El temporal invernal que está marcando el arranque de la primavera en España tendrá nombre propio en las próximas horas: Nelson, una borrasca profunda bautizada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En los próximos días, de "gran relevancia social" como reconoce la Agencia al tratarse de Semana Santa, se esperan fuertes rachas de viento, fenómenos costeros adversos y abundantes precipitaciones en amplias zonas del territorio.
"La situación meteorológica ha dado un giro radical en estas últimas horas en España", explica Samuel Biener, experto de Meteored. El primer fenómeno ha consistido en la irrupción de una masa de aire polar en la tarde del domingo, que ha traído en las últimas 48 horas un ambiente invernal en prácticamente todo el país. Las tormentas con aparato eléctrico han sido generalizadas y la cota de nieve baja hasta los 600 metros. "Algunas capitales ven la nieve a las puertas de abril", apunta.
Sin embargo, los fenómenos más adversos coincidirán con "la recta final de la Semana Santa", una tendencia que comenzará el miércoles con los ábregos, los 'vientos llovedores', que "canalizará la potente borrasca Nelson". Su trayectoria no la lleva a atravesar directamente la Península Ibérica ya que se situará sobre las islas Británicas, pero se espera la formación de "varias bajas secundarias" en el entorno de España. Al término del episodio, se habrán recogido hasta 300 l/m2 en el suroeste.
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"La situación se va a complicar bastante entre la segunda mitad del miércoles y el Viernes Santo", advierte Biener para la segunda mitad de la Semana Santa. Se prevé que nos alcance un 'río atmosférico', una circulación de aire húmedo desde el Caribe que atraviesa "un Atlántico más cálido de lo normal". Este fenómeno potenciará la evaporación que cargará de humedad a la masa de aire sobre Europa Occidental, lo que "reforzará las precipitaciones".
Nelson será especialmente productiva en cuanto a lluvias, explica Biener, por un factor adicional. "Avanzará muy lentamente, permaneciendo cuasi estacionaria, con precipitaciones localmente intensas y persistentes". Esto hará que se registren los acumulados más significativos, de 100 a 150 litros por metro cuadrado, en "gran parte de Andalucía, Extremadura, sector occidental del Sistema Central y en los Montes de Toledo", así como la "cara sur del Pirineo y el suroeste de Galicia".
No obstante, "el grueso" de las lluvias se concentrarán en el sector occidental del Sistema Central y el entorno de Grazalema. Hasta el viernes, advierte el especialista, "se pueden acumular más de 200-300 l/m2, o puntualmente más". Además, la situación volverá a inestabilizarse el fin de semana, con la combinación de una nueva borrasca en el oeste y "una masa de aire más fresca". Tal y cómo avisa Biener, "si se cumple el actual escenario, será la Semana Santa más lluviosa en años en varias regiones".
¿Aliviará la sequía?
Las lluvias de las últimas 48 horas no han orillado esta vez las zonas más necesitadas, como las cuencas internas de Cataluña. Las reservas de los pantanos del sistema Ter Llobregat -que abastece 202 municipios de Barcelona y Girona- han aumentado al 16,05%. Según Meteocat, la precipitación "extensa y homogénea" ha permitido que superen el umbral que mantiene a la zona en emergencia por sequía.
Así, se han registrado cantidades de 10 a 20 mililitros en gran parte de Cataluña, con hasta 40 mm en sectores del Prepirineo, Costa Daurada (Tarragona) y Maresme (Barcelona). No obstante, todavía no se ha cumplido el segundo requisito que exige el gobierno catalán para levantar la emergencia: embalsar al menos 100 hm3. Sin embargo, al encontrarse en estos momentos en 98,24 hm3, las lluvias aportadas por Nelson pueden contribuir a revertir en los próximos días la situación.
Sin embargo, Biener invita a la cautela: siendo los ábregos vientos del suroeste, el Mediterráneo será de nuevo la zona que menos lluvia recogerá. Los flujos de Levante, responsables de irrigar la franja que abarca de Barcelona a Almería, siguen ausentes. "Con un déficit tan grande, acumulado desde hace tantos años, tendríamos que ir a borrasca por día", explicaba a EL ESPAÑOL. Eventos extremos como Gloria en 2020, que dejó 370 litros por m2, lo resolverían de un plumazo, pero no se prevé ninguna borrasca de este tipo en la zona.