Un día de playa con los compañeros del cole parece el mejor plan para acabar una excursión. Para Lola y sus amigos, disfrutar junto al mar con sus juegos o construir castillos de arena es un plan divertido y saludable. Sin embargo, los peques pronto interrumpen su jolgorio al ver, con asombro, cómo una tortuga boba emerge del agua y se aproxima a la playa. Pero lo hace muy lentamente y pronto se dan cuenta de que el animal está enfermo.
Parece urgente llamar a quien pueda ayudarla. Y sí, los servicios veterinarios son los primeros que acuden al rescate y quienes ayudarán a la tortuga a recuperarse. Pero en realidad, lo que parece claro es que lo que limita la vitalidad del reptil es algo que tiene que ver con nosotros, como sociedad: la acumulación de residuos en los océanos.
Con este tema como fondo, CaixaBank acaba de publicar Lola y la tortuga, un cuento ilustrado elaborado por Noemí Fernández y Cristina Losantos, que invita a los más pequeños de la casa a reflexionar sobre la necesidad de actuar de forma responsable y respetuosa con el medioambiente. Se trata de una iniciativa que, si bien en este caso se destina al público infantil, se adecúa a la apuesta de la entidad por la sostenibilidad como uno de los ejes estratégicos en los que basa su actividad.
Y es que en las páginas de esta pequeña gran historia de Lola y sus amigos se pueden encontrar algunos de los temas que más nos preocupan también a los mayores, como la lucha contra el calentamiento global y la urgencia de modelos más respetuosos con la naturaleza.
Como sucede en el ámbito económico, aquí también se trata de invertir, de pensar en el futuro: el medioambiente es algo que tenemos que cuidar entre todos para que lo podamos disfrutar no solo nosotros, sino las generaciones venideras, como el caso de la protagonista de este cuento. Esta invitación a conocer el problema y a buscar soluciones que aborda el libro se complementa con unas páginas dedicadas a actividades y juegos que siguen esta línea de sensibilización.
La primera edición de Lola y la tortuga alcanza los 9.000 ejemplares, destinados a empleados, clientes y a su uso en actividades desarrolladas por la entidad como talleres de acompañamiento a la lectura. La historia está editada en castellano, catalán e inglés. Y como novedad, y fruto de un nuevo acuerdo con la Fundación ONCE, también está disponible en formato de audiolibro para las personas que tengan alguna discapacidad física.
Esta aventura es la segunda protagonizada por Lola después del éxito de ‘La bici de Lola’, en la que la niña aprendió a valorar la importancia del ahorro para renovar su bicicleta. Esta obra tuvo una distribución de más de 40.000 ejemplares físicos y más de 5.000 digitales.
Un portal con contenidos de economía responsable
Ambas historias son accesibles para su descarga gratuita desde CaixaBank Life, el nuevo portal global de cultura financiera del banco. Se trata de una herramienta con la que la entidad reafirma su "compromiso histórico con el impulso de la educación financiera". Es una pretensión que, de acuerdo a su modelo de banca sostenible y responsable, centraliza información y conocimientos que ayudan a todas las personas "en la toma de decisiones responsables sobre la economía personal y familiar", como destaca el banco.
En general, estos contenidos también tienen muy presente el factor de la sostenibilidad como una de las metas de la entidad. Y es que, además de la ayuda de Lola y sus compañeros de clase, CaixaBank mantiene un compromiso con su Plan de Bancas Socialmente Responsable, cuyas líneas maestras contribuyen de forma directa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Además, mantiene su adhesión a varios pactos internacionales como los Principios de Ecuador y los Acuerdos de París.
Esta hoja de ruta sostenible del banco español incluye cinco líneas de actuación: "Financiar las soluciones al cambio climático; gestionar los riesgos derivados del cambio climático; minimizar y compensar la huella de carbono; colaborar con otras organizaciones para el avance conjunto; e informar de los progresos de forma transparente".
Estos ámbitos de actuación repercuten de manera directa en la operativa del banco. Por ejemplo, con la decisión de establecer exclusiones para sectores "con potenciales impactos negativos en el medioambiente", como señala la entidad.
Pero esta ambición también se manifiesta en su política interna, como el control de emisiones, que ha logrado reducir en un 80% desde 2009, en la compensación de todas las emisiones calculadas o en la contratación de energía eléctrica procedente, al 100%, de fuentes renovables. Son pasos en la dirección que demanda el planeta y reflejan los tratados internacionales para evitar el calentamiento global y, de paso, facilitar la transición hacia modelos más sostenibles y financiar una economía baja en carbono.
En este sentido, CaixaBank apuesta claramente por proyectos con impacto positivo en el planeta. Y para ello, solo en 2020 movilizó más de 12.000 millones de euros en financiaciones consideradas sostenibles. Además, se han emitido 13 bonos verdes, sostenibles o sociales con un importe global de 7.500 millones de euros. Son decisiones que han posicionado a la entidad como el 5º banco a nivel europeo, y 9º del mundo, en volumen de préstamos verdes en las League Tables Top Tier por volumen, según Refinitiv.