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La llegada de una nueva Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) programada para este jueves marca el horizonte meteorológico en España. Este fenómeno climático vuelve a estar en el foco, capturado la atención de observadores y expertos.

El fenómeno que marcará estos días ha generado un sentido palpable de anticipación. A medida que se avecina el día señalado, los meteorólogos escudriñan su trayectoria y características, buscando comprender cómo podría influir en el clima de distintas regiones. En el recuerdo de los españoles está la DANA sufrida en 2019. Por aquel entonces Sánchez tuvo que pedir ayuda a la Unión Europea para pagar los estragos que produjo cifrando en 2.270 millones de euros los daños.

A partir del próximo jueves, se anticipa una disminución en las temperaturas, impulsada por la irrupción de una masa de aire frío proveniente del Océano Atlántico. Esta circunstancia, sumada al cambio del viento hacia el norte en la región cantábrica, traerá alivio a la franja atlántica y al extremo norte de la península ibérica. No obstante, el resto del territorio español deberá esperar un día adicional para experimentar este frescor revitalizante.

¿Por qué se llama DANA?

La incertidumbre, un componente inherente a muchos eventos meteorológicos, envuelve la naturaleza exacta de los cambios que la DANA podría introducir en el entorno atmosférico. Las lluvias persistentes y los vientos intensos son sus efectos más directos. Estas son preguntas que se plantean en los círculos meteorológicos mientras se estudian los modelos y patrones disponibles.

La DANA, en esencia, es un tipo de sistema de baja presión que se desarrolla en niveles superiores de la atmósfera, específicamente en la troposfera. Aunque puede compartir características con otros tipos de sistemas, como las borrascas, la DANA se diferencia por su ubicación y dinámica únicas. A menudo, se forma en áreas de aire frío en altitudes más altas y puede ser el resultado de interacciones complejas entre masas de aire y patrones de circulación atmosférica.

[El tiempo: pronóstico para el lunes 26 de agosto]

El proceso de formación de una DANA comienza con la convergencia de diferentes corrientes de aire en la atmósfera, a menudo impulsadas por variaciones de temperatura.

Estas corrientes convergentes generan una región de baja presión en altitudes superiores, donde el aire se eleva y se enfría. Este enfriamiento puede condensar la humedad presente en el aire, dando lugar a la formación de nubes y precipitación.

¿Qué consecuencias tiene una DANA?

Una vez establecida, la DANA tiende a moverse más lentamente que otros sistemas climáticos, lo que puede resultar en condiciones de tiempo adverso prolongado en ciertas áreas. Debido a su ubicación en niveles altos, las DANA a menudo son capaces de influir en las condiciones superficiales y pueden tener un impacto significativo en el clima, incluyendo lluvias persistentes, vientos y cambios en la temperatura.

El interés en esta DANA se deriva no solo de su propia naturaleza, sino también de su posible impacto en la vida cotidiana de las personas. Desde la planificación de actividades al aire libre hasta el tráfico y las condiciones generales, existe un interés genuino en comprender cómo esta DANA podría dar forma a la experiencia de aquellos que residen en las áreas afectadas.

La llegada de una DANA a España este jueves despierta un interés especial debido a su capacidad para dar forma a las condiciones climáticas en la región. Observar cómo esta DANA interactúa con las características geográficas locales y los patrones climáticos existentes será una oportunidad para comprender mejor su dinámica y su influencia en el clima de España.

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