El aumento anómalo de las temperaturas en los últimos años está afectando a la corriente en chorro. Estas 'autopistas de aire' se forman precisamente debido a la diferencia de temperatura que existe entre los trópicos y los polos. Y son uno de los elementos meteorológicos que más influyen en el clima de latitudes medias, como es el caso de España.
Los cambios que se están produciendo quedan bien reflejados en los mapas de corrientes en chorro. Sin embargo, los climatólogos ya han advertido que estas corrientes que rodean nuestro planeta de oeste a este se están volviendo irreconocibles. E incluso en algunos casos aseguran que los cambios en los patrones de las corrientes en chorro son tan caóticos como un cuadro de Vicent Van Gogh.
La corriente en chorro se puede fragmentar en varios trozos con zonas donde los vientos sean más intensos o más débiles. Esta fragmentación se ha producido en la parte meridional de la corriente que viaja sobre Norteamérica, lo que ha provocado una fuerte ola de calor.
En realidad, es normal que se separen, vuelvan a unirse y fluyan en direcciones opuestas. Pero esta corriente de aire 'similar' a un cuadro de Van Gogh no se parece a nada que los expertos en clima hubieran visto antes. "Cuando veo esta corriente en chorro me viene a la mente la palabra 'locura'", comentaba en su cuenta de Twitter el meteorólogo estadounidense Jeff Berardelli. "Su configuración, probablemente potenciada por el cambio climático, está generando un calor tan extremos que incluso los expertos están asombrados".
El climatólogo Michael E. Mann respondió a su compañero Berardelli, ya que tras años estudiando el comportamiento de las ondas planetarias rara vez había visto algo así: "Sinceramente, no sé ni cómo caracterizar el actual patrón de ondas planetarias a gran escala", escribió en Twitter. Mann también cree que el fenómeno de El Niño podría haber agravado la situación.
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Al comprobar los cambios que se están dando, este climatólogo describe las corrientes en chorro sobre Norteamérica como "lentas y tambaleantes", lo que podría ser consecuencia del cambio climático. Un estudio publicado el pasado año en la revista Nature descubrió que el calentamiento de las temperaturas en el Ártico estaba debilitando específicamente las corrientes en chorro en el hemisferio norte.
Los extraños patrones de la corriente en chorro que se han dado en la atmósfera terrestre en el pasado han coincidido con fenómenos meteorológicos extremos tanto en el hemisferio norte como en el sur. Aunque normalmente no se produce en ambos al mismo tiempo, como está sucediendo en estos momentos.
Por ejemplo, la semana pasada en el sur de Australia una corriente en chorro provocó un tiempo inusualmente húmedo en algunas regiones del país. Sólo en Estados Unidos, 40 millones de personas se encuentran actualmente en alerta por altas temperaturas. Mientras tanto, las temperaturas de la superficie del mar también se han disparado hasta límites insospechados, y no parece que vayan a retornar a los niveles anteriores pronto.
En este sentido, el geógrafo medioambiental de la Universidad de Queensland Steve Turton explicó en este artículo publicado en The Conversation que "ahora está claro que el sistema climático de la Tierra está muy desajustado y deberíamos estar preocupados".