Pablo García Santos
Publicada

Antes llegaban más aves en invierno a España que ahora. Así lo ha advertido el programa de seguimiento de las aves en invierno (Sacin) de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). Los resultados del estudio, que se ha realizado a más de 80 poblaciones invernantes durante 15 años, muestran un declive cercano al 19% de individuos.

"La verdad es que no nos han sorprendido la cifra porque ya llevamos desde hace tiempo viendo esta tendencia", señala a EL ESPAÑOL Virginia Escandell, técnico en SEO/BirdLife y coordinadora del Sacin. Este programa es la única "visión objetiva" que tienen los expertos para confirmar la percepción que tienen los expertos de que en los últimos años "llegan menos individuos". No obstante, Escandell cree que no es un declive "muy grande", ya que supone la media de las 82 especies estudiadas.

Las causas de esta tendencia desfavorable varía en función de cada especie. Por ejemplo, en el caso del escribano cerillo o el verderón común puede deberse a que sus poblaciones invernantes descienden en España. En otras aves se han dejado de realizar las migraciones del centro y norte de Europa a las regiones mediterráneas, como consecuencia del cambio en el clima.

Este cambio no sólo está afectando a Europa. Un estudio reciente, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, demostró que al menos 30 de las 114 especies de aves de Norteamérica estaban cada vez menos ajustadas a su clima. Los autores reconocen que uno de los resultados más sorprendentes de su trabajo fue que la tendencia global del desajuste climático "no da señales de frenarse".

Las especies más afectadas

Desde SEO/BirdLife también entienden que uno de los mejores indicadores de cambio climático basado en la biodiversidad es que las aves ya no necesitan viajar al sur de Europa para esquivar los fríos invernales del continente. "Al no hacer tanto frío en el norte, las especies no necesitan desplazarse hasta aquí, sobre todo porque les supone un gasto y un peligro", apunta Escandell.

Aunque los resultados obtenidos advierten un claro descenso, lo cierto es que en las especies más abundantes en invierno la realidad es bien distinta. Y es que muchas de ellas se encuentran en situación favorable; o al menos, estable. Es el caso de la curruca cabecinegra o el pinzón vulgar. Ambas especies, eso sí, son sedentarias, por lo que el aumento podría deberse a que "la masa forestal cada vez es mayor".

Al igual que demuestran los datos del Sacre (el programa de seguimiento que se realiza en primavera), las especies de medios agrícolas más afectadas en el Sacin son el jilguero europeo y el verderón común. Este declive puede deberse tanto a la intensificación del campo como a las transformaciones que se han producido en estos medios en los últimos años, no siendo favorables para la mayoría de las especies.

Otras de las especies en las que se ha observado un descenso de sus poblaciones invernantes a corto plazo son la bisbita pratense, la corneja negra, la grajilla occidental, el pardillo común y el reyezuelo listado. También han descendido desde 2008 las poblaciones de la perdiz roja, el cernícalo vulgar, la cogujada común, el escribano montesino y la alondra común.

Una oleada de extinciones

Que cada vez lleguen menos aves en invierno a España podría suponer "una pérdida importante de biodiversidad". Sin embargo, encontrar una solución a corto plazo parece "muy complicado". "Es difícil actuar sobre el cambio del clima", subraya la coordinadora del Sacin. "Pero aquello que pueda beneficiar al medio ambiente es lo que haría que indirectamente cambie la situación. Como todo, está en nuestras manos, en ser un poco más sostenibles".

En las poblaciones de aves se han sucedido noticias preocupantes en los últimos años. Recientemente, se confirmó la extinción del zarapito fino, la primera ave de la Europa continental que desaparece en la era moderna. Otros estudios, como este informe publicado en 2022 en la revista Annual Review of Environment and Resources, han demostrado que las poblaciones de aves están descendiendo en todo el mundo.

Tras analizar los datos de 11.000 especies de aves, los investigadores descubieron que cerca del 50% de ellas ya estaban sufriendo un descenso de sus poblaciones, frente al 39% que permanecía estable. Uno de los resultados más llamativos fue que sólo el 6% de las especies mostraba una tendencia favorable de población.

En algunas zonas, como Canadá y Estados Unidos, la pérdida de aves se cifra en casi 3.000 millones de aves reproductoras en la última mitad de siglo. Con estos datos, los autores consideran que "es posible que estemos asistiendo al inicio de una oleada de extinciones de especies de distribución continental".