Greta Thunberg se encontró esta semana cara a cara con "los dos" Estados Unidos, el progresista defensor de la lucha contra la crisis climática y el conservador que protege a la industria de los combustibles fósiles, en una sesión virtual en el Congreso de EE.UU. en la que la activista sueca repartió zascas para todos.
A un lado estaban los demócratas, que buscaron la complicidad de Thunberg tras relanzar esta semana el "Green New Deal" (Nuevo Pacto Climático), que apuesta por inversiones en los próximos diez años en fuentes de energía con cero emisiones contaminantes.
Al otro, se encontraban los republicanos, quienes nada más iniciarse la sesión dejaron claro, en boca del legislador por Carolina del Sur Ralph Norman, que no están de acuerdo con "las tácticas del miedo" para asustar a la gente, especialmente a los niños, en lo que se refiere a la crisis climática.
Y en medio la joven sueca de 18 años, que no se inmutó por los esfuerzos de unos por atraer su simpatía ni de los otros por intentar desmontar su argumentos.
Thunberg afirmó de manera vehemente que los combustibles fósiles son "una desgracia" y alertó a los legisladores de que tendrán que rendir cuentas en el futuro si no actúan de inmediato y toman medidas para que el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo del objetivo de 1,5 grados.
"Y para ser sincera, no creo ni por un segundo que ustedes vayan a hacer esto. Así que seguirán contribuyendo a la destrucción de las condiciones de vida presentes y futuras", reconoció Thunberg, quien lamentó que la crisis climática no exista en el debate público actual.
"Estamos en 2021. El hecho de que todavía estemos teniendo esta discusión y más aún de que todavía estemos subsidiando los combustibles fósiles usando el dinero de los contribuyentes es una vergüenza", dijo la joven de 18 años. "Es una prueba clara de que no hemos entendido en absoluto la emergencia climática".
La sesión arrancó con un discurso del presidente del subcomité, el demócrata Ro Khanna, seguido del republicano Norman, y de las intervenciones de distintos expertos y activistas entre los que figuraba Thunberg. En el turno de preguntas a los invitados, la joven sueca acaparó la mayor atención.
Thunberg tiró de la ironía para responder a los republicanos, como cuando Norman le inquirió sobre si había leído algún estudio científico en concreto antes de afirmar en público que quería que la gente sintiera el mismo pánico y miedo que ella siente a diario sobre el cambio climático. Le respondió que "en los discursos normalmente se utilizan metáforas" y que "por supuesto" ella no pretendía decir que quiere que la gente tenga miedo.
Intercambio de dardos
Cuando el republicano le dijo que no tenía sentido que EE.UU. adoptara medidas para recortar sus emisiones contaminantes si otros países, como China no lo hacían, la activista defendió la necesidad de que haya una cooperación global. "Si EE.UU., que es el mayor emisor de la historia, no toma medidas, ¿cómo podemos esperar que otros países lo hagan?", señaló.
Norman le devolvió el dardo recurriendo al sarcasmo: "Entonces, China, que es un país comunista, que practica el genocidio contra la gente, si ven lo que hace EE.UU., entonces voluntariamente reducirá sus emisiones...", dijo. Y Thungberg insistió en que el cambio debe ser global y al mismo tiempo se debe hacer lo posible para que Pekín asuma su responsabilidad.
La sesión se desarrolló al margen de la cumbre climática organizada por el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, en la que se han dado cita unos 40 líderes mundiales. Biden se ha comprometido a recortar a la mitad las emisiones con efecto invernadero de EE.UU. para 2030, con la meta de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono para 2050.
Durante la audiencia en el Congreso, el legislador demócrata Raja Krishnamoorthy pidió a Thunberg consejo sobre qué pueden hacer los jóvenes para luchar contra el calentamiento global y la sueca no se andó con remilgos y le recordó que no es a los jóvenes a los que les corresponde hacer el trabajo. "Ellos no son quienes han contribuido a esta crisis, la responsabilidad no recae sobre sus hombros"", apuntó.
Thunberg, Trump y Biden
Thunberg ya compareció ante el Congreso de EE.UU. durante el mandato del Donald Trump (2017-2021) en unos años en los que protagonizó muchas polémicas con el entonces presidente.
Trump se burló reiteradamente de ella y calificó de ridículas tanto sus alertas sobre la crisis climática como su modo de comportarse o sus gestos. Thunberg llegó a pedir en octubre pasado el voto para Biden, aunque advirtió de que sus promesas contra la crisis climática no eran suficientemente ambiciosas.
Más allá de la activista sueca, fue impactante la declaración en el Congreso de la abogada tribal Tara Houska, quien denunció que las voces de los nativos americanos están "prácticamente" ausentes en las conversaciones sobre la crisis climática, pese a ser los últimos "poseedores de los lugares sagrados de la Madre Tierra".
La legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, impulsora del "Green New Deal", fue de las pocas congresistas que no interpeló a Thunberg y prefirió preguntar a Houska, en un intento de visibilizar la lucha de los indígenas de EE.UU. contra proyectos, como el Dakota Access Pipeline, un oleoducto que pasa por territorios tribales.