"Retrocedemos al invierno". Con esta inapelable contundencia se expresa Rubén Del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), para describir el temporal de frío, fuertes lluvias y nieve que marcará la Semana Santa de 2024. Aunque los comienzos de la primavera son una época de transición propicia para la inestabilidad meteorológica, el desplome "notable y generalizado" de 12 grados de temperatura máxima entre el domingo y el lunes convierte este episodio en algo excepcional.
Los motivos hay que buscarlos en las sostenidas anomalías de temperaturas que lleva experimentando nuestro país desde el año pasado. 2023 se coronó como el más cálido del que hay registro al sumar 77 récords de días cálidos por únicamente dos de días fríos. Según recordaba Aemet, "lo normal hubieran sido diez de cada". Enero de 2024 fulminaba esta marca, con más de 150 récords de temperaturas, y febrero seguía la línea como el más cálido en todo el planeta según el sistema Copernicus.
Pese a lo que puede parecer, el fuerte cambio de tiempo que ha aguado las vacaciones a muchos no supone, al menos por el momento, un cambio de tendencia. El contraste de temperaturas es tan drástico porque entre el viernes y el domingo se vivió otro episodio notable de anomalías cálidas. Con varios récords de máximas en Castilla y León y Galicia, y de mínimas en Andalucía, Extremadura o incluso el centro de Madrid, la alternancia con el frío y las precipitaciones excepcionales no va a bastar como para compensar los excesos de calor en lo que va de año.
"El descenso será superior a 12ºC en algunas zonas del país. Esto implica que es un descenso muy brusco", explica Roberto Granda, meteorólogo de ElTiempo.es, a EL ESPAÑOL. Así, si las temperaturas han rondado los 20-25 grados en la mitad norte este sábado, con un "veranillo" incluso de 30 grados en Sevilla, ya desde este lunes sólo Murcia supera los 22 grados. En ciudades como Burgos, Ávila, Segovia, Soria, Cuenca, Lugo y Huesca no sobrepasarán los 10 grados, y las mínimas se desplomarán a 2-3 grados.
Sin embargo, los avisos por fuertes precipitaciones en forma de lluvia y nieve son los verdaderos protagonistas. Aunque lloverá en la mayor parte del territorio, la entrada de una borrasca atlántica hará que este martes sean especialmente abundantes en el oeste de Galicia y en Andalucía. Se esperan nevadas copiosas en Pirineos, pero la cota de nieve descenderá a los 600-1.000 metros, por lo que podrá nevar también en el interior de Galicia, en la meseta norte, en Castilla-La Mancha y en el interior sureste.
Para mañana miércoles podemos esperar cierto repunte gracias a la llegada de "vientos más templados", con una jornada todavía "fresca" pero entre cuatro y seis grados más cálida que la anterior. Nuevos frentes borrascosos harán que el día sea "lluvioso" en Galicia, oeste de Castilla y León y Extremadura, pero no llegarán a las regiones mediterráneas. La cota de nieve ascenderá de 1.000 a 1.200 metros en el noroeste, y a 1.500 metros en el resto del territorio.
El paso de más borrascas marcará los festivos de Jueves y Viernes Santo. Podemos esperar primero una subida de temperaturas especialmente notable en el este del país, con lluvias particularmente en el oeste y en la zona central del territorio. Las regiones mediterráneas y Baleares empezarían a estabilizarse. El frío volvería el viernes pero solo en el oeste: mientras que regiones del Mediterráneo, Baleares y el Valle del Ebro se superarán los 24ºC, en Castilla y León las máximas se quedarán "en general" entre los diez y doce grados.
¿Por qué sucede?
Estas fuertes alteraciones entre episodios muy cálidos con fuertes entradas de humedad no tienen una única razón de ser. Se ha relacionado con múltiples factores, como el calentamiento anómalo de las aguas oceánicas o la fluctuación de la corriente en chorro del hemisferio norte por el calor en el polo. "Si bien durante los últimos años hemos presenciado cómo las situaciones de dorsales fuertes -que generan episodios cálidos- y robustas han aumentado, hacen falta estudios que lo asocien directamente a la meandrización de la corriente en chorro", valora Granda.
"Hay estudios que indican que la corriente en chorro, cada vez más débil, presenta un estado más meandrizado que hace varias décadas", prosigue el experto, aunque precisa que "no está claro" que este sea el motivo. "Otra opción que se está barajando, y que requerirá también de estudios, es que lo que esté pasando sea en verdad una expansión de las áreas subtropicales hacia el norte. Así, la corriente del chorro polar que determinaba el tiempo en latitudes medias se retraería hacia al norte, permitiendo a la subtropical expandirse y alcanzarnos con más facilidad".
Sin embargo, Granda recuerda que las precipitaciones por Semana Santa ya ocurrían antes de que el chorro polar empezara a presentar meandros con mayor frecuencia. Y más que la nieve, las lluvias "sin duda ayudarán a aliviar la situación de sequía en algunas cuencas hidrográficas como la del Guadalquivir o la de Guadalete-Barbate". No obstante, matiza el experto, "está por ver cuánto podrá llover y aliviar en algunas zonas, como Cataluña, donde se esperan precipitaciones menos abundantes que, por ejemplo, en el suroeste del país".