Las carreteras de Zamora, Madrid Segovia y Orense cuentan, entre otras, con los tramos de vía donde más lobos han aparecido muertos por atropello en los últimos años en España, según un informe elaborado por la asociación conservacionista Lobo Marley y el Observatorio de la Sostenibilidad, que presenta una lista de 50 tramos aunque no concreta ningún punto kilométrico exacto.
Las dos entidades exigen que se incluya al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). El documento añade que en 2017 murieron entre 500 y 650 lobos en España por diversos motivos, aunque el principal fue el atropello.
El estudio pretende exponer un mapa para que los investigadores, ciudadanos o grupos conservacionistas aporten sus datos para reunir toda la información sobre esta especie. En el corredor Benavente-Zamora se han localizado 20 ejemplares atropellados mientras que en la N-110, que conecta Soria con el sur de Castilla y León y el norte de Extremadura, se han encontrado 16.
El estudio ha detallado más de 1.000 kilómetros de calzadas que reclaman que sean señalizadas, como ocurre en otros países para avisar a los conductores de que circulan en un tramo con elevada densidad de la especie.
Las organizaciones afirman que el documento es una primera aproximación de un hecho "mucho más grave" ya que aseguran que la protección de la especie está disminuyendo y subrayan la "imperiosa" necesidad de proteger "de una vez por todas al lobo en España".
"Es importante señalizar de una forma adecuada las zonas de mayor riesgo de atropello con el objetivo de disminuir el riesgo para todos", reclaman. Además, Luis Miguel Domínguez, presidente de Lobo Marley, ha destacado que existe una "gran diferencia" de gestión entre las comunidades autónomas y también con Portugal, el país vecino, donde la especie está "estrictamente protegida".
Algunos de estos atropellos que suceden resultan claves para las dos instituciones porque dificultan la dispersión del lobo hacia otras áreas aptas de distribución, como los tramos más peligrosas que comprenden Segovia, Soria, Madrid y Cantabria.
"Agujeros negros"
Por su parte, el experto del Observatorio de Sostenibilidad, Raúl Estévez, ha denunciado que "existen auténticos agujeros negros" para la conservación de la especie en las carreteras españolas, zonas de elevada densidad de atropellos de pequeñas carreteras.
Además, también ha subrayado que es "muy importante" tener en cuenta los atropellos en las zonas límites de la distribución natural como los atropellos en la N-110 o en Madrid, que son claves para que no se disperse el lobo hacia otras comunidades como Castilla-La Mancha.
Asimismo, entre las peticiones realizadas tanto por la asociación Lobo Marley como por el Observatorio de Sostenibilidad destaca la propuesta de realización de ecoductos o pasos de fauna practicables para los vertebrados de mayor tamaño de la fauna, para garantizar el paso y la dispersión de estas especies clave para su hábitat.
Igualmente, reclaman un análisis científico para determinar la existencia de la especie en todo el territorio nacional, conocer su estado de población, que actualmente se desconoce, y exige que se incluya al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
El presidente de Lobo Marley ha sentenciado finalmente que "la cuestión del lobo no es ganadera, sino patrimonial" y que España debe proteger a sus depredadores para salvaguardar la salud de los ecosistemas.