El invierno que termina en España ha sido catastrófico en términos de nieve. Al calor de las temperaturas máximas anómalas y el anticiclón que ha dominado la atmósfera en enero y febrero, las bajas presiones y las masas de aire húmedo y frío no han podido alcanzar la Península Ibérica hasta las últimas semanas. Ahora, una vez más, la meteorología nos pilla con el paso cambiado. A las puertas de la primavera y con el anticiclón desplazado hacia el norte de Europa, la irrupción de una borrasca fría dejará un auténtico temporal invernal en el segundo fin de semana de marzo.
España está "a las puertas de un cambio de tiempo importante", avisa el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo. Entre el jueves y el viernes se espera una "acusada bajada" de entre 6 y 8ºC con respecto al día anterior en el oeste peninsular. Y el sábado 9 de marzo será "la jornada más adversa" por la "profunda borrasca atlántica" que dejará "lluvias generalizadas" y "nevadas no sólo en montañas, sino también en zonas a menor altitud".
Esta borrasca viene "acompañada en altura de una vaguada", informa el portal especializado eltiempo.es. Se trata de una lengua de aire frío en un área donde se acumulan bajas presiones, y "favorecerá un aumento de la inestabilidad y un descenso de las temperaturas y de la cota de nieve hasta el domingo". Sin embargo, el portal precisa que el núcleo de la borrasca quedará al noroeste de la Península, mientras los frentes irán atravesando el territorio.
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"No es un episodio anómalo", precisa a EL ESPAÑOL Mar Gómez, doctora en Físicas y responsable del área de meteorología de eltiempo.es. "Realmente lo anómalo han sido las temperaturas que hemos tenido durante los meses pasados. Ahora mismo tenemos un cambio importante de tiempo y las temperaturas se van a situar por debajo de lo normal, pero va a ser algo puntual y efímero porque de cara a la próxima semana volverían a estar por encima de la media en muchas zonas. Además, prevemos una primavera cálida en todo el país, sobre todo en todo el este".
Ya desde este jueves, el primer frente dejará lluvias más intensas en la vertiente atlántica peninsular, afectando especialmente a Galicia, Extremadura y al oeste de Andalucía. Aunque se irá debilitando a medida que avance hacia el este, las lluvias alcanzarían al final del día al Mediterráneo, norte de Aragón y puntos de Cataluña. El viernes será un día de lluvias posfrontales repartidas por toda la Península antes de la entrada de un segundo frente atlántico, de nuevo por el oeste.
El sábado estará marcado por las lluvias más intensas, especialmente en el norte de Extremadura, oeste de Andalucía y puntos de Castilla-La Mancha. La borrasca acumulará cantidades importantes de lluvia en Cáceres, Toledo, sur de Ávila y Galicia. Las cotas de nieve estarán entre los 800 y los 1.100 metros en todos los sistemas de montaña, pudiendo bajar a los 700 metros durante las madrugadas del viernes y del domingo. En el Pirineo oscense, el oeste del sistema Central y en la Cantábrica se espera hasta un metro de nieve.
Finalmente, se prevén hasta el domingo fuertes rachas de viento del sur y suroeste, superando desde el jueves los 80 km/h en la cornisa cantábrica, en el sistema Central y puntos de Pirineos. El sábado será la jornada más ventosa, con rachas fuertes en casi toda la península y Baleares, pero con fuerte temporal marítimo en la costa cantábrica.
Nieve por Semana Santa
"Los datos de los últimos días en algunas zonas del Pirineo, especialmente entre el noreste de Navarra y el norte de Lleida son impresionantes, registrándose acumulados de nieve que en muy pocos días han superado los dos metros, algo que en estos tiempos no es muy habitual a principios de marzo", analiza el climatólogo Samuel Biener de Meteored. "El panorama actual hace pensar que podría haber más nieve esta Semana Santa que en la pasada Navidad".
"El mes de diciembre fue muy seco, así que en este sentido podríamos decir que sí", confirma Mar Gómez sobre las previsiones de nieve acumulada en las cumbres hasta final de mes. Sin embargo, se muestra cauta sobre hasta qué punto paliarán la carestía hídrica en las regiones más necesitadas, como Cataluña. "También sumaremos algunos centímetros en el Pirineo catalán, pero no solucionarán la sequía que estamos padeciendo".