La llegada de un frente atlántico por el norte asociado a la borrasca Betty -que ha dejado fuertes lluvias en Irlanda y parte del Reino Unido- ha puesto fin a la cuarta ola de calor del verano de 2023. Los próximos días "se pasará de un calor sin precedentes a estas alturas del año a valores típicos de principios de otoño", ha indicado en redes sociales la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).



"Posteriormente podría haber una leve recuperación, aunque la entrada al mes de septiembre se hará con un ambiente fresco", ha añadido. La temperatura prevista por la Aemet el lunes próximo podría situarse entre el 5 por ciento de días con fecha de 27 de agosto más fríos de la serie desde al menos 1950

Diez comunidades autónomas se mantienen hoy en alerta por lluvia que acumulará hasta 60 litros por metro cuadrado además de viento, tormentas, granizo, oleaje y fuerte viento, con Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana en nivel naranja (riesgo importante). El nivel amarillo, ligeramente inferior está activo en Andalucía, Aragón, Canarias, Murcia, Navarra, País Vasco, Canarias y la ciudad autónoma de Melilla.



El portavoz de la Aemet José Luis Camacho ha pedido precaución, porque el cambio térmico será "brusco" y podría asociarse a "fenómenos de alto impacto", como bajadas importantes de temperatura, lluvias intensas y tormentas "con rachas violentas en algunas zonas". Según las últimas predicciones de la Aemet, la llegada de una masa de aire "notablemente más fresca" desde el Atlántico terminará abarcando a toda la península y Baleares este domingo.

Este domingo solo se superarán los 30 grados en puntos de Andalucía y del área mediterránea, con máximas entre 20-30 grados en el resto de zonas, e inferiores en áreas de montaña y puntos de la mitad norte. Las mínimas también serán bajas en los próximos días para la época, inferiores a los 20 grados en general y a los 10 grados en puntos del interior de la mitad norte y zonas de montaña, con posibilidad de algunas heladas en alta montaña.

Un fuerte temporal de lluvia, viento y granizo, que ha provocado desde ayer pequeñas inundaciones y algunos daños, ha regado copiosamente Cataluña tras la ola de calor. A primera hora la precipitación se va intensificando en la costa central de Cataluña debido a la convergencia de viento, que se empieza a notar en la zona, por la entrada de la tramontana en la Costa Brava y del mistral en el tercio sur. Esta situación ha provocado fuertes rachas de viento en algunos puntos del Maresme, como por ejemplo en la playa de Cabrera de Mar (Barcelona).

"La vaguada inducirá una fuerte cizalladura en niveles medios y bajos, superior a 20 m/s en algunos casos, por lo que el riesgo principal será el granizo asociado a las tormentas con mayor grado de organización, probablemente supercélulas dispersas, que pueden formarse en el norte de Cataluña, algunos puntos de Aragón e interior norte de la Comunidad Valenciana", explica Víctor González de Meteored.



A partir del lunes la tendencia será la estabilización, con una recuperación progresiva de las temperaturas pero al menos durante los primeros días de la semana seguirán por debajo de lo habitual para la época.