El aumento del nivel del mar -como consecuencia del deshielo polar- se encuentra entre los principales peligros relacionados con la emergencia climática que amenaza a ciudades de la costa, por ello, los modelos meteorológicos predictivos pueden ayudar a evitar el fenómeno conocido como efecto cascada.
El impacto de fenómenos climáticos puede generar fallos en la red eléctrica urbana que a su vez, y mediante un efecto cascada, podría dañar otros servicios municipales, lo que supondría un aumento del 20% del gasto en infraestructuras, explica a EFE José Luis Domínguez, responsable de Sistemas de Energía en el Instituto de Investigación en Energía (IREC) de Cataluña.
Para paliar las consecuencias en las áreas urbanas, el programa Resccue en el que colabora Domínguez, tiene como objetivo ayudar a las ciudades de todo el mundo a ser más resistentes al cambio climático para responder a las amenazas de los múltiples peligros, gracias a modelos matemáticos de predicción.
El número de desastres naturales relacionados con la meteorología se ha "más que triplicado" desde los años sesenta, causando más de sesenta mil muertes en zonas de países en vía de desarrollo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que, además, los eventos meteorológicos cada vez más intensos "obligarán" a desplazarse a más de la mitad de la población mundial que vive a menos de sesenta kilómetros del mar.
Subida del nivel del mar
Domínguez explica que, en Barcelona, se prevé un aumento del "calado de agua de casi un metro" dentro de cincuenta años, lo que sitúa la ciudad en una zona crítica que hay que proteger por su gran estructura eléctrica.
Asimismo, la sequía o las inundaciones se han convertido en objeto de estudio para profesionales que buscan comprender la variabilidad de las precipitaciones, y gracias a los avances de la ciencia, se puede prever los desastres que estos pueden causar en las ciudades.
Para lograr los resultados se utiliza la predicción meteorológica y climática para establecer modelos de simulación de inundaciones -a causa de la subida del nivel del mar, ríos o aumento de precipitaciones- en ciudades piloto como Barcelona o Bristol (Reino Unido).
Modelos predictivos
Los modelos de inundación se forman a través de datos históricos para observar la tendencia del aumento de lluvias torrenciales por zonas y "generar", a partir de ahí, mapas que muestran "cuáles son las zonas de mayor probabilidad de sufrir inundaciones", sostiene.
Las fuertes precipitaciones, el aumento del nivel de los ríos y la subida del nivel del mar a causa del cambio climático, se han convertido en tres riesgos para la ciudad de Barcelona, siendo "aconsejable" que se desplacen los equipos eléctricos a zonas más altas, objetivo incluido entre los planes del Ayuntamiento de Barcelona para el año 2030.
Las estimaciones del modelo predictivo alcanzan hasta el año 2100, sin embargo, cuanto más lejos llega la predicción, "mayor es la incertidumbre y el error", por lo que estos modelos se tienen que ir "actualizando con nuevos datos constantemente".
No obstante, las previsiones de la subida del nivel del mar no han alertado lo suficiente a los países europeos para establecer "un plan de resiliencia y actuación para estas amenazas", alerta Domínguez, que asegura que los datos prevén un aumento de las ciclogénesis "cada vez más normales en España".
Quinta conferencia
Los próximos 26 y 27 de agosto la Universidad de Victoria de Canadá, recibirá a reconocidos investigadores y matemáticos en la quinta conferencia sobre Modelos Econométricos de Cambio Climático (Econometric Models of Climate Change) que lleva celebrándose desde el 2016.
La celebración tiene como objetivo promover un enfoque interdisciplinario para la detección y atribución del cambio climático, el intercambio de conocimientos entre la ciencia climática, la economía y la econometría, y las estimaciones econométricas de los impactos climáticos de los próximos años.
Así como la publicación de estudios sobre la predicción del aumento promedio del océano global y la rapidez de su aumento para el año 2100, si se incrementa la temperatura más de dos grados.