"¿A matarlos estaríamos dispuestos?": la guerra abierta por la introducción del bisonte europeo en España
- Un artículo científico ha puesto en duda la presencia de este animal en la Península, mientras que otros investigadores piensan que "sería útil".
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En 2010, siete bisontes europeos recorrieron más de 6.000 kilómetros en un viaje que comenzó en los bosques polacos. El destino era el municipio palentino de San Cebrián de Mudá, donde se celebró la llegada de los primeros ejemplares a nuestro país. El motivo del traslado era intentar la conservación de una especie que había estado a punto de desaparecer del planeta a principios del siglo pasado.
También iba a servir para dar vida turística a una zona que ya se estaba viendo afectada por la despoblación de la España vaciada. La inversión se cifró en cerca de 1,2 millones de euros. "El Ayuntamiento también ha puesto dinero", dijo el regidor de San Cebrián de Mudá a medios locales. "Una cantidad con la que quizás nos hayamos arruinado para toda la vida, pero merece la pena el proyecto".
Casi 15 años más tarde, el municipio alberga a 12 bisontes repartidos en un espacio de 20 hectáreas. Han perdido, eso sí, la exclusividad de ser los únicos que se encuentran en la Península. Contando siempre con la participación de la Asociación para la Conservación del Bisonte Europeo en España, se han conseguido un total de 16 centros de cría y más de 170 ejemplares.
Una de las últimas poblaciones llegó en 2020 a la finca de El Encinarejo, en la Sierra de Andújar. Un grupo de expertos alertó entonces del riesgo que suponía para el lince ibérico que habitaba la zona, al poder destruir las madrigueras de los conejos (su principal presa). Algunos de ellos participan ahora en un artículo científico, firmado por 40 autores de 25 universidades, en el que desaconsejan la introducción del bisonte europeo en España como parte de la fauna ibérica.
"Parecía que era maravilloso"
"Hay un número importante de científicos que no estamos de acuerdo con esta introducción", afirma a EL ESPAÑOL Carlos Nores, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo y quien ha liderado la primera reflexión científica sobre la introducción del bisonte europeo en España. "Aunque muchas de las razones que se esgrimían para justificarla nos parecían que no tenían base científica suficiente".
"Hasta ahora", prosigue Nores, "parecía que esto era maravilloso, que iba a salvarnos de todos los problemas ambientales. A su juicio, también daba la impresión de que "el mundillo científico estaba perfectamente alineado" con este rewilding. Este concepto, traducido al español como reasilvestramiento, engloba una serie de acciones que tienen como último objetivo renaturalizar los ecosistemas.
En el caso del bisonte europeo, sus defensores consideran que actúa como una gran desbrozadora natural, pudiendo prevenir incendios forestales. En la Sierra de Andújer precisamente se produjo uno el pasado agosto. Los 19 bisontes no sólo consiguieron sobrevivir, sino que también es posible que ayudaran a frenarlo.
Y es que, como explica Jordi Bartolomé, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y coautor de un estudio sobre la población de bisontes europeos en el monte mediterráneo, las partes altas de muchas de las encinas permanecen verdes a día de hoy.
Por tanto, los árboles no han muerto y podrían recuperarse. Bartolomé cree que si no hubieran estado estos animales, hubiera habido matorral debajo de las encinas. Y es "bastante probable que el incendio hubiese tenido mayor intensidad".
Otra de las críticas que se lanzan en el citado artículo es que el bisonte europeo está acostumbrado a un hábitat con una temperatura media invernal de -5 ºC. Contrasta con los registros que se dan en la España peninsular: "Sólo en las cumbres más altas de los sistemas montañosos se llega a 0 ºC en el mes más frío, y una temperatura media de 22,7 ºC en agosto".
"Hace poco hemos revisado los datos de las distintas introducciones y parece que soportan el calor, como las vacas y otros grandes herbívoros", señala Bartolomé, quien entiende que "por su volumen son animales que regulan muy bien la temperatura".
De Altamira a Pablo Escobar
Buena parte de la 'culpa' de que estos animales sean recibidos en España con cierta efusividad se esconde en la Cueva de Altamira, en cuyo techo aparecen representados unos bisontes. Esta especie es, en realidad, el bisonte de estepa (Bison priscus) y no el actual bisonte europeo (Bison bonasus).
No hay ninguna prueba de que este último haya habitado la Península. "¿Qué sucede cuando se introducen especies en un lugar en el que nunca han estado?", se pregunta Nores. Una de las consecuencias es que pueden tener un comportamiento invasor, provocando una pérdida de biodiversidad.
Este zoólogo aclara que no tiene "nada que objetar" si la presencia de los bisontes sirve para que las personas vayan a verlos, dejen dinero en los municipios y se convierta en un reclamo de turismo verde. En lo que no está de acuerdo es en que introducirlo sea el paso previo a futuras proyecciones donde el descontrol aumente.
Y es que cree que se corre el riesgo de que suceda lo que ocurrió con los hipopótamos que introdujo el narcotraficante Pablo Escobar en Colombia. Algunos ejemplares se escaparon de la antigua Hacienda Nápoles. Y aunque suponía un problema para el ecosistema, una sentencia judicial no permitió que se sacrificaran. "¿La sociedad actual está dispuesta a permitir que se eliminen bisontes matándolos a cientos?".
Para evitar llegar a este escenario, Nores incide en que hay que actuar "con muchísima precaución". Una opinión parecida guarda Bartolomé del artículo que desaconseja la introducción del bisonte europeo en España: "Es una reflexión muy sensata que aboga por la prudencia". Entiende que siempre se corre el riesgo de que estas especies se descontrolen. Pero piensa que en este caso "no hay demasiado riesgo".
Hay voces "discrepantes"
Su compañero de estudio, Jorge Cassinello, muestra una opinión más reacia: "Me lo he con interés. Se trata de un artículo muy crítico a la eventual introducción del bisonte europeo en territorio español".
No piensa que aporte "ningún fundamento empírico que avale dicha crítica y hace algunas interpretaciones sesgadas o erróneas de los trabajos que cita". Ahora bien, "que no se hayan encontrado restos fósiles no significa necesariamente que no hubiera habido porque los yacimientos neolíticos con muestras de bóvido no son abundantes y en muchos casos no están claramente identificados. Haría falta realizar estudios ADN fósil".
Para Cassinello, las poblaciones españolas de bisonte localizadas en grandes fincas están mostrando una gran adaptación al clima peninsular. "Se encuentran sanas y se reproducen sin problema". Cree que esta especie sería útil para aumentar la biodiversidad de los ecosistemas: "Es una magnífica desbrozadora del monte y creadora de cortafuegos naturales".
Además, "aporta muchísimos nutrientes, enriqueciendo indirectamente la fauna de artrópodos". En cuanto al alimento suplementario que reciben, entiende que "de este modo se asegura la supervivencia en épocas de escasez". Recuerda que "se trata de terrenos acotados y de pocos ejemplares a los que hay que proteger".
No en todos los casos se ha conseguido este objetivo. "Varios de los intentos de reproducción terminaron fracasando con la muerte de un gran número de bisontes", asegura Nores. En la Sierra de Andújar, han fallecido cuatro ejemplares desde que llegaron en 2020. "Algunos animales han fallecido, pero eso es algo inevitable y pasa en cualquier población animal". animales que fallecen, como es lógico y como sucede en cualquier grupo de especies", apunta Cassinello.
El investigador del CSIC incide en que "a día de hoy no podemos decir que se esté introduciendo bisonte europeo en España. Los ejemplares que hay se traen como ganado y viven en centros de cría o fincas privadas, siempre cercadas y bajo supervisión".
Nores, por su parte, respeta a los que quieran seguir trayendo bisontes europeos a la Península, pese a que los intereses científicos son "pocos" y las experiencias fracasadas que ya se están dando demuestran que "se les están yendo de las manos" los objetivos que se habían planteado.
"Alguien tiene que decir todo esto", continúa, "y luego quien tenga que tomar las decisiones, que las tome. Pero por lo menos que sepan que hay voces discrepantes, que están en contra de estas introducciones".