El plan especial para combatir el riesgo de inundaciones de Baleares (Inunbal), cuya aprobación definitiva está prevista para este año, incluye por primera vez la perspectiva de cambio climático y las consecuencias que éste puede tener sobre las Islas.
Así lo ha explicado la consellera de Presidencia, Función Pública e Igualdad, Mercedes Garrido, durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Institucionales y Generales de este miércoles en el Parlament, donde ha recordado que "ya han pasado 15 años desde la aprobación del primer plan".
En todo este tiempo, ha añadido, "se ha incrementado la intensidad de las lluvias y su frecuencia", aumentado consecuentemente "el riesgo de las personas", motivo por el que el plan necesitaba "una revisión técnica en profundidad".
En este sentido, Garrido ha destacado que se trata de una "actualización consensuada y trabajada, ya que se han incorporado los puntos de vista de todas las administraciones y cuerpos implicados", con el objetivo de "poder hacer frente a cualquier situación de riesgo grave o emergencia producida por inundaciones".
El nuevo plan tendrá una vigencia indefinida y se irá revisando cada cuatro años para su adaptación.
"El principal riesgo natural" en Baleares
Por una parte, la revisión del Plan prevé el riesgo que sufren las Islas por el hecho de tener un clima mediterráneo, "con inviernos suaves y veranos muy calurosos y secos, y con unas temperaturas extremas atenuadas por la proximidad del mar".
Además, pone especialmente el foco en las gotas frías, un fenómeno frecuente en Baleares durante los meses de otoño, "que hace que las inundaciones sean el principal riesgo natural del territorio, por los daños que producen", ha señalado Garrido.
Asimismo, la consellera ha hecho referencia a cómo la insularidad condiciona la gestión de recursos y medios necesarios a la hora de hacer frente a las inundaciones y sus consecuencias, y a la red hidrográfica de Baleares, "sin cursos permanentes y con un gran número de torrentes que se ven obligados a transportar un gran volumen de agua en un intervalo corto de tiempo". Esto, ha considerado Garrido, "hace difícil la predicción con tiempo suficiente de estos caudales".
Cuatro tipos de inundaciones
El nuevo plan establece cuatro tipos de inundaciones y sus respectivos protocolos de actuación: inundaciones por precipitación in situ, inundaciones por desbordamiento de cauces, inundaciones en zonas costeras o por rotura u operación incorrecta de obras de infraestructura hidráulica.
El primer grupo incluye las inundaciones que se producen por precipitaciones intensas, ante las cuales es importante tener en cuenta el estado de la red de drenaje y la presencia de infraestructuras susceptibles de ser inundadas.
Las segundas son aquellas que pueden llegar a producir daños importantes a consecuencia del calado y la velocidad del agua, así como del transporte de sedimentos y otros materiales que la corriente arrastre.
Por último, respecto a las inundaciones por rotura, serán los titulares de las presas quienes deberán elaborar e implantar sus propios planes de emergencia.
El nuevo plan analiza también los riesgos geológicos asociados a precipitaciones e inundaciones, ya que "pueden causar daños económicos y sociales de importancia, constituyendo riesgos tanto para la población como para las autoridades competentes en materia de protección civil, que hay que tener en cuenta", ha señalado Garrido.
En este sentido, se han desarrollado unos mapas de peligrosidad y riesgo de inundación, que incluyen información fundamental para basar los planes de gestión del riesgo de inundación. Estos serán la base cartográfica del Inunbal.
Para su elaboración, se han tenido en cuenta los siguientes aspectos: número de personas que pueden verse afectadas, tipo de actividad económica, presencia de instalaciones que puedan provocar contaminación en caso de inundaciones, elementos patrimoniales, zonas protegidas, masas de agua de uso recreativo y zonas de protección de hábitats. "Estos elementos serán los que determinarán la actuaciones prioritarias", ha añadido la consellera.
Fases de activación
Una de las novedades del nuevo plan de riesgo de inundaciones es la incorporación de una nueva fase -además de la de normalidad y emergencia- de activación: la fase de preemergencia.
"Ésta activará la alerta de las autoridades y servicios de emergencias e informará a la población de la entrada de un periodo en el que es posible que se produzcan estos fenómenos", ha explicado la consellera. La fase permanecerá activa entre al 15 de agosto y el 30 de noviembre.
Por otro lado, también se pretende ayudar a los municipios de las Islas a afrontar situaciones de riesgo provocadas por inundaciones. Por ello, se prevé la implantación de planes municipales que tendrán que aprobar los ayuntamientos para establecer una organización de respuesta propia y para llevar a cabo actuaciones preventivas.
En este sentido, los municipios tendrán que identificar los puntos de afectación por desbordamiento de torrentes, sobre todo en los tramos que pasan por zona urbana, y elegir qué medidas y acciones preventivas implantarán de manera transitoria para evitar daños personales, de bienes y sobre el medio ambiente.
"Es un buen plan, fruto de un trabajo cuidadoso, intenso, detallado y riguroso en los últimos años, y con el cual podemos decir que las Islas están muy preparadas para minimizar riesgos y hacer frente a cualquier adversidad meteorológica que se pueda producir", ha concluido la consellera.
Mallorca, la isla más afectada
Por islas, la más afectada por episodios de lluvia es Mallorca, con una media de 47 días al año, seguida de Menorca, con una media de 40 días, mientras que en Ibiza y Formentera hay aproximadamente 34 días en los cuales se producen este tipo de episodios.
De los incidentes producidos en los últimos diez años, el 77% han tenido lugar en entornos urbanos, la mayoría en edificaciones y establecimientos.
Destaca también el número de incidentes relacionados con daños a infraestructuras -un 48%-, entre los cuales resaltan los desbordamientos de torrentes en cruces de carretera y las inundaciones en vía pública.