La provincia de Girona registró este pasado martes granizos gigantes, en concreto, de hasta 10 centímetros de diámetro. Las lluvias comenzaron alrededor de las 6 de la tarde en el Pirineo Oriental y al poco tiempo se convirtió en una tormenta que fue avanzando hacia el sureste. El fenómeno meteorológico que dio lugar a la fuerte granizada es conocida como supercélula: un vórtice de aire ascendente que puede tener entre 2 y 10 kilómetros de radio, explican en Meteored.
Estas enormes "nubes peonza" generan corrientes de aire ascendente que giran de manera continua y donde se juntan pequeñas gotas de agua y granizos que se unen al chocar entre ellos y aumentan su tamaño en el interior de este fenómeno meteorológico. Las bolas de hielo crecen hasta que alcanzan un tamaño suficiente que les hace salir de la corriente de aire y que, finalmente, caigan.
De esta forma, se formaron las enormes piedras de granizo que se observaron en la región catalana y que dejaron a su paso graves daños. El peor de todos fue el fallecimiento de una niña en La Bisbal d'Empordà al ser golpeada por uno de estos grandes granizos. La supercélula también dejó a su paso varios heridos y daños materiales. Precisamente, en la localidad de La Bisbal es donde se encontró el enorme granizo de 10 centímetros de diámetro.
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La supercélula se encontraba sobre Figueres antes de las 7, cuando los radares registraron una fuerte tormenta. Alrededor de las 8 de la tarde la tormenta había alcanzado Palafrugell y, desde esta localidad, se adentró en el mar Mediterráneo donde, finalmente, se disipó.
En la fase más agresiva de la tormenta, la nube –un cumulonimbo– había alcanzado los 16 kilómetros de altura. Los expertos de Meteored la describen, por esta razón, como una "gran apisonadora". El Servicio Meteorológico de Cataluña no registraba pedruscos de granizo de tal magnitud desde el año 2002.