La ONU ha pedido este jueves al mundo "hacer las paces con la naturaleza" con la presentación de un informe y hoja de ruta que aborda cómo debemos responder a la crisis climática, pérdida de biodiversidad y contaminación, que amenazan la vida tal y como la conocemos (en España y todo el mundo).
El informe elaborado por el Programa para el Medio Ambiente de la ONU (PNUMA), que ha sido presentado por el secretario general de la ONU, António Guterres, y la directora ejecutiva de PNUMA, Inger Andersen, plantea que el esfuerzo de la humanidad por transformar la naturaleza ha conducido a la actual crisis existencial del planeta por lo que es imperativo "transformar la relación de la humanidad con la naturaleza".
Los autores del informe, los científicos Ivar Baste y Robert Watson, declararon en una entrevista con la agencia Efe que "la situación es realmente urgente y las acciones son muy necesarias, por lo que PNUMA quería expresar la problemática de una forma muy clara: los problemas medioambientales están interrelacionados".
El informe destaca que los cambios medioambientales amenazan el progreso realizado durante siglos al causar descomunales pérdidas económicas y millones de muertes prematuras y que el bienestar de las futuras generaciones está en peligro a menos que en la próxima década se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en un 45 % comparadas con los niveles de 2010, y que para 2050 se alcancen emisiones netas cero.
Entre los cambios apuntados está la respuesta conjunta a las emergencias medioambientales del planeta y la transformación de los sistemas económico y financiero para que "lideren e impulsen el cambio hacia la sostenibilidad".
Intereses creados
Pero el informe también indica que hay "intereses creados" que se opondrán a los cambios necesarios para evitar la catástrofe y que esta resistencia "puede ser desactivada dirigiendo subsidios hacia formas de vida alternativas y nuevos modelos de negocios".
António Guterres ha señalado en un comunicado que "la humanidad está librando una guerra contra la naturaleza. Esto no tiene sentido y es suicida. Las consecuencias de nuestra imprudencia ya son visibles en el sufrimiento humano, en enormes pérdidas económicas y en la acelerada erosión de la vida en la Tierra".
Watson, un químico británico que ha trabajado toda su vida en la ciencia atmosférica y ha sido asesor científico del presidente de Estados Unidos, dijo a Efe que una de sus conclusiones es que hay que "replantear estos enormes subsidios a los sectores de los combustibles fósiles y la agricultura, que suponen entre 5 y 7 billones de dólares al año" (entre 4,2 y 5,8 billones de euros).
"Ese dinero puede ser utilizado para realizar la transición a una economía de bajo carbono que conserve y restaure la naturaleza. Tenemos que ser honestos y dejar claro que sabemos que habrá oposición. No somos ingenuos", añadió.
En este sentido, Inger Andersen explicó que "cada vez que hay una transición tecnológica o económica, se produce el peligro de que algunas personas sean abandonadas. Es muy importante que pongamos en marcha políticas en las que nadie quede abandonado con el cambio, por ejemplo, a energías renovables".
"Y añadiría que este problema ya no es tema de izquierda o derecha en el mundo político. Existe un mejor entendimiento en muchos sectores de lo que la ciencia nos dice y el cambio necesario en las políticas", añadió.
Países en desarrollo
Tanto Watson como Baste pusieron el acento en que el modelo económico actual está agotado y es necesario crear una nueva solidaridad entre el mundo desarrollado y los países en desarrollo. "En el mundo industrializado nos hemos enriquecido transformando la naturaleza, cortando los bosques para convertirlos en plantaciones o explotaciones agrícolas o ciudades o carreteras. Todos nos hemos enriquecido con combustibles fósiles baratos, al usar carbón, petróleo y gas", explicó Watson.
"Es una obligación de los países desarrollados trabajar con los países en vías de desarrollo para asegurarnos de que tienen acceso a energía limpia y barata si les estamos pidiendo que no corten sus bosques para que puedan desarrollarse. Porque la manera en que nos hemos desarrollado no es sostenible para el resto el mundo", continuó.
Ivar Baste, un científico de la Agencia del Medio Ambiente de Noruega, insistió en que "vivimos en un planeta finito y el actual modelo de desarrollo eventualmente no funcionará". "Si emitimos más gases que lo que los océanos y la vegetación pueden absorber, nos enfrentamos a un cambio climático dramático. Necesitamos reconfigurar todo el modelo y lo podemos hacer sin perder lo ganado", aseguró.