Los entornos naturales son cada vez más silenciosos: los sonidos de las aves se están reduciendo
Así lo concluye una investigación publicada en 'Nature Communications', que concluye que la reducción de los "paisajes sonoros" puede afectar a la salud humana.
7 noviembre, 2021 00:17Noticias relacionadas
El "paisaje sonoro" que genera el canto de las aves al alba es cada vez más silencioso y menos variado, lo que puede tener afectaciones a la salud humana, según un estudio en el que ha participado el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (Creaf).
En un comunicado este martes, el centro ha detallado que la disminución de las poblaciones de aves y su nueva distribución geográfica -factores, ambos, atribuidos "en gran parte" al cambio climático- están modificando las propiedades favorables de los paisajes sonoros naturales.
El Creaf ha añadido que dichos beneficios están demostrados: "Hace tiempo que la ciencia ha puesto en evidencia que el canto de los pájaros mejora nuestra salud física y bienestar psicológico".
En el estudio, publicado en Nature Communications y liderado por la Universidad de East Anglia (Reino Unido), un equipo internacional de investigadores ha reconstruido los paisajes sonoros de más de 200.000 ubicaciones de Europa y Norteamérica en los últimos 25 años, con una nueva técnica que combina datos de seguimiento de aves con grabaciones al aire libre del repositorio Xeno Canto.
Para describir cómo suena cada paisaje sonoro, se han cuantificado las características acústicas mediante cuatro índices diseñados para medir la distribución de la energía acústica a través de las frecuencias y el tiempo.
Los índices se basan en la complejidad del canto y la variedad de las especies que contribuyen, y cuantifican la diversidad e intensidad de cada paisaje sonoro en conjunto.
Afectaciones "potencialmente amplias"
El director del estudio, Simon Butler, ha alertado sobre los posibles riesgos: "Una de las vías fundamentales a través de la cual los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza está en declive crónico, con implicaciones potencialmente amplias para la salud y el bienestar humanos".
Los investigadores han apuntado que los humanos oímos más que vemos a los pájaros, lo que hace "probable" que la menor calidad de los paisajes sonoros naturales provoque una mayor percepción de impacto de la actual reducción de la población de aves.
Por otro lado, como publicó Efe relativo a otra investigación, la diversidad y riqueza del canto de los pájaros de una misma especie se empobrece casi al mismo ritmo y de forma paralela a la disminución del tamaño de sus poblaciones por la reducción del hábitat natural o la mortandad por enfermedades.
De esta manera, la caída de individuos provoca que los cantos de las diferentes especies se hagan más similares entre sí a lo largo del tiempo, debido a la falta de otros ejemplares de su especie de los que aprender los sonidos.
Así lo reflejaron las conclusiones de un estudio internacional en el que participó la bióloga de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Esther Sebastián-González en relación a la pérdida de las conductas sociales de tres especies de pequeñas aves pertenecientes al grupo de los mieleros (honeycreepers) que habitan las islas Hawai (Estados Unidos), y que sufren una drástica reducción de sus poblaciones.
La disminución de aves es alarmante en sí misma y a veces "oculta" otras consecuencias no tan visibles pero sí determinantes para la continuidad de la especie, como son los comportamientos culturales de grupo que se transmiten oralmente.