras propuestas.
El informe técnico de asesoramiento insiste en que es "fundamental" identificar y cuantificar adecuadamente las diferentes entradas de nutrientes a la laguna y que deberían adoptarse medidas para reducir los aportes desde los centros urbanos ribereños mediante la mejora de la red de saneamiento y evitando que haya descargas de los efluentes urbanos tratados o sin tratar a la laguna.
Otras medidas que subrayan los autores pasan por implantar medidas que eviten el transporte de sedimentos procedentes de la erosión de suelos agrícolas hacia la laguna, para mitigar los daños de las lluvias torrenciales sobre los municipios ribereños, así como revisar las medidas del Proyecto Vertido Cero.
Con todas las medidas, el sistema lagunar mantendrá aún durante décadas su inercia por la carga de nutrientes que están ya presentes en el Mar Menor y por las aportaciones de las aguas contaminadas del acuífero Cuaternario.
Medidas adicionales
Por ello, añade que también serán necesarias otras actuaciones paliativas a corto y medio plazo para reducir la entrada actual de nutrientes hasta que las medidas en origen sean eficientes y permitan reducir los aportes de nutrientes actuales hacia la laguna.
A ese respecto, plantean que de acuerdo con la Estrategia Estatal de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas, debe valorarse "siempre" como primera opción la restauración pasiva y evaluar si la eliminación de la presión que provoca resulta en una recuperación natural.
A continuación, en caso de que la recuperación natural no se produzca será preciso plantear estrategias de restauración activas siempre y cuando tengan un fundamento científico y no exista riesgo de crear nuevos perjuicios al ecosistema y el sistema socio- económico asociado.
De acuerdo con la experiencia en otras zonas costeras del mundo, la aplicación de medidas de reducción de presión en origen puede ser acompañada con medidas de restauración activa para reducir los tiempos de recuperación, que pueden oscilar entre varios años y varias décadas.
La biorremediación con bivalvos, la restauración con angiospermas marinas o la recuperación de las poblaciones de nacra estarían entre este tipo de medidas, aunque su viabilidad real debe determinarse previamente mediante programas de investigación experimental.
Resultado
El estudio del IEO apunta que la eficacia de las actuaciones se podrá medir mediante el estado real de los hábitats, comunidades y especies de la laguna del Mar Menor, así como los de la franja adyacente del Mediterráneo, los humedales litorales de la laguna y otros espacios protegidos asociados al Mar Menor.
Por otro lado, advierte de que si las medidas de restauración de implantan de forma precipitada, insuficiente o inadecuada, se puede comprometer "seriamente" la aplicación de los instrumentos de planificación y gestión recientemente aprobados.